Dharavi, uno de los slums de Bombay. Foto de Kounosu, Wikimedia Commons
Por Jos¨¦ Mansilla (*)
Una de las ventajas que tiene el hecho de trabajar para una ONGD, es que tienes la posibilidad de establecer relaciones con gente muy diversa y, a veces, interesante. En mi caso, tengo la suerte de tener compa?eros y compa?eras que conocen profundamente la realidad de Bombay y de aquellos contextos que dan cobijo al 60% de su poblaci¨®n, los slums.
Hace poco hablaba con una de estas compa?eras sobre diferentes cuestiones relacionadas con la vivienda en estos emplazamientos, sobre los programas de rehabilitaci¨®n promovidos por los poderes p¨²blicos, sus condiciones sanitarias, la falta de equipamientos, etc. Yo siempre hab¨ªa tenido dudas sobre las razones que llevaban a las familias beneficiarias de estos programas, una vez que han obtenido una vivienda p¨²blica nueva, a preferir alquilarla y volver a sus casas originales, por muy malo que fuera el estado en el que ¨¦stas estuvieran. Reconozco que ten¨ªa una visi¨®n rom¨¢ntica del tema. Mi razonamiento estaba basado en cuestiones tales como la ruptura de las redes sociales que puede llegar a suponer pasar de vivir horizontalmente, en habit¨¢culos adosados, a un bloque vertical de viviendas; la p¨¦rdida de sus peque?os negocios, los cuales muchas veces se desarrollan en la puerta de sus casas; la minimizaci¨®n del contacto con los vecinos y vecinas, la desaparici¨®n de los consiguientes mecanismos de reciprocidad, etc. As¨ª, cuando mi compa?era me respondi¨® ¡°sencillamente no pueden permit¨ªrselo. La casa ser¨¢ gratis, o muy barata, pero aun as¨ª tienen que pagar la luz, el agua, el condominio, el gas, los impuestos, etc., prefieren alquilarlos y sumar los ingresos a sus rentas familiares¡±, me llev¨¦ una ligera sorpresa.
Desde las ciencias sociales, la sociolog¨ªa y la antropolog¨ªa, podr¨ªamos definir el concepto habitar como aquellos fen¨®menos sociales que transcurren en el marco que establece cada sociedad concreta entre sus habitantes y las viviendas que habitan, esto es, habitar, vivir, no es solo la provisi¨®n de un techo, de una casa, sino tambi¨¦n aquellos procesos sociales relacionados, cuestiones como el trabajo, el ocio, etc. Hasta aqu¨ª todo bien, bajo esta definici¨®n podr¨ªa haber justificado mi pensamiento anterior a la conversaci¨®n con mi compa?era. Para habitar es necesario mantener relaciones sociales y si estas se rompen, alteran o interrumpen, produci¨¦ndose una modificaci¨®n significativa del habitar, las comunidades donde se llevan a cabo estos programas podr¨ªan rechazarlas o no aceptarlas.
Un estudio llevado a cabo en las favelas de R¨ªo de Janeiro sobre el mercado del suelo y los derechos de propiedad escrito por Clara Iraz¨¢bal, de la University of Columbia (USA), se?alaba c¨®mo los ¡°residents of favelas in Rio de Janeiro, for instance, are often opposed to regularization of land titles. Contrary to a common shared belief among analysts [¡], professional planners and international organizations (e.g. the World Bank), many informal settlement residents do not want to be subjected to property taxes or building codes and are not attracted to formal credit systems because they do not have a steady income to repay debts [¡]¡±1. As¨ª, los habitantes de este tipo de sitios no desean acceder a la propiedad de sus casas, o del suelo donde est¨¢n levantadas, porque no tienen los ingresos m¨ªnimos necesarios para poder hacer frente a los cr¨¦ditos que supone su adquisici¨®n, sus posibles mejoras, sus impuestos y suministros. Simplemente no tienen la renta suficiente para poder subsistir, ellos y sus familias, y adem¨¢s hacer frente a este nuevo gasto. Esto explicaba el comentario de mi compa?era mucho mejor. Habitar no es solo una casa, es todo lo que se encuentra a su alrededor. Como dec¨ªa la definici¨®n cl¨¢sica, los fen¨®menos sociales entre los habitantes, las casas y la sociedad.
La vivienda forma parte del sistema de reproducci¨®n social de la fuerza de trabajo. Esto es, la vivienda inserta a sus habitantes en el marco de unas determinadas relaciones de producci¨®n. As¨ª que podr¨ªamos decir que la vivienda como producto de consumo supone una forma m¨¢s de relaci¨®n de la gente con el sistema de producci¨®n capitalista. Los habitantes de los slums no quieren una vivienda p¨²blica de protecci¨®n social, quieren una vida digna, y vida y dignidad podr¨ªan ser incompatibles con un sistema econ¨®mico que considera la vivienda un bien de consumo m¨¢s, situado al mismo nivel que, por ejemplo, un crucero por el B¨¢ltico.
La clave podr¨ªa estar en aquello que dijo el primer ministro franquista de la vivienda, Jos¨¦ Luis Arrese, en el a?o 1957, sobre la necesaria transformaci¨®n de los proletarios espa?oles en propietarios. Pero, ?quieren los habitantes de los slums ser propietarios?
El principal problema, desde mi punto de vista, que tiene la India es su sistema de clases sociales; un pa¨ªs que est¨¢ desarroll¨¢ndose no puede cerrar los ojos a la gran cantidad de seres humanos que viven en la miseria m¨¢s extrema dentro de sus fronteras, eso no se puede tratar como parte del argot tur¨ªstico de la India, como parece pretenderse, no queda muy bien decir " me he ido de vacaciones a la India y he visto la miseria que hay y eso si que es aut¨¦ntico", claro, es aut¨¦ntico para ellos que lo viven y no saben como salir, pero para los que hacen esos comentarios lo aut¨¦ntico est¨¢ a muchos kil¨®metros m¨¢s all¨¢ en un buen refugio.Al ser un pa¨ªs en via de desarrollo, cuenta con los medios para poder ir cambiando esta mentalidad, que , por supuesto, no es nada f¨¢cil de conseguir, pero, como todas las cosas, el tiempo es el que siempre manda y el que todo lo cura.Se me ocurre que habr¨¢ que trabajar en todos los niveles, o sea, es imprescindible que las clases sociales m¨¢s favorecidas conozcan en profundidad la forma de vida y futuro de los desfavorecidos, pero, eso si, sin que a ellos les afecte, porque entonces el efecto podr¨ªa ser contraproducente; para ello, se puede hacer uso de los medios de comunicaci¨®n, estudios cinematogr¨¢ficos, etc.. o cualquier otro medio divulgativo que, de manera insistente, permitiera conocer estas realidades; de esta forma se podr¨ªa conseguir una mayor empat¨ªa hacia estas poblaciones, que dar¨ªa lugar a que se actuase socialmente en ellas y no se ver¨ªan afectados sus propios intereses.Por otro lado, la actuaci¨®n se centrar¨ªa en las clases m¨¢s desfavorecidas, no conviene, desde mi punto de vista, hacerle casas nuevas de protecci¨®n oficial ubicadas en lugares distintos de donde viven normalmente, esto no creo que sea bueno para ellos ni para los dem¨¢s porque se pueden crear especulaciones, la cosa est¨¢ en solucionarles el problema ah¨ª d¨®nde se encuentran ubicados, es decir, en ese territorio que nadie quiere para vivir y que es donde ellos habitan, pues bien, es ese entorno social el que hay que mantener para ellos, donde se encuentran identificados y donde hay que procurarles todos los medios para vivir en condiciones de higiene y salubridad, que incluya tanto el entorno como las propias viviendas, el coste econ¨®mico que le pueda suponer al estado la creaci¨®n de viviendas nuevas, que lo gaste haciendo estas mejoras en esos slums y poco a poco, si el pa¨ªs va desarroll¨¢ndose a mejor, las condiciones de trabajo cambian asi como la educaci¨®n de los j¨®venes, es posible que tambi¨¦n vaya cambiando el paisaje de todos estos barrios marginales.Es en esta poblaci¨®n, donde las ONG y otras asociaciones de car¨¢cter humanitario pueden ayudar bastante, estando a pie de calle, para mejorar la vida de todas estas personas,
Se me ha olvidado comentar antes la forma de asumir los gastos ocasionados por hacer y mantener todas estas mejoras en estos barrios; para mi, son tres las claves a tratar, en un inicio despu¨¦s puede cambiar, por un lado, la voluntad de querer hacer bien las cosas por parte de las autoridades, locales en este caso, permitiendo no aplicar unos impuestos desmesurados o no apropiados para la econom¨ªa de las familias que viven all¨ª; por otro lado, las ONG y otras asociaciones que en su trabajo diario permitan abrir nuevas oportunidades a estas personas, permitiendo su organizaci¨®n, toma de contacto con administraciones, etc.. y, por otro lado, el propio conocimiento de su realidad de estas familias, mentaliz¨¢ndolas de las desventajas de vivir en esas condiciones y las ventajas de las nuevas opciones, asi como, ser conscientes de lo que econ¨®micamente les puede suponer que, aunque fuera poco, lo deben asumir como de su responsabilidad.
Pero a que mentes maquiav¨¦licas, endemoniadas y antinaturalmente inhumanas, se les ocurri¨® hace siglos hacer un sistema de castas ¨ªnfame en un pa¨ªs como la India, malasa?as, que eran unos malasa?as sin sangre, s¨®lo con mucha mala leche.
El principal problema, desde mi punto de vista, que tiene la India es su sistema de clases sociales; un pa¨ªs que est¨¢ desarroll¨¢ndose no puede cerrar los ojos a la gran cantidad de seres humanos que viven en la miseria m¨¢s extrema dentro de sus fronteras, eso no se puede tratar como parte del argot tur¨ªstico de la India, como parece pretenderse, no queda muy bien decir " me he ido de vacaciones a la India y he visto la miseria que hay y eso si que es aut¨¦ntico", claro, es aut¨¦ntico para ellos que lo viven y no saben como salir, pero para los que hacen esos comentarios lo aut¨¦ntico est¨¢ a muchos kil¨®metros m¨¢s all¨¢ en un buen refugio.Al ser un pa¨ªs en via de desarrollo, cuenta con los medios para poder ir cambiando esta mentalidad, que , por supuesto, no es nada f¨¢cil de conseguir, pero, como todas las cosas, el tiempo es el que siempre manda y el que todo lo cura.Se me ocurre que habr¨¢ que trabajar en todos los niveles, o sea, es imprescindible que las clases sociales m¨¢s favorecidas conozcan en profundidad la forma de vida y futuro de los desfavorecidos, pero, eso si, sin que a ellos les afecte, porque entonces el efecto podr¨ªa ser contraproducente; para ello, se puede hacer uso de los medios de comunicaci¨®n, estudios cinematogr¨¢ficos, etc.. o cualquier otro medio divulgativo que, de manera insistente, permitiera conocer estas realidades; de esta forma se podr¨ªa conseguir una mayor empat¨ªa hacia estas poblaciones, que dar¨ªa lugar a que se actuase socialmente en ellas y no se ver¨ªan afectados sus propios intereses.Por otro lado, la actuaci¨®n se centrar¨ªa en las clases m¨¢s desfavorecidas, no conviene, desde mi punto de vista, hacerle casas nuevas de protecci¨®n oficial ubicadas en lugares distintos de donde viven normalmente, esto no creo que sea bueno para ellos ni para los dem¨¢s porque se pueden crear especulaciones, la cosa est¨¢ en solucionarles el problema ah¨ª d¨®nde se encuentran ubicados, es decir, en ese territorio que nadie quiere para vivir y que es donde ellos habitan, pues bien, es ese entorno social el que hay que mantener para ellos, donde se encuentran identificados y donde hay que procurarles todos los medios para vivir en condiciones de higiene y salubridad, que incluya tanto el entorno como las propias viviendas, el coste econ¨®mico que le pueda suponer al estado la creaci¨®n de viviendas nuevas, que lo gaste haciendo estas mejoras en esos slums y poco a poco, si el pa¨ªs va desarroll¨¢ndose a mejor, las condiciones de trabajo cambian asi como la educaci¨®n de los j¨®venes, es posible que tambi¨¦n vaya cambiando el paisaje de todos estos barrios marginales.Es en esta poblaci¨®n, donde las ONG y otras asociaciones de car¨¢cter humanitario pueden ayudar bastante, estando a pie de calle, para mejorar la vida de todas estas personas,
Se me ha olvidado comentar antes la forma de asumir los gastos ocasionados por hacer y mantener todas estas mejoras en estos barrios; para mi, son tres las claves a tratar, en un inicio despu¨¦s puede cambiar, por un lado, la voluntad de querer hacer bien las cosas por parte de las autoridades, locales en este caso, permitiendo no aplicar unos impuestos desmesurados o no apropiados para la econom¨ªa de las familias que viven all¨ª; por otro lado, las ONG y otras asociaciones que en su trabajo diario permitan abrir nuevas oportunidades a estas personas, permitiendo su organizaci¨®n, toma de contacto con administraciones, etc.. y, por otro lado, el propio conocimiento de su realidad de estas familias, mentaliz¨¢ndolas de las desventajas de vivir en esas condiciones y las ventajas de las nuevas opciones, asi como, ser conscientes de lo que econ¨®micamente les puede suponer que, aunque fuera poco, lo deben asumir como de su responsabilidad.
Pero a que mentes maquiav¨¦licas, endemoniadas y antinaturalmente inhumanas, se les ocurri¨® hace siglos hacer un sistema de castas ¨ªnfame en un pa¨ªs como la India, malasa?as, que eran unos malasa?as sin sangre, s¨®lo con mucha mala leche.
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