Desinvertir para un futuro mejor
Va a ser necesario dejar sin extraer cerca de un 80% de las reservas conocidas de combustibles f¨®siles si queremos impedir que el calentamiento global alcance un nivel insostenible
Algunas veces la mejor medida de la vitalidad de un movimiento es la reacci¨®n de quienes lo critican. Cuando a principios de noviembre la Universidad Nacional Australiana (ANU) anunci¨® que vender¨ªa sus acciones en siete empresas mineras y extractivas de combustibles f¨®siles, gener¨® una oleada de cr¨ªticas de los pol¨ªticos conservadores de su pa¨ªs.
Estos paladines del libremercado, que lo son apenas de nombre, se dieron el lujo de decir a la universidad a qu¨¦ deber¨ªa destinar sus fondos. Joe Hockey, Tesorero de Australia, la calific¨® como una decisi¨®n "desconectada de la realidad", y otros m¨¢s como una "desgracia", "muy extra?a" y "miope e irresponsable". Da igual que las sumas en cuesti¨®n hayan sido relativamente peque?as (menos de un 2% de la cartera de la universidad, estimada en 1.000 millones de d¨®lares).
A medida que se consolida la tendencia a desinvertir de los combustibles f¨®siles, veremos cada vez m¨¢s reacciones de p¨¢nico como estas. El clamor de los conservadores australianos me recuerda la reacci¨®n que recib¨ª cuando testifiqu¨¦ ante el Congreso de Estados Unidos en 2013, diciendo que "deber¨ªamos dejar el carb¨®n en la tierra, donde pertenece". David McKinley, congresista republicano por Virginia Occidental, contest¨® que mis palabras "le daban escalofr¨ªos" y luego comenz¨® a hablar de los ¨ªndices de crimen en Seattle, de donde era yo alcalde.
Hasta ExxonMobil parece haber sentido los efectos. Hace poco la compa?¨ªa public¨® una larga entrada de blog con tono a la defensiva respondiendo a lo que describ¨ªa como "un apoyo en toda regla" a la desinversi¨®n de los combustibles f¨®siles por parte de Mary Robinson, la enviada especial para el cambio clim¨¢tico del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. El sector de los combustibles f¨®siles ve claramente el movimiento por la desinversi¨®n como la amenaza pol¨ªtica que es. Cuando suficiente gente diga "no" a invertir en la producci¨®n de combustibles f¨®siles, el siguiente paso ha de ser que el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas se queden en sus yacimientos.
El sector de los combustibles f¨®siles
ve claramente el movimiento
por la desinversi¨®n como
la amenaza pol¨ªtica que es
Se trata de un paso necesario para evitar las consecuencias m¨¢s peligrosas del cambio clim¨¢tico. Va a ser necesario dejar sin extraer cerca de un 80% de las reservas conocidas de combustibles f¨®siles si queremos impedir que las temperaturas del planeta suban m¨¢s de los 2? Celsius que los cient¨ªficos consideran como el punto de inflexi¨®n tras el cual ya no se podr¨ªan mitigar los efectos m¨¢s graves.
Las compa?¨ªas petroleras y carbon¨ªferas y sus aliados pol¨ªticos nos advierten de la cat¨¢strofe fiscal que nos esperar¨ªa en ese caso, como si las olas de calor, sequ¨ªas, tormentas y ascenso del nivel del mar no conllevaran sus propias cat¨¢strofes sociales y fiscales. Como Alcalde de Seattle apoy¨¦ la construcci¨®n de edificios que hagan un uso eficiente de la energ¨ªa, el desarrollo de energ¨ªa solar, e¨®lica e hidroel¨¦ctrica y el fomento de caminar, tomar la bici y usar el transporte p¨²blico como alternativas a conducir un coche, todas ellas estrategias que pueden contribuir a la creaci¨®n de una econom¨ªa m¨¢s resistente y la consolidaci¨®n de alternativas viables a los combustibles f¨®siles. Sin embargo, no pueden evitar lo peor del calentamiento global, en particular si acaban haciendo que el carb¨®n y el petr¨®leo sencillamente se vendan en otros sitios.
Con todo lo imperfectos que puedan ser nuestros sistemas de gobernanza, es muy posible que en alg¨²n punto la gente y sus representantes exijan que nos enfrentemos a la verdad del calentamiento global y pongamos en pr¨¢ctica los controles normativos o legales necesarios para reducir dr¨¢sticamente el uso de los combustibles f¨®siles.
Si es usted un inversor prudente y cauto, considere por un momento esa posibilidad. Los valores en bolsa de este sector (que se basan en el supuesto de que las empresas podr¨¢n extraer y consumir todas las reservas conocidas) caer¨¢n en picado. As¨ª que invertir en estas compa?¨ªas es extremadamente riesgoso. Como sabe todo aquel que recibe estados de cuentas de inversi¨®n, "las rentabilidades pasadas no constituyen una garant¨ªa de las rentabilidades futuras".
Esta realidad es otro gran motivo para desinvertir. No hay duda de que algunos dir¨¢n que el mundo nunca cambiar¨¢ y que siempre seguiremos dependiendo de los combustibles f¨®siles. Pero basta con dirigir la mirada a Seattle, donde las parejas del mismo sexo se casan en el Ayuntamiento de la ciudad y se vende marihuana en tiendas autorizadas para ver la capacidad humana de reevaluar supuestos profundamente arraigados. El inversor prudente y el l¨ªder de los negocios inteligente mirar¨¢n los caminos hacia los que se dirige la econom¨ªa y no solamente los que ha transitado en el pasado.
La decisi¨®n de la ANU resulta inteligente para cualquiera que no est¨¦ sometido a los dict¨¢menes de las compa?¨ªas del sector del petr¨®leo y el gas, y con el paso del tiempo ir¨¢ brillando cada vez m¨¢s. Bien por ellos. Cuando en 2013 puse a Seattle en el camino de la desinversi¨®n, fue una decisi¨®n bien recibida por la gente m¨¢s joven (la misma que tendr¨¢ que vivir las consecuencias del calentamiento global), as¨ª como el p¨²blico en general. A medida que aumente la presi¨®n pol¨ªtica, recomiendo a las autoridades administrativas de la universidad que presten o¨ªdos ¨²nicamente a sus estudiantes.
Necesitamos m¨¢s valent¨ªa como la que ha demostrado la ANU con su decisi¨®n. Sus autoridades hicieron caso omiso al poder de los intereses de las compa?¨ªas del petr¨®leo y el carb¨®n, que en Australia son muy fuertes. Si pueden hacerlo recibiendo adem¨¢s el apoyo popular, no hay duda de que otros podr¨¢n tambi¨¦n.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen.
Mike McGinn fue alcalde de Seattle, la primera ciudad en comprometerse con la desinversi¨®n de los combustibles f¨®siles.
Copyright: Project Syndicate, 2014. www.project-syndicate.org
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