Indulto sin esc¨¢ndalo
La justicia no debe ser sentimental, pero debe tener en cuenta el sentido com¨²n
En un pa¨ªs como Espa?a, donde en los tribunales se acumulan y dilatan durante a?os casos que generan indignaci¨®n social y tienen consecuencias pol¨ªticas e institucionales, no dejan de causar estupor resoluciones como la que ordena la entrada en prisi¨®n de una joven madre por no pagar una multa de 1.440 euros referente a un delito cometido hace seis a?os.
No se trata de aplicar un sentimentalismo facil¨®n al funcionamiento de la justicia, pero s¨ª de emplear el sentido com¨²n. A pesar de las im¨¢genes pr¨¢cticamente diarias de pol¨ªticos y famosos ingresando o saliendo de prisi¨®n, la entrada en la c¨¢rcel no es un hecho menor en la vida de ning¨²n ciudadano. Para que una mujer deba hacerlo acompa?ada de su hija de dos meses y dejando fuera a otra menor al cuidado de terceros deber¨ªan darse circunstancias irremisibiles y no una concatenaci¨®n de situaciones desfavorables acompa?adas de una resoluci¨®n judicial cuanto menos muy interpretativa.
Que Sara Gonz¨¢lez cometi¨® un delito cuando emple¨® tarjetas de cr¨¦dito ajenas encontradas en la calle es incuestionable, como lo es el que sufriera dos enfermedades psicol¨®gicas. Pero Gonz¨¢lez fue condenada en los t¨¦rminos que establece la ley y sigui¨® los procedimientos marcados. Fue mal informada por sus abogados de la obligaci¨®n de pagar una multa, de modo que ahora, con su vida rehecha, curada de sus enfermedades y sin haber vuelto a delinquir, la Administraci¨®n de Justicia le obliga a ingresar en prisi¨®n. Ella, siguiendo estrictamente la ley, pide la suspensi¨®n cautelar porque va a solicitar un indulto. Pero el juzgado alega que ¡°previsiblemente¡± no se le conceder¨¢ ante ¡°el descr¨¦dito existente en la sociedad ante el otorgamiento de indultos a penados¡±. Es un eufemismo. No son los indultos ¡°a penados¡±, sino a cierto tipo de penados cuyas relaciones con el Gobierno ponen el indulto bajo sospecha. No es el caso de Gonz¨¢lez. Su posible indulto no desacreditar¨¢ a nadie. Al contrario.
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