Fiera herida
De pronto ante la perspectiva de volver a elegir representantes, empieza a despertarse de la extra?a enso?aci¨®n
Bueno, pues ya estamos en a?o de elecciones. Los tres transcurridos desde las ¨²ltimas generales pesan como siete u ocho, tan penosos han sido para gran parte de la poblaci¨®n y tanto se ha hecho notar el Gobierno (para fatal), con su mayor¨ªa absolut¨ªsima, su falta de escr¨²pulos y de visi¨®n de la realidad. Zapatero da la impresi¨®n de pertenecer a un difuso pasado remoto, y no hace tanto que reg¨ªa ¨Ces un decir¨C los destinos de la naci¨®n. Tambi¨¦n resultan lejanos los mil a?os en que ETA mataba, y par¨® cuando a¨²n se alojaba ese Presidente en La Moncloa. Eran legi¨®n los que necesitaban escolta, y ahora hay dificultades para asignarles misiones o cometidos a esos guardaespaldas que impidieron muchas muertes. La ¨¦poca en que los pol¨ªticos m¨¢s catalanistas no hab¨ªan sido presa de un virus contagioso y desaforado, se ve perdida en la noche de los tiempos: tres a?os de fervor patri¨®tico, sordo a todo razonamiento y proclive a fantas¨ªas on¨ªricas inspiradas en los valles de Siete novias para siete hermanos, Brigadoon y Horizontes perdidos (es decir, Shangri-La), se hacen eternos hasta para la m¨¢s entusiasta portadora del virus, la se?ora Forcadell, que debe de estar necesitando a gritos una cura de reposo. Lo anterior a estos tres a?os est¨¢ desdibujado, entre brumas, parece antediluviano e irreal.
De pronto, sin embargo, ante la perspectiva de volver a elegir representantes, empieza a despertarse de la extra?a enso?aci¨®n. ¡°Podemos cambiar¡±, nos decimos con cierta sorpresa. ¡°?Os acord¨¢is de que no siempre vivimos bajo la vara de Rajoy, de que no siempre estuvimos as¨ª?¡± Si eso nos pasa a los ciudadanos, uno asegurar¨ªa que con mayores motivo y previsi¨®n deber¨ªa sucederles a los partidos, que, si no un modelo de sociedad, se jugar¨¢n el sueldo de sus diputados, senadores, ministros, presidentes auton¨®micos, consejeros, alcaldes y concejales. Podr¨ªan encontrarse con muchos de ellos en el paro, con la obligaci¨®n de buscarles ¡°salidas¡±, sea en Europa o en la empresa privada ex-p¨²blica, mediante las llamadas ¡°puertas giratorias¡±, perfectamente engrasadas en este pa¨ªs. El trastorno psicol¨®gico tiene a¨²n peor arreglo. Es sabido que quienes pierden un cargo se sienten estupefactos y deprimidos durante largo tiempo. No acaban de entender que ya no les suenen los tel¨¦fonos pidi¨¦ndoles favores, que no haya un coche esper¨¢ndolos, que no los inviten a casi nada, que nadie les vaya a comprar lo que necesiten, que sus ¨®rdenes las oigan s¨®lo su marido o su mujer. En el mejor de los casos se quedan en un estado beat¨ªfico y ensimismado; en el peor, respiran resentimiento y maldicen la incomprensi¨®n y la ingratitud de la gente. Siguen sin percatarse de que en sus d¨ªas gloriosos nadie los requer¨ªa por su irresistible personalidad, sino por el puesto que ocupaban (salvo allegados y familia, claro est¨¢, cuando no se hubieran hartado de ellos).
El PP parece ahora mismo un animal acorralado, una fiera herida, y ya se sabe cu¨¢n peligrosas se tornan ¨¦stas
As¨ª que uno mira en primer lugar hacia quienes todav¨ªa tienen m¨¢s poder, el Gobierno y su partido. Nada bueno puedo decir, lo saben ustedes de sobra, pero como ciudadano me asalta enorme preocupaci¨®n al observar c¨®mo encaran este 2015 de forzosos cambios. Si no otra cosa, lo que es seguro es que el PP no obtendr¨¢ mayor¨ªa absoluta, y lo l¨®gico ser¨ªa que intentara perder lo menos posible, amortiguar el batacazo comparativo que sin duda se pegar¨¢. Y lo que uno advierte son, por el contrario, pulsiones suicidas entre sus dirigentes. El PP parece ahora mismo un animal acorralado, una fiera herida, y ya se sabe cu¨¢n peligrosas se tornan ¨¦stas. Lejos de tender alg¨²n puente, rectificar da?inas medidas econ¨®micas y pol¨ªticas, procurar no inspirar miedo (m¨¢s miedo) al electorado moderado para frenar las deserciones, se encastilla en sus posiciones m¨¢s autoritarias y m¨¢s de extrema derecha. No se asume la corrupci¨®n infecciosa; se ponen trabas sin cuento para acceder a los datos sobre los pol¨ªticos; se nombra un nuevo portavoz todav¨ªa m¨¢s c¨ªnico que el anterior, un individuo asentidor (siempre se lo ve asentir servilmente a cada estornudo de Rajoy en el hemiciclo) y falt¨®n (no pierde oportunidad de soltar algo ofensivo para todo el que no asienta con tantos cabezazos como ¨¦l).
Como los anteriores jefes de TVE no le parec¨ªan lo bastante abyectos al Gobierno, coloca a otros procedentes de TeleMadrid en recompensa por haber hundido y abochornado a esta cadena. El resultado son unos informativos grotescos que produce sonrojo mirar, sectarios, censores, reminiscentes del No-Do, llenos de sucesos y de reportajes ¡°pintorescos¡± que nada tienen de noticias. Luego fuerza a marcharse al Fiscal General Torres-Dulce, hombre ¨Ceso al menos¨C con la dignidad aprendida de los westerns de Ford, Hawks, Mann y Walsh, y acaba con todo vestigio de la divisi¨®n de poderes. Aprueba en el Parlamento la llamada ¡°Ley Mordaza¡±, de la que me ocup¨¦ por extenso cuando se conoci¨® su anteproyecto, en una columna titulada ¡°Neofranquismo¡±, creo, reproducida en diarios extranjeros para oprobio del Ministro del Interior y de Rajoy. Pero les da igual enajenarse a¨²n m¨¢s a la gente, exacerbar su enfado y su desesperaci¨®n; les trae sin cuidado perder m¨¢s votos de los que ya han perdido in pectore, y muchos son. Parece que no disciernan el futuro cercano y corran hacia el acantilado. Tal vez est¨¦ en su sangre, no lo puedan evitar. O tal vez sea que pretenden morir matando. De ser esto ¨²ltimo, prot¨¦janse y p¨®nganse bien a cubierto, porque un a?o todav¨ªa da mucho de s¨ª, para cobrarse v¨ªctimas.
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