Una boca in vitro para estudiar la placa bacteriana

Pocas alternativas encontraba la microbi¨®loga Vanessa Blanc all¨¢ por 2008 para estudiar c¨®mo crec¨ªan, en tiempo real, las bacterias de la boca, m¨¢s que pedirles a unos voluntarios que no se cepillasen los dientes durante varios meses. Una petici¨®n poco asequible para la investigadora, entre otras cosas, por sus firmes "consideraciones ¨¦ticas" como cient¨ªfica. La ¨²nica soluci¨®n factible era desarrollar un modelo de estudio, en este caso, un biofilm oral (placa bacteriana) in vitro. Cinco a?os y un largo y "duro" camino despu¨¦s, la doctora Blanc y su compa?ero de equipo en el centro de investigaci¨®n Dentaid, el doctor Rub¨¦n Le¨®n, presentaron ante la comunidad cient¨ªfica su boca artificial, un modelo de estudio que era capaz de reproducir in vitro la placa bacteriana real.

Los cient¨ªficos han reproducido una boca con enfermedad periodontal

"Quer¨ªamos estudiar c¨®mo crecen las bacterias en nuestras bocas porque, si crecen mucho, pueden desarrollar patolog¨ªas. Primero quer¨ªamos estudiar c¨®mo se forma el biofilm y luego c¨®mo matarlo", resume Blanc. Fue un arduo camino, reconoce, con muchas decisiones que tomar entremedias. La primera, las bacterias que quer¨ªan reproducir en ese modelo de estudio. Los microbi¨®logos eligieron seis de los m¨¢s de 700 microorganismos que habitan dentro de la boca humana. "Tuvimos que hacer una profunda revisi¨®n bibliogr¨¢fica para ver qu¨¦ bacterias elegir porque depende de cu¨¢les escojas, a lo mejor no se desarrolla el biofilm", apostilla la investigadora. La intenci¨®n era reproducir una boca con una enfermedad periodontal (infecciones que provocan la p¨¦rdida del soporte dental) "que es contra lo que hay que luchar", as¨ª que se decidieron por incorporar a su modelo tres microorganismos comensales, que no causan da?o, y tres pat¨®genos (que desarrollan enfermedades) asociados a dolencias periodontales.

Los cient¨ªficos tardaron cinco a?os en construir, desarrollar y estandarizar lo que se convirti¨® en el primer modelo de boca artificial en Espa?a dirigido a bacterias orales en flujo. "Nos cost¨® un a?o desarrollar un medio de cultivo que alimentase a los seis microorganismos porque cada uno tiene requerimientos nutricionales distintos y crecen a distinta velocidad", cuenta Blanc. Con la fuente de alimentaci¨®n creada, los investigadores inocularon en un peque?o biorreactor las seis especies y las dejaron crecer en un sistema de flujo similar al de la saliva -36,5 grados de temperatura y un ph de 6.5 a 7-. As¨ª, en el mismo flujo, los microorganismos se desplazaron hasta unos discos de hidroxiapatita -el mineral del que est¨¢ formado principalmente el esmalte dental- colocados en el recorrido y se adhirieron sobre su superficie. Tras cuatro d¨ªas de incubaci¨®n, los investigadores obtuvieron un biofilm oral maduro.

El modelo desarrollado servir¨¢?para estudiar el comportamiento de las bacterias y evaluar la eficacia de los colutorios

Solo al microscopio se asemeja el modelo desarrollado al de una boca al uso. A simple vista, nada tiene que ver la cavidad bucal con el sistema de laboratorio que han creado los cient¨ªficos de Dentaid para reproducir el biofilm oral. Sin embargo, pese a la imagen externa, los investigadores s¨ª han conseguido copiar in vitro la placa bacteriana real, lo que les ha servido para estudiar el comportamiento de las diferentes especies y evaluar la eficacia de los colutorios que fabrica la compa?¨ªa a la que pertenece el centro de investigaci¨®n. "La boca artificial funciona como una herramienta m¨¢s para estudiar la evoluci¨®n de las bacterias, c¨®mo crecen, c¨®mo se desarrollan, c¨®mo interaccionan unas con otras, si los colutorios son capaces de matar ese biofilm y c¨®mo penetran en ¨¦l...", explica Blanc.

Ahora que la boca artificial ya es un instrumento m¨¢s de sus laboratorios, los cient¨ªficos siguen avanzando en sus investigaciones con ella. Pese a que seis microorganismos son los que est¨¢n publicados oficialmente, el equipo de microbiolog¨ªa oral de Dentaid ya ha hecho experimentos hasta con 12 especies distintas y ahora est¨¢n trabajando en nuevos proyectos para estudiar la halitosis o el biofilm que se forma en los implantes dentales.