Espa?a, ?una Arcadia para el expolio nazi?
La aparici¨®n en M¨²nich de 1.280 obras en posesi¨®n de Cornelius Gurlitt, cuyo padre fue galerista de Hitler, ha avivado el debate
Estamos en 2000. Claude Cassirer, un fot¨®grafo estadounidense, recorre los 31 escalones que separan el vest¨ªbulo de la sala n? 32 del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. All¨ª, en el primero piso, donde cuelgan los impresionistas, lee, at¨®nito: ¡°Rue Saint-Honor¨¦, apr¨¨s-midi. Effet de pluie. 1897. Camille Pissarro¡±. Lo reconoce. Es el cuadro que su abuela, Lilly Neubauer, una jud¨ªa alemana, se vio forzada a vender en 1939 a Jakob Scheidwimmer, marchante y miembro del partido nazi. El dinero le procur¨® un visado para huir de Alemania y evitar los campos de exterminio. Claude Cassirer (ya fallecido) une sus piezas y en 2005 denuncia a la Fundaci¨®n Thyssen. Comienza la pelea por recuperar un lienzo de 20 millones de euros que desde 1993 pertenece a Espa?a.
Diez a?os despu¨¦s observo la tela con Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen. ¡°Nos sentimos v¨ªctimas¡±, se defiende. ¡°No estamos utilizando ninguna t¨¢ctica jur¨ªdica dilatoria. Hacemos un uso leg¨ªtimo de nuestro derecho de propiedad¡±. Lilly Neubauer acept¨® en 1958 una compensaci¨®n de 120.000 marcos del Gobierno federal alem¨¢n. A juicio del museo, tema zanjado. No para Ronald Lauder, presidente del Congreso Mundial Jud¨ªo. ¡°Exigimos a Espa?a que cumpla con rapidez su obligaci¨®n moral con esta familia¡± y deje de escudarse en ¡°justificaciones t¨¦cnicas¡±, como la jurisdicci¨®n del litigio. El pa¨ªs firm¨® los principios (no vinculantes) de Washington. Las reclamaciones de las v¨ªctimas del Holocausto se atienden antes por criterios morales que jur¨ªdicos.
Tantas diferencias me llevan a una pregunta. ?Fue Espa?a una Arcadia para el expolio nazi?
A trav¨¦s de la valija diplom¨¢tica pasaban, con escala hacia Am¨¦rica, cajas y cajas de arte expoliado¡±
Miguel Martorell, profesor de la UNED, ha investigado esos a?os de plomo. ¡°A trav¨¦s de la valija diplom¨¢tica pasaban, con escala hacia Am¨¦rica, cajas y cajas de arte expoliado¡±, revela. ¡°La OSS [precursora de la CIA] estaba al tanto¡±. Los Aliados vigilaban a Alois Miedl, marchante del ide¨®logo del exterminio Herman G?ering, aunque no lo consideraban ¡°caza mayor¡±. Miedl ¡ªaprovech¨¢ndose de la persecuci¨®n a los jud¨ªos¡ª compr¨® a bajo precio la colecci¨®n holandesa Goudstikker. Mil pinturas de maestros medievales y renacentistas. Veintid¨®s de ellas llegaron a Espa?a en 1944. Para su sorpresa, fueron bloqueadas en Bilbao: Holanda las reclamaba. Pero el Gobierno franquista impidi¨® su restituci¨®n. Incluso el Prado, indiferente a su origen, quiso comprar dos cuadros. En 1949, Exteriores levant¨® el bloqueo. Miedl y sus tesoros (El Greco, Frans Hals, Van Dyck) se desvanecieron para siempre.
De Espa?a a Alemania. La aparici¨®n en M¨²nich de 1.280 obras en posesi¨®n de Cornelius Gurlitt, cuyo padre fue galerista de Hitler, ha avivado el debate. ?Hora de vaciar los museos de arte saqueado por los nazis? El Gobierno franc¨¦s admite que en sus galer¨ªas hay 2.140 obras (de Tiepolo a C¨¦zanne) que se creen expoliadas a familias jud¨ªas. Alemania ha escudri?ado 690.000 objetos de sus museos. Un 5% podr¨ªa ser rapi?ado. Hace falta saber m¨¢s de este cat¨¢logo de la infamia.
Hablo en Londres con The Art Loss Register, que maneja la mayor base de datos del mundo de piezas expoliadas, unas 25.000. ¡°Algunas fueron destruidas en la guerra, otras est¨¢n en manos privadas, y las menos, en museos que todav¨ªa no han revisado sus cat¨¢logos¡±, narra Vanessa von Kolpinski, investigadora de la compa?¨ªa. El gran problema del saqueo nazi es que muchas colecciones (Gurlitt es un ejemplo) permanecen ocultas durante d¨¦cadas y solo cuando se venden dejan rastro. Tampoco ayuda que sean sucesos ocurridos hace 70 a?os. El tiempo es otro expolio.
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