Cinco a?os despu¨¦s, Hait¨ª avanza
Esta entrada ha sido escrita porOlson Regis, director social de TECHO en Hait¨ª.
Foto: TECHO.
Muchas veces encontramos que cuando se hace referencia a Hait¨ª en los medios internacionales se habla de un pa¨ªs devastado, que est¨¢ en un estado de crisis permanente, con una sociedad fragmentada y en el cual la cooperaci¨®n internacional aparece como una garant¨ªa de progreso y desarrollo. Y tambi¨¦n, la mayor atenci¨®n de los grandes medios internacionales se da en momentos de crisis institucionales o cat¨¢strofes naturales, como el terremoto ocurrido el 12 de enero del 2010, hace 5 a?os.
Esta visi¨®n que se presenta del pa¨ªs est¨¢ en discusi¨®n y cr¨ªtica permanente a nivel interno, as¨ª como tambi¨¦n se cuestiona constantemente desde la ciudadan¨ªa el papel y orientaci¨®n que la intervenci¨®n de la cooperaci¨®n internacional ha desarrollado.
He sido testigo de c¨®mo se fustiga el car¨¢cter asistencialista del esquema de cooperaci¨®n, que en muchos casos, posiciona al haitiano parece ser un mero objeto de un programa, m¨¢s que un actor de cambio y un protagonista en la soluci¨®n de los problemas que lo aquejan d¨ªa a d¨ªa.
As¨ª es como el planteamiento de un problema -como puede ser la poca participaci¨®n o compromiso de los haitianos en el cambio de su realidad- pasa a ser respuesta y justificaci¨®n de pol¨ªticas de intervenci¨®n.
Como haitiano, creo que esa visi¨®n est¨¢ lejos de representar la realidad de un pa¨ªs y una sociedad capaz de sobreponerse a las adversidades; capacidad reflejada en el dicho tradicional ¡°d¨¨y¨¨ m¨°n gen m¨°n¡± (detr¨¢s de la monta?a hay otra monta?a), que ejemplifica la disposici¨®n de aceptar y afrontar los distintos obst¨¢culos de la vida. Esta capacidad se ve en cada acci¨®n de la vida diaria, desde el esfuerzo de una familia por tener acceso a una fuente de agua que est¨¢ a dos horas a pie, hasta la organizaci¨®n de comunidades que reclaman el acceso a servicios b¨¢sicos, en un pa¨ªs en que el acceso al agua potable y otros bienes b¨¢sicos para la vida est¨¢ restringido a gran parte de la poblaci¨®n.
Hait¨ª est¨¢ lejos est¨¢ de ser un tejido social disperso. Por el contrario, la organizaci¨®n y pertenencia comunitaria predominan en los sectores m¨¢s empobrecidos del pa¨ªs, sectores a los cuales acompa?amos en pos de lograr el desarrollo y empoderamiento de las comunidades que se encuentran en una posici¨®n m¨¢s desventajosa.
¡°Solo piedra, rocas y polvo¡± cuenta Ciliene Joseph que encontr¨® cuando lleg¨® a Cana¨¢n, lugar que hoy agrupa a 36 mil personas de acuerdo a los datos de la OIM y que est¨¢ ubicado sobre la falda de un cerro a la salida de la ciudad. Nada de eso le import¨® para asumir como l¨ªder dentro de su comunidad gestionando proyectos para acercar agua y saneamiento a su comunidad, Onaville. La distancia con la ciudad -el transporte es escaso y deben salir a la carretera para conseguir un ¡°tap tap¡±- tampoco fue inconveniente para lograr armar la escuela comunitaria que hoy dirige y que permite a los ni?os y ni?as de Onaville contar con un ¡°mwayen¡± (alg¨²n recurso) de continuar su educaci¨®n.
Proyectos como la reconstrucci¨®n de una escuela ca¨ªda en el terremoto en La Digue, donde los vecinos dise?aron el modelo de manera participativa y asumieron los roles de jefes de obra, alba?iles. Hoy tambi¨¦n participan como profesores. En Royal, una comunidad de pescadores artesanales en Cabaret, la necesidad de un espacio cultural se transform¨® en una biblioteca que hoy adem¨¢s hace de centro cultural.
?Cu¨¢l fue la diferencia? ?Por qu¨¦ estos proyectos tomaron forma en un pa¨ªs que se mira desde afuera como incapaz de levantarse? En mi opini¨®n, y desde nuestra experiencia en TECHO, es por esto que creemos en que otra forma de cooperaci¨®n es posible; un esquema en el cual los pobladores de las comunidades y grandes centros urbanos sean participantes necesarios en la decisi¨®n y el desarrollo de soluciones que impactan en su vida diaria, m¨¢s que meros instrumentos de pol¨ªticas asistencialistas.
Pensamos en que los haitianos y haitianas no solo tienen la necesidad sino el derecho a ser protagonista de cualquier proceso de cambio, y cuentan con las capacidades para serlo mientras se garanticen los medios. Esto representa el mejor camino a una sociedad m¨¢s justa e inclusiva, en la cual la cooperaci¨®n internacional tenga un rol arm¨®nico con las din¨¢micas internas inherentes a la sociedad haitiana.
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