Ardor de guerra

Todos somos Charlie Hebdo y, adem¨¢s, no somos est¨²pidos. Aprovechando el duelo, hay algunos que quieren meternos de contrabando una nueva Cruzada con estandarte laico. Ante esta operaci¨®n de desinteligencia, conviene refrescar la memoria. La memoria hist¨®rica no es una industria, es una necesidad. Aqu¨ª la industria m¨¢s boyante ha sido, y es, la de la desmemoria. Si hay una defensa eficaz frente al terrorismo y los cr¨ªmenes contra la humanidad, esa es la justicia universal. En Espa?a se la ha amputado con motosierra y estamos ante el peligro de una deforestaci¨®n de derechos. La ¨²ltima prueba es la decisi¨®n de dar carpetazo a la investigaci¨®n por la muerte de miles de espa?oles en Mauthausen. En nuestro pa¨ªs deber¨ªamos estar muy alertas ante este tipo de contrabando donde lo sectario se pega a lo legal como el dinero falso al verdadero. Hay una propensi¨®n en los profetas Mano Dura a llevarlo todo a la dial¨¦ctica de amigos y enemigos, con la producci¨®n predilecta de enemigos ¡°interiores¡±. Hace tan s¨®lo unas d¨¦cadas, algunos recordar¨¢n, Espa?a fue escenario de una Cruzada. En la Cruzada moderna, no hace nada, el enemigo de Dios era la Rep¨²blica. El demonio no era el se?or Marx, sino la Instituci¨®n Libre de la Ense?anza. Est¨¢ en los discursos y los pre¨¢mbulos de las leyes de la dictadura. En medio del ¡°ardor de guerra¡± que se atiza hoy en Europa, olvidando el fracaso belicista de Bush, habr¨ªa que escuchar m¨¢s a los que llevan a?os trabajando en la justicia universal y por los derechos humanos en el islam. El verdadero militar no jalea la guerra. Sabe que no es lo mismo tomar trincheras en el caf¨¦ que tomar caf¨¦ en las trincheras. Pero se nos han llenado los peri¨®dicos de pollos que toman las trincheras en el caf¨¦.