Estrategias menguantes

Artur Mas quema etapas restringiendo su campo de influencia. Empez¨® gobernando con el objetivo del pacto fiscal, que gozaba de gran predicamento en la sociedad catalana. En 2012, despu¨¦s de la gran manifestaci¨®n de septiembre, bast¨® un portazo de Mariano Rajoy para que Artur Mas lo diera por finiquitado. Pas¨® pantalla: convoc¨® las elecciones bajo el eslogan del derecho a decidir. CiU perdi¨® una parte sensible de su cuota electoral. Pero la nueva bandera fue asumida por una amplia mayor¨ªa que, en algunos momentos, abarc¨® desde Uni¨® y el PSC hasta la CUP pasando por Converg¨¨ncia, Esquerra e Iniciativa. Ahora Artur Mas vuelve a estrechar el terreno con una alianza que ya es solo a dos ¡ªConverg¨¨ncia (i Uni¨®) y Esquerra¡ª. Del derecho a decidir ha pasado directamente a la independencia.

El 9N marc¨® un punto de inflexi¨®n. El soberanismo mostr¨® su capacidad de movilizaci¨®n y organizaci¨®n y puso en rid¨ªculo al Gobierno espa?ol. Pero al mismo tiempo se tom¨® conciencia de que faltaba capital pol¨ªtico ¡ªvotos¡ª para dar el salto a la declaraci¨®n de independencia. Artur Mas cambi¨® el ritmo, intent¨® sin ¨¦xito la OPA sobre el entorno y estallaron los recelos naturales entre convergentes y republicanos. Por debajo, el caso Pujol late como una bomba de explosi¨®n retardada, pese a los esfuerzos de Mas para enterrarlo en silencio. Y de pronto, de la nada, irrumpi¨® Podemos. Escribi¨® Marina Subirats que el independentismo actuaba como utop¨ªa disponible, en tiempos escasos en proyectos pol¨ªticos de futuro. Ahora en Catalu?a hay dos utop¨ªas disponibles: la independentista y la del cambio que lidera Podemos. Ambas tienen un objetivo com¨²n: la redistribuci¨®n del poder, aunque las partes que intentan arrancar del compacto bloque estatal no son las mismas. Podemos da refugio progresista a mucho votante contrario a la independencia, pero tambi¨¦n puede canalizar la insatisfacci¨®n que algunos, sin ser soberanistas, expresaban a trav¨¦s del independentismo.

Artur Mas busca ahora el pleno del soberanismo fet¨¦n, pensando que si lo consigue, lo dem¨¢s se dar¨¢ por a?adidura. A su vez gana tiempo para dar un respiro a sus alcaldes que tem¨ªan unas municipales contaminadas por las auton¨®micas, para ver c¨®mo evoluciona el escenario espa?ol y para seguir al frente del proceso. El acuerdo, con Esquerra, cargado de parafernalia simb¨®lica, anuncia ya otro 11 de septiembre de gran movilizaci¨®n como inicio de la campa?a electoral. La creaci¨®n de ¡°estructuras de Estado¡± y la remodelaci¨®n del Gobierno incorporando independientes deber¨ªan servir para el rearme moral de un soberanismo que entraba en el desencanto. Pero cuesta entender una estrategia que a cada paso nuevo reduce su ¨¢mbito potencial de influencia. La pol¨ªtica es el arte de la ocasi¨®n: captar el momento adecuado para crecer. Un amigo me dec¨ªa: no tengo prisa, s¨¦ que la independencia es un proceso largo, solo pido saber cu¨¢ndo empieza. Quiz¨¢ Mas ha querido anunciar que empieza el 27 de septiembre. No s¨¦ si mi amigo se dar¨¢ por satisfecho.