Muerte en Argentina

Dec¨ªa el expresidente argentino Carlos Menem que ¡°nadie muere la v¨ªspera¡±. Eso es exactamente lo que le ha sucedido al fiscal Alberto Nisman, encontrado sin vida en su domicilio, con un tiro en la sien, horas antes de una prevista comparecencia ante el Congreso para explicar las graves acusaciones que hizo la semana pasada contra la presidenta Cristina Fern¨¢ndez y su ministro de Exteriores, H¨¦ctor Timerman. Es precisamente el car¨¢cter de los cargos contra la jefa del Estado ¡ªel encubrimiento de la responsabilidad de Ir¨¢n en el peor atentado de la historia argentina¡ª lo que obliga a la m¨¢xima prudencia, pero tambi¨¦n exige la m¨¢xima celeridad, para aclarar una muerte que se a?ade a uno de los episodios m¨¢s negros de la historia reciente del pa¨ªs sudamericano.

El atentado antisemita contra la Asociaci¨®n Mutual Israelita Argentina (AMIA), perpetrado en 1994, seg¨® la vida a 85 personas y caus¨® m¨¢s de 300 heridos. Ya han transcurrido dos d¨¦cadas y la investigaci¨®n se ha empantanado en diversas ocasiones. No puede extra?ar la l¨®gica incredulidad e indignaci¨®n de las v¨ªctimas y de gran parte de la sociedad argentina, que considera que el crimen ha quedado impune a pesar de las reiteradas promesas de sucesivos Gobiernos, incluyendo el actual, de que se iba a saber la verdad.

No obstante lo complicado del sumario existen elementos meridianamente claros sobre las implicaciones internas e internacionales del atentado. La fiscal¨ªa siempre ha apuntado a la participaci¨®n activa de servicios de inteligencia extranjeros, en particular los de Ir¨¢n. Pero, tras seguir la l¨ªnea marcada por el poder judicial y exigir la captura internacional de ocho altos funcionarios iran¨ªes ¡ªentre ellos el expresidente Al¨ª Rafsanjani¡ª el Gobierno argentino dio en 2013 un giro de 180 grados en su estrategia y anunci¨® por sorpresa la firma de un pacto pol¨ªtico con Teher¨¢n para crear una Comisi¨®n de la verdad que arrojara luz definitiva sobre la matanza. Dos a?os m¨¢s tarde, dicha comisi¨®n no se ha creado porque Ir¨¢n no ha ratificado el pacto y la situaci¨®n sigue siendo la misma: las v¨ªctimas, desamparadas, y la investigaci¨®n, en un callej¨®n sin salida.

El fiscal muerto hab¨ªa abierto una v¨ªa de incalculables efectos pol¨ªticos. Acus¨® a Fern¨¢ndez y a Timerman de orquestar una trama para exculpar al r¨¦gimen iran¨ª a cambio de favores de Teher¨¢n a la asfixiada situaci¨®n econ¨®mica, lo que desat¨® una tempestad pol¨ªtica en Argentina y puso a Nisman en el centro de la diana, con amenazas contra su vida.

La prudencia obliga a no sacar conclusiones precipitadas; pero ni la imagen de Argentina ni, sobre todo, la memoria de las v¨ªctimas de la AMIA, merecen que la verdad siga oculta y que ocurran hechos como la extra?a muerte de Nisman, que arrojan m¨¢s confusi¨®n y sospecha al drama. El Gobierno y la justicia tienen la obligaci¨®n de aclarar las circunstancias del fallecimiento del fiscal. Y de encontrar ¡ªy aplicarles la ley¡ª a los autores de atentado contra la AMIA.