?Pero sigue habiendo ¨¦bola en ?frica Occidental?
Inter¨¦s a lo largo del tiempo de la palabra "¨¦bola" en Google para Espa?a. La tendencia representa valores relativos sobre el total de b¨²squedas.
Si tuvi¨¦semos que regirnos por la curva de inter¨¦s que muestran las b¨²squedas de Google Trends en Espa?a con respecto al ¡°¨¦bola¡±, cualquiera pensar¨ªa que la crisis est¨¢ finiquitada. Al fin y al cabo, lo ¨²nico que queda del p¨¢nico que se desat¨® en nuestro pa¨ªs durante meses son los coletazos judiciales de un asunto que ha acabado ¨Ccomo casi todos los dem¨¢s- en el abrevadero de nuestras batallitas partidistas.
En ?frica Occidental la perspectiva es diferente. De acuerdo con las cifras m¨¢s recientes que hemos actualizado en el especial online de ISGlobal Las tres crisis del ¨¦bola, esta enfermedad constituye todav¨ªa la pesadilla de una regi¨®n entera del planeta. En Liberia, Guinea y Sierra Leona la cifra de infectados supera ya los 20.000 y los muertos alcanzan el r¨¦cord de 8.220. La evoluci¨®n de la epidemia ha sorteado las previsiones m¨¢s pesimistas, la transmisi¨®n es lenta y pronto podr¨ªa entrar en fase de control, pero las organizaciones humanitarias advierten a quien les quiera escuchar que la crisis en ning¨²n caso ha terminado. Como recuerda el coordinador de la respuesta internacional, David Nabarro, ¡°la enfermedad est¨¢ siendo transmitida en tres pa¨ªses con una extensi¨®n agregada m¨¢s amplia que el Reino Unido. Tienen infraestructuras limitadas, sus fronteras son porosas y una serie de tradiciones culturales fuertemente arraigadas facilitan la expansi¨®n del virus¡±.
Estas son las tres prioridades que define la ONU: controlar definitivamente la epidemia, sentar las bases de la recuperaci¨®n y garantizar que las debilidades que permitieron la expansi¨®n del brote han sido resueltas. Todo debe ocurrir sin que los esfuerzos cient¨ªficos por desarrollar nuevos tratamientos hayan dado resultado todav¨ªa y antes de que la comunidad internacional, como en el caso de Espa?a, encuentre otras cuestiones de las que preocuparse.
La fase de recuperaci¨®n ser¨¢ larga y costosa. A medida que el polvo generado por la emergencia se va aposentando, el panorama sanitario y socioecon¨®mico que muestra la regi¨®n resulta desolador. El ¨¦bola ha golpeado las fr¨¢giles estructuras que, con mucho esfuerzo y tras d¨¦cadas de conflicto violento, hab¨ªan comenzado a recuperar los indicadores sociales y econ¨®micos de los tres pa¨ªses m¨¢s afectados. La crisis no solo ha multiplicado las necesidades de gasto p¨²blico en sectores tan sensibles como la sanidad y la seguridad alimentaria, sino que ha crujido la maquinaria de crecimiento y generaci¨®n de ingresos con la que contaban estos pa¨ªses: restricciones a la movilidad de trabajadores y a las exportaciones, ca¨ªda de la inversi¨®n extranjera y desaparici¨®n completa del turismo. Como se?ala el Banco Mundial citando el precedente del SARS en Asia, lo peor de este vendaval econ¨®mico es que no depende tanto de la evoluci¨®n cierta de la enfermedad como de la sensaci¨®n de miedo que se establezca en sus vecinos.
?Podr¨¢ seguir contando la regi¨®n con el apoyo de los donantes? Aunque el conjunto de los pa¨ªses ha cubierto ya dos terceras partes de los 1.500 millones de d¨®lares solicitados por la ONU en su Plan de Respuesta al Brote de ?bola, existe el riesgo de que el tercio restante ¨Ccr¨ªtico en esta fase de la crisis- resulte mucho m¨¢s dif¨ªcil de conseguir. El grueso de los recursos est¨¢ peligrosamente polarizado entre un pu?ado de pa¨ªses donantes que cargan con la parte principal del esfuerzo (EEUU en particular, con el 36% de todos los fondos) y una mir¨ªada de organizaciones privadas cuyo compromiso depende de la sensibilidad de la opini¨®n p¨²blica. En el medio se encuentran muchos gobiernos que han cumplido de forma m¨¢s o menos honrosa los compromisos que realizaron, pero sus contribuciones son tan peque?as que no podr¨¢n sostener la fase de recuperaci¨®n por s¨ª mismos (ver el caso espa?ol en el gr¨¢fico adjunto).
La virulencia de la crisis del ¨¦bola record¨® a la comunidad internacional que el desarrollo es un ejercicio de inter¨¦s mutuo tanto como una obligaci¨®n ¨¦tica. Lo que era relevante durante la fase de expansi¨®n del virus sigue siendo relevante ahora que luchamos por sentar las bases de la recuperaci¨®n. Levantar el pie del acelerador es volver a la casilla cero.
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