Utop¨ªas desgarradoras
Los atentados de Par¨ªs han puesto a Europa frente a su espejo
Emigr¨® de Argelia buscando una vida mejor. Lleg¨® a Par¨ªs para escapar de la pobreza, de la marginaci¨®n y la falta de futuro. Logr¨® un trabajo de baja cualificaci¨®n, tuvo hijos y tambi¨¦n nietos. Ellos ya eran franceses, tuvieron derecho a la educaci¨®n y a la sanidad, pero para ellos ya no era suficiente tener un techo digno y agua caliente en casa. Viv¨ªan en un pa¨ªs en el que no lograron integrarse, en barriadas con muchas familias como la suya, sin un ascensor social que les asegurara el futuro. Su para¨ªso estaba roto. Buscaron una utop¨ªa y fue la peor de las posibles.
Esta historia se ha repetido millones de veces en los pa¨ªses de Europa occidental. La gran mayor¨ªa de las veces termina formando bolsas de pobreza y exclusi¨®n. En el peor de los casos, acaba en las redes de captaci¨®n de grupos terroristas, criminales, radicales o fan¨¢ticos, que ofrecen lo que la sociedad en la que viven no ofrece: sentido de pertenencia, identidad, objetivos vitales y b¨²squeda de ilusi¨®n; pero tambi¨¦n mentiras, autodestrucci¨®n y muerte.
Los atentados de Par¨ªs y la operaci¨®n antiterrorista en B¨¦lgica han puesto a Europa frente al espejo. Los emigrantes de segunda o tercera generaci¨®n, ya ciudadanos europeos de pleno derecho, est¨¢n en el punto de mira. La falta de integraci¨®n, la exclusi¨®n social, es el problema que subyace y el que necesita ser arreglado cuanto antes. Est¨¢ indisolublemente asociado a la creciente desigualdad que golpea, como consecuencia de la crisis, a Europa.
Las personas necesitan esperanzas que llenen la vacante de la desilusi¨®n. Aferrarse a una utop¨ªa, a un proyecto ilusionante que implique la realizaci¨®n personal y colectiva es fundamental. Ahora, en tiempos de crisis, es m¨¢s evidente que nunca. No es casual que emerjan opciones populistas de todo signo, pero tampoco que los grupos terroristas extiendan sus redes de captaci¨®n por las sociedades europeas. El debate sobre la emergencia yihadista est¨¢ de nuevo en lo m¨¢s alto de las prioridades, y las decisiones pol¨ªticas debieran saber leer la situaci¨®n sin caer en la tentaci¨®n del enfrentamiento entre culturas.
Las personas necesitan esperanzas que llenen la vacante de la desilusi¨®n
Francia estima que m¨¢s de 1.200 personas est¨¢n implicadas en las redes yihadistas sirias. Reino Unido, en torno a 600; Alemania, 550; B¨¦lgica ha exportado ya 400 a combatir en Siria. Lo mismo ocurre en otros pa¨ªses, como Espa?a. Otros, como los asesinos de Par¨ªs, han actuado en suelo europeo. La labor de seguimiento de los servicios de inteligencia es crucial, pero no lo es menos detectar las causas profundas para encontrar soluciones duraderas. ?stas no son policiales ni legales, son sociales y a largo plazo.
El esfuerzo occidental debe ir mucho m¨¢s all¨¢ que la defensa de la libertad de expresi¨®n y la coordinaci¨®n policial. Tambi¨¦n del falso debate entre libertad y seguridad. Si la seguridad condiciona las libertades que caracterizan al mundo occidental, el fanatismo podr¨¢ apuntarse un tanto. Si avanza la islamofobia, el racismo o la xenofobia, Occidente habr¨¢ sufrido una derrota. Las palabras de Angela Merkel junto al primer ministro turco, haciendo suya la afirmaci¨®n del expresidente Christian Wulff sobre el islam, junto al cristianismo y al juda¨ªsmo, como ¡°parte de Alemania¡±, marcan el camino a seguir. Debemos ser capaces de convivir e integrar a los musulmanes de primera, segunda o tercera generaci¨®n en las sociedades europeas. No se ha conseguido hasta ahora. Pero la convivencia no es importante solo dentro de nuestras sociedades. El mismo principio debe aplicarse a nivel global. La convivencia, respeto y tolerancia deben llegar a la escena internacional, de manera que se conforme un marco inclusivo donde avanzar hacia el desarrollo social de los pa¨ªses isl¨¢micos y se rechace claramente a los fan¨¢ticos. El cristianismo necesit¨® siglos para llegar al nivel de desarrollo del que hoy goza, lastrado por disputas internas y los fundamentalismos destructivos. Afortunadamente, hoy, son problemas del pasado.
La religi¨®n no es s¨®lo una fe, tambi¨¦n es una instituci¨®n, un lenguaje e incluso un mercado donde se compite por creyentes. El radicalismo terrorista trata de consolidarse como ¨²nica instituci¨®n verdadera del islam, imponiendo su lenguaje para copar todo el mercado musulm¨¢n. El Estado Isl¨¢mico (EI) y Boko Haram se suman hoy a Al Qaeda, enzarzados en una lucha por liderar el yihadismo global y atraer a musulmanes de todo el mundo. El EI, las fallidas transiciones ¨¢rabes (con la excepci¨®n de T¨²nez) y la violencia en Siria, Irak, Libia o Yemen cambian el tablero en el que debe analizarse la nueva emergencia del terrorismo yihadista.
El radicalismo terrorista trata de consolidarse como ¨²nica instituci¨®n verdadera del islam
Las revueltas ¨¢rabes se produjeron en un contexto de estancamiento social, desempleo y hast¨ªo de las dictaduras imperantes en Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica. El fracaso, con la excepci¨®n tunecina, deja a millones de j¨®venes sin expectativas, frustrados por lo que pudo ser y no fue. La ilusi¨®n est¨¢ rota dentro y fuera de los pa¨ªses musulmanes. La yihad, como cualquier otro mensaje simplista, radical y reduccionista, es capaz de seducir a mucha gente sumida en la desesperanza. La vacante que deja el des¨¢nimo se puede ver f¨¢cilmente cubierta con fan¨¢ticos que posan ante banderas negras. No debemos permitirlo.
Las intervenciones militares occidentales han demostrado sobradamente su fracaso, como demuestra el caso afgano o iraqu¨ª. Occidente debe ser consciente de que hay un conflicto dentro del mundo musulm¨¢n que no se puede ganar con bombas ni intervenciones extranjeras. Deben ser los propios musulmanes moderados, la gran mayor¨ªa, la que venza. Debemos encontrarlos, acercarnos, apoyarlos e integrarlos. Dentro y fuera de nuestros pa¨ªses. Son la gran esperanza de paz para un contexto tan vol¨¢til e inestable como el que nos rodea.
Javier Solana es distinguished fellow en la Brookings Institution y presidente de ESADEgeo, el Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2014.
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