Evoluci¨®n social
La revista dominical de EL PA?S ha reflejado el devenir de la ciudadan¨ªa espa?ola en democracia. Desde el aborto hasta el paro o los avances cient¨ªficos, pasando por los retos de la igualdad y los nuevos tipos de familia. P¨¢ginas que esbozan el retrato de un pa¨ªs.
Domingo 3 de octubre de 1976. A?o 1, n¨²mero 1. Volver sobre la portada del primer n¨²mero del El Pa¨ªs Semanal no invita a la a?oranza. Al contrario. Produce cierto escalofr¨ªo ver lo cerca que hemos estado de volver atr¨¢s en un ¨¢mbito que define como pocos d¨®nde estamos en el terreno de las libertades individuales. El reportaje se titulaba Abortar en Londres y relataba el viaje de una joven espa?ola para interrumpir un embarazo no deseado. En ese momento, la mayor parte de las extranjeras que abortaban en la capital brit¨¢nica eran espa?olas. Desde entonces se han aprobado dos leyes del aborto; la ¨²ltima, para consagrar que la mujer pueda decidir sobre su maternidad sin tener que alegar causas y sin tutelas degradantes. Pero en esta legislatura hemos asistido a un intento de involuci¨®n con un proyecto de reforma que, de haberse aprobado, nos hubiera llevado a tener que publicar el mismo titular casi 40 a?os despu¨¦s.
No ser¨ªa justo que este asunto fuera la ¨²nica vara de medir de los cambios que se han operado en el pa¨ªs, pero ilustra sobre el tipo de dificultades que hemos tenido que sortear. Los 2.000 n¨²meros de El Pa¨ªs Semanal publicados han sido testimonio de c¨®mo pas¨¢bamos de una atm¨®sfera represiva, mojigata y gris en todos los ¨®rdenes de la vida a una sociedad avanzada, optimista y luminosa que se pon¨ªa al frente de la innovaci¨®n social con leyes pioneras como la de reproducci¨®n asistida o del matrimonio homosexual. Pero el viaje no ha sido f¨¢cil y en ese trayecto esta revista ha ejercido como motor cultural de unos cambios que han tra¨ªdo grandes cotas de libertad, pero que tambi¨¦n han encontrado resistencias, a veces crispadas y vociferantes.
La revoluci¨®n de las costumbres. En el epicentro de esas resistencias encontramos a una Iglesia cat¨®lica que ha pretendido arrogarse el papel de guardiana de la moral de los espa?oles. En el segundo n¨²mero de El Pa¨ªs Semanal se explicaba que no iba a haber cisma en la Iglesia espa?ola por la sencilla raz¨®n de que, desarticulado el apostolado seglar, la pugna entre la ortodoxia franquista y el compromiso social se hab¨ªa saldado con una clara victoria de la primera. Dos a?os despu¨¦s, el reportaje La ruptura episcopal explicaba que en la renovaci¨®n de la jerarqu¨ªa episcopal prevista para marzo de 1978, los obispos se divid¨ªan en tres corrientes: suaristas (los menos), fraguistas y blaspi?aristas. Es decir, entre la derecha y la extrema derecha.
Emigraci¨®n e inmigraci¨®n
Era oto?o de 2005. Esta imagen que despu¨¦s ha seguido repiti¨¦ndose hasta nuestros d¨ªas se convert¨ªa en portada de El Pa¨ªs Semanal. Se documentaba con todo detalle la vida al l¨ªmite de los inmigrantes al otro lado de la valla de Melilla. El reportaje fotogr¨¢fico documentaba la tensi¨®n migratoria que ya entonces conmov¨ªa a la opini¨®n p¨²blica mundial. Una realidad que sigue latente.
La nueva jerarqu¨ªa emiti¨® algunas se?ales de apertura, pero m¨¢s cosm¨¦ticas que reales. Por ejemplo, dejarse retratar para el reportaje Monse?ores (febrero de 1981), en el que aparec¨ªan varios arzobispos abrazados a un crucifijo y levitando ligeramente. O dejar que un reportero entrara por primera vez en los conventos de clausura. Pero doctrinal y pol¨ªticamente, la Iglesia sigui¨® oponi¨¦ndose a los cambios, con especial tes¨®n despu¨¦s de que el cardenal Rouco Varela se pusiera al frente de una estructura anclada en el inmovilismo mientras los seminarios se vaciaban y sub¨ªa la edad media sacerdotal hasta convertirla en un geri¨¢trico. Lo ¨²nico que parec¨ªa crecer en su seno eran los integrismos de corte sectario, de los que esta revista se ocup¨® varias veces. Por ejemplo, en el reportaje La c¨®lera de Dios, publicado en 2008, en el que se revelaba que uno de ellos, el Camino Neocatecomunal de Kiko Arg¨¹elles, ten¨ªa ya 1,5 millones de seguidores en todo el mundo.
Con el tiempo fue inevitable bucear tambi¨¦n en ciertas experiencias nada edificantes. Leyendo Los legionarios se confiesan (julio de 2010), causa una gran desaz¨®n el relato de las intrigas, el fanatismo y los abusos destapados en el seno de los Legionarios de Cristo Rey tras la muerte de su fundador, el ¡°pederasta, ladr¨®n y morfin¨®mano¡± Marcial Maciel.
El ¨²ltimo domingo de 2014, La encrucijada de la Iglesia volv¨ªa a ser de nuevo portada, agitada esta vez no por disidencias internas, que hace tiempo que sucumbieron, sino por los intensos vientos de renovaci¨®n que llegan desde Roma. Mientras tanto, la sociedad espa?ola se ha secularizado y este suplemento ha mostrado c¨®mo otras religiones se abr¨ªan camino, empezando por la irrupci¨®n de los mormones en 1978, un fen¨®meno entonces nuevo acotado a ¡°mil bautizos al a?o¡±. En junio de 2004 nos adentr¨¢bamos en El laberinto de los imanes para constatar que el islam se hab¨ªa convertido, con m¨¢s de un mill¨®n de fieles, en la segunda religi¨®n en Espa?a.
Por derecho propio
El colectivo de transexuales, hombres y mujeres que exigen el derecho a su identidad sexual, ve¨ªa reflejada su lucha en una portada de 2006 (bajo estas l¨ªneas). El Gobierno socialista de entonces acababa de comprometerse a hacer efectivo ese derecho. Sobre las luces y sombras de la prostituci¨®n realizaba en 2005 Juan Jos¨¦ Mill¨¢s uno de sus proyectos sombra. El escritor se convert¨ªa en la sombra de Marga durante un d¨ªa en el que se le ca¨ªan todos los estereotipos en torno a la prostituci¨®n. El t¨ªtulo del reportaje en las p¨¢ginas interiores fue Mujer, madre y prostituta.
Algunos de los cambios costaron, pero fueron irreversibles. Aunque ahora parezca mentira, en 1979 el matrimonio era indisoluble salvo para unos cuantos con influencia y dinero suficientes (hasta 200.000 pesetas de la ¨¦poca) para conseguir la anulaci¨®n eclesial. El primer proyecto de ley del divorcio establec¨ªa tantos obst¨¢culos que disuad¨ªa de dar el paso y en todo caso exig¨ªa que uno de los dos c¨®nyuges fuera declarado culpable. Afortunadamente aquel proyecto de ¡°divorcio del odio¡± qued¨® en un caj¨®n y el gran hacedor de reformas que fue el ministro Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez logr¨® sacar adelante una ley de divorcio de mutuo acuerdo casi homologable a las del resto de Europa.
Las nuevas formas de vida han encontrado cobijo en El Pa¨ªs Semanal mucho antes de ser aceptadas o reconocidas legalmente. As¨ª ocurri¨®, por ejemplo, con el derecho a cambiar de sexo o a morir con dignidad cuando la vida ya solo es sufrimiento sin esperanza. Tambi¨¦n las nuevas formas de familia. En mayo de 2011, con el t¨ªtulo Los hijos m¨¢s buscados, la revista llev¨® a su portada a un matrimonio gay y a sus dos hijas mellizas, conseguidas gracias a un vientre de alquiler, algo que en Espa?a sigue prohibido. Pero no que una mujer sola pueda concebir recurriendo a un banco de semen o que una pareja de lesbianas pueda ser madre con el ¨®vulo fecundado de una de ellas gestado en el vientre de la otra. Si algo ha dado un salto espectacular es la reproducci¨®n asistida.
En las fronteras de la ciencia. Muchos de los progresos y gran parte de las buenas noticias han venido de la mano de la ciencia. Espa?a era un pa¨ªs con pobres estructuras cient¨ªficas, pero un considerable talento formado en el extranjero. Traer de regreso a los cerebros fugados se convirti¨® en uno de los ejes de la pol¨ªtica cient¨ªfica. Casi todos pasaron por las p¨¢ginas de El Pa¨ªs Semanal y muchos de ellos fueron protagonistas de su portada, empezando por el Nobel Severo Ochoa en mayo de 1981.
Contra la violencia de g¨¦nero
Una lacra social que acaba con la vida de decenas de mujeres cada a?o en Espa?a. La violencia machista como gran problema que dinamita los valores democr¨¢ticos ha sido abordada desde diferentes enfoques en El Pa¨ªs Semanal en busca de respuestas que ayuden a combatir sus estragos. Desde el punto de vista de La verg¨¹enza del maltratador, como se hac¨ªa patente en un revelador reportaje de portada de 2004, hasta el estremecedor Diario de mujeres amenazadas publicado en 2008 (portada de abajo del todo), en el que dos v¨ªctimas que viv¨ªan presas del maltrato machista perpetrado por sus parejas daban testimonio de su d¨ªa a d¨ªa tratando de sobrevivir y escapar con sus hijos de un lamentable infierno dom¨¦stico. La misma realidad que a¨²n viven muchas mujeres en Espa?a.
En 2002, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s mostraba el rostro m¨¢s humano de la ciencia de la mano de Josep Baselga, referente mundial en oncolog¨ªa, al que acompa?¨® al laboratorio, pero tambi¨¦n a la cabecera de la cama de sus enfermos. Y 18 cient¨ªficos de ¨¦lite, con Joan Massagu¨¦ en portada, explicaban en mayo de 2004 qu¨¦ deb¨ªamos hacer para ponernos al d¨ªa. Los 10 a?os siguientes ser¨ªan clave para el desarrollo cient¨ªfico del pa¨ªs, sosten¨ªan. La f¨®rmula no ten¨ªa demasiados secretos: m¨¢s inversi¨®n, m¨¢s esfuerzo y mejor organizaci¨®n. Pero con una inversi¨®n en I+D que era la mitad de la media europea, acortar distancias no iba a ser f¨¢cil: solo el 28% de las empresas invert¨ªan en I+D, frente al 43% de Francia o el 69% de Alemania, y apenas registr¨¢bamos 21 patentes por mill¨®n de habitantes, cuando la media europea eran 154 y Alemania ten¨ªa 270. Se hizo un esfuerzo en los a?os noventa, con aumentos importantes de la inversi¨®n p¨²blica, pero la crisis de 2008 ech¨® por tierra las expectativas de mejora. Los progresos de la medicina, en cambio, han llegado a los ciudadanos gracias a un sistema sanitario p¨²blico capaz de alcanzar la excelencia en lo m¨¢s dif¨ªcil, como reflejaba el reportaje Trasplantes, la f¨®rmula del ¨¦xito, de febrero de 2005, donde se explica que Espa?a realiza el 10% de todos los que se hacen en el mundo.
La cara y la cruz de las mujeres. Pero donde m¨¢s han incidido los cambios ha sido en la vida de las mujeres. Han protagonizado el mayor salto social en una generaci¨®n, pero algunas han pagado con la vida su deseo de libertad. Pese al esfuerzo legislativo realizado, el n¨²mero de v¨ªctimas de la violencia machista apenas se ha reducido. En Diario estremecedor de dos mujeres amenazadas pudimos hacernos una idea en 2008 del infierno en el que viven. ¡°M¨ªrame a los ojos cuando te pego¡±, dec¨ªa el maltratador, y despu¨¦s la obligaba a sumergirse en una ba?era de agua fr¨ªa.
La parte positiva es mucho m¨¢s alegre y esperanzadora. Entre lo mucho que se ha publicado destaca el monogr¨¢fico Un pa¨ªs de mujeres, de abril de 2002, realizado y protagonizado por mujeres que componen un ?¡°autorretrato sin complejos¡±. Rosal¨ªa Mera, fundadora de Zara y segunda mujer m¨¢s rica de Espa?a, ocup¨® la portada en septiembre de 2004, y en 2005 dedic¨¢bamos el tema principal a Mujeres y poder, en el que mujeres intelectualmente poderosas reflexionaban sobre la dificultad de alcanzar puestos de decisi¨®n. La incorporaci¨®n masiva de las mujeres a la vida profesional sin pol¨ªticas de apoyo social a la maternidad ha tenido como consecuencia una ca¨ªda de la tasa de fecundaci¨®n a 1,4 hijos por mujer, lo que ha colocado la natalidad del pa¨ªs por debajo de las tasas de reposici¨®n. Ahora perdemos poblaci¨®n.
Voces del 15-M
La furia acababa de estallar y una periodista y un fot¨®grafo de El Pa¨ªs Semanal corrieron al centro del mundo en aquel momento. Los indignados tomaron la madrile?a Puerta del Sol el 15 de mayo de 2011 dando lugar a la mayor oleada ciudadana de protestas en defensa de una democracia m¨¢s participativa que se ha vivido en Espa?a en los ¨²ltimos tiempos. El reportaje que pocas semanas despu¨¦s conquist¨® la portada de esta revista trataba de conocer en caliente, en primera l¨ªnea del movimiento, por qu¨¦ aquellas personas estaban ah¨ª. Y ya se vislumbraba entonces las dudas que se cern¨ªan sobre el futuro de las movilizaciones.
El p¨¦ndulo migratorio. Lo que nos lleva a otro fen¨®meno que tambi¨¦n ha marcado el devenir colectivo. Espa?a ha pasado de ser un pa¨ªs emisor de emigrantes a ser receptor, y de nuevo a emisor. Corr¨ªa abril de 1984 cuando en el reportaje Emigrantes: segunda generaci¨®n se explicaba la suerte de los hijos de espa?oles emigrados a Alemania, Francia o Reino Unido y el drama de los que no se sent¨ªan ni de all¨ª ni de aqu¨ª. Una d¨¦cada despu¨¦s, Espa?a recib¨ªa m¨¢s de cinco millones de extranjeros, un cambio que la revista explic¨® con profusi¨®n de datos y testimonios, como el extenso reportaje sobre Los j¨®venes inmigrantes que transforman Espa?a publicado en 2008. En ese momento era el segundo pa¨ªs del mundo despu¨¦s de Estados Unidos con m¨¢s inmigraci¨®n, hasta el punto de que uno de cada seis j¨®venes hab¨ªa nacido fuera. Pero en 2008 estall¨® la mayor crisis econ¨®mica desde el crash de 1929 y el p¨¦ndulo cambi¨® de direcci¨®n. En marzo de 2010 El Pa¨ªs Semanal llevaba a portada la frustraci¨®n de una Generaci¨®n noqueada, y en diciembre explicaba que hab¨ªa llegado La hora del adi¨®s para cientos de miles de j¨®venes, que se iban al extranjero en busca de unas oportunidades que su pa¨ªs no era capaz de ofrecerles pese a ser la generaci¨®n mejor preparada.
Las migraciones ser¨¢n el gran fen¨®meno del siglo XXI. Y est¨¢n plagadas de historias de ¨¦xito, pero tambi¨¦n tienen su reverso dram¨¢tico, que muchas veces acaba en tragedia. En noviembre de 2004, dos periodistas acompa?aron a 34 africanos en su odisea para alcanzar la costa de Canarias, tras 17 largas y dif¨ªciles horas de traves¨ªa en una precaria patera. El reportaje daba cuenta en estas p¨¢ginas de varios intentos fallidos de hacerse a un mar embravecido que no tuvo piedad de los que no sab¨ªan nadar. ¡°Prefiero estar en la c¨¢rcel en Europa a seguir viviendo en ?frica¡±, dec¨ªa un testimonio. Con esta frase estaba todo dicho. En 2005 fue ¡°la vida al l¨ªmite¡± de los subsaharianos del otro lado de la verja de Melilla la que lleg¨® a la portada de esta revista. Desde entonces han pasado 10 a?os, pero las historias que se explican a la luz de la lumbre en el monte Gurug¨² no son distintas. La ¨²nica diferencia es que ahora la doble valla tiene, adem¨¢s de guardias, concertinas que cortan como cuchillas de afeitar.
En los ¨²ltimos a?os, el Mediterr¨¢neo entero se ha convertido en un mar de sufrimiento. La isla de Lampedusa ha sustituido a las Canarias como escenario de las mayores tragedias. Como se explica en el reportaje ?Europa, frontera sur, son varias las puertas por las que los desplazados intentan pe?netrar en la fortaleza europea, y ya no son solo subsaharianos que huyen de la pobreza, sino familias enteras que escapan de conflictos armados enquistados como el de Siria los que cada vez en mayor cantidad emprenden la incierta traves¨ªa.
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