Hacer los deberes

Espa?a tiene desde hace a?os una asignatura pendiente que ya no puede demorar m¨¢s: dotarse de estructuras eficientes y estables de gesti¨®n en I+D. Pero los ¨²ltimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica indican que, lejos de progresar, estamos retrocediendo de una forma que puede tener graves consecuencias para el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs. En 2013 hab¨ªa 11.400 investigadores menos que en 2010 y el gasto en I+D era de apenas 13.000 millones, la misma cifra que en 2006.

Despu¨¦s de varios a?os de incremento en la inversi¨®n, esta alcanz¨® su techo en 2010. Desde entonces no ha cesado de caer y ello se ha traducido en una fuga de cerebros que no parece ser una leyenda urbana, como dijo con escasa fortuna el presidente del CSIC hace tiempo. El Ministerio de Educaci¨®n trata ahora de cuantificar la dimensi¨®n de esa fuga; pero lo relevante es que el gasto en investigaci¨®n apenas alcanza el 1,24% del PIB y cada vez se aleja m¨¢s de la media europea, que se sit¨²a en el 2%. La ca¨ªda de la inversi¨®n p¨²blica ha hecho que aumente el peso relativo de la privada, que alcanza el 46,3% del total, una cifra muy alejada de la que se produce en Jap¨®n ¡ªuna de las sociedades a la que habr¨ªa que emular en materia cient¨ªfica¡ª, que llega al 80%.

El problema del desarrollo cient¨ªfico de Espa?a no radica solo en la escasez de fondos y plantillas. Tambi¨¦n hay problemas estructurales que impiden obtener todo el provecho esperable, y esa carencia tiene que ver con la falta de un compromiso pol¨ªtico que permita hacer las reformas necesarias y dar estabilidad al sistema. Es una reclamaci¨®n hist¨®rica de la comunidad cient¨ªfica que se cree una Agencia Estatal de Investigaci¨®n que d¨¦ independencia de gesti¨®n y estabilidad a los fondos destinados a I+D. Ya en 2005 se hizo un primer proyecto, pero no pas¨® de la fase de borrador. La Ley de la Ciencia, de 2011, se?ala la creaci¨®n de este organismo como pilar fundamental.

Es hora de abordar este mandato y aplicar las reformas tanto tiempo esperadas. El nuevo organismo tiene un buen modelo en el Consejo Europeo de Investigaci¨®n, que act¨²a con independencia y tiene financiaci¨®n asegurada durante siete a?os, de modo que puede tomar decisiones de largo alcance. Y su sistema de distribuci¨®n de los recursos garantiza que la financiaci¨®n va a los mejores proyectos. Ese es el camino a seguir.