Tenemos que acudir al rescate de Ucrania
Su ca¨ªda ser¨ªa una p¨¦rdida para Europa. Permitir¨ªa que Rusia dominara la UE
Hace un a?o naci¨® una nueva Ucrania en la plaza de Maidan. Hoy, el esp¨ªritu que movi¨® a millones de ucranios a congregarse all¨ª es m¨¢s fuerte que nunca.
La nueva Ucrania parece estar convirti¨¦ndose en todo lo contrario de la vieja Ucrania, que era un pa¨ªs desmoralizado y plagado de corrupci¨®n.
La transformaci¨®n ha sido un incre¨ªble experimento de democracia participativa; la aventura noble y admirable de un pueblo que se ha unido para abrir las puertas de su pa¨ªs a la modernidad, la democracia y Europa; y el movimiento no ha hecho m¨¢s que empezar.
Lo que hace que este sea un experimento extraordinario es que no solo encuentra su forma de expresi¨®n en la lucha, sino tambi¨¦n en un esfuerzo de creaci¨®n; no solo en la oposici¨®n, sino en la construcci¨®n nacional.
Muchos de quienes ocupan en la actualidad el Gobierno y el Parlamento son voluntarios que han abandonado trabajos bien remunerados para servir a su pa¨ªs. Natalie Jaresko, la nueva ministra de Finanzas, es una antigua banquera de inversiones que dej¨® su puesto para trabajar hoy por unos cuantos cientos de d¨®lares al mes. Hay voluntarios que est¨¢n ayudando al mill¨®n de personas que han tenido que desplazarse dentro del pa¨ªs, y otros que asesoran a los ministros y a las Administraciones locales.
Sin embargo, la nueva Ucrania se enfrenta a un poderoso obst¨¢culo que es una herencia de los viejos tiempos. La Ucrania de entonces tiene todav¨ªa un s¨®lido arraigo en una burocracia y una oligarqu¨ªa empresarial que trabajan en estrecha colaboraci¨®n. Y, por supuesto, tiene en su contra la empecinada hostilidad del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, que quiere desestabilizar el pa¨ªs cueste lo que cueste.
La nueva Ucrania se enfrenta a un poderoso obst¨¢culo que es una herencia de los viejos tiempos
El problema es que la nueva Ucrania es un secreto muy bien guardado, desconocido no solo para el resto del mundo sino para la propia poblaci¨®n ucrania. Est¨¢n elabor¨¢ndose reformas radicales, pero todav¨ªa no se han llevado a la pr¨¢ctica.
Es interesante comparar la Ucrania de hoy con la Georgia de 2004. Entonces, cuando lleg¨® al poder, Mijail Saakashvili se apresur¨® a sustituir de inmediato a la odiada polic¨ªa de tr¨¢fico, y elimin¨® los controles de carretera que se hab¨ªan utilizado para extorsionar a los conductores y exigirles sobornos. La poblaci¨®n se dio cuenta enseguida de que las cosas hab¨ªan cambiado, y para mejor. Por desgracia, Ucrania no ha encontrado a¨²n un proyecto similar, que pueda servir como declaraci¨®n de intenciones. Existe el plan de reestructurar la polic¨ªa de Kiev, pero, por ahora, si uno necesita obtener el permiso de conducir, tiene que seguir pagando el mismo soborno que en el pasado.
Saakashvili era un l¨ªder revolucionario que tom¨® dr¨¢sticas medidas contra la corrupci¨®n pero, al final, acab¨® convirti¨¦ndola en monopolio del Estado. Por el contrario, Ucrania es una democracia participativa que no depende de un solo dirigente, sino que cuenta con un sistema de controles y equilibrios. Las democracias avanzan despacio, pero, a largo plazo, eso es una ventaja.
Ahora bien, ?habr¨¢ un largo plazo? En la actualidad, Ucrania est¨¢ sufriendo agresiones militares y econ¨®micas por parte de la Rusia de Putin. Rusia se encuentra en plena crisis financiera, pero da la impresi¨®n de que Putin ha decidido que puede destruir la nueva Ucrania antes de que tenga tiempo de afianzarse y antes de que la crisis destruya su propia popularidad. Est¨¢ intensificando las presiones militares y econ¨®micas. El fin de semana pasado llev¨® a cabo un ataque contra Mariupol que contribuy¨® a deshacer el enga?o de que los separatistas act¨²an por su cuenta.
Putin ha decidido que puede destruir la nueva Ucrania antes de que tenga tiempo de afianzarse
Ucrania puede defenderse en el terreno militar, pero necesita urgente ayuda econ¨®mica. Lo malo es que las democracias tardan en reaccionar, y una asociaci¨®n de democracias como la Uni¨®n Europea tarda todav¨ªa m¨¢s. Y Putin se aprovecha de esa circunstancia.
De lo que suceda en los pr¨®ximos d¨ªas dependen muchas cosas. No solo est¨¢ en juego el futuro de Ucrania, sino el de la propia Uni¨®n Europea. La ca¨ªda de Ucrania ser¨ªa una p¨¦rdida inmensa para Europa, porque permitir¨ªa que Rusia dividiera y dominara a la UE.
En cambio, si Europa se muestra a la altura de esta situaci¨®n de emergencia y proporciona la ayuda econ¨®mica que necesitan los ucranios, llegar¨¢ un momento en el que Putin se ver¨¢ obligado a renunciar a su agresi¨®n.
Ahora, Putin puede alegar que todos los problemas de la econom¨ªa rusa se deben a la hostilidad de Occidente, y a los rusos les convence ese argumento. Si Ucrania recibe la necesaria ayuda financiera, la responsabilidad de los problemas de Rusia recaer¨¢ sin la menor duda sobre el presidente ruso.
Es posible que entonces la poblaci¨®n rusa le obligue a seguir el ejemplo de la nueva Ucrania. Y Europa se encontrar¨¢ con una nueva Rusia que, en lugar de una peligrosa amenaza estrat¨¦gica, ser¨¢ un poderoso socio estrat¨¦gico. Eso es lo que nos jugamos.
Bernard-Henri L¨¦vy es escritor y fil¨®sofo y George Soros es presidente del Soros Fund Management.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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