Todas las novias de Jean Paul Gaultier
El dise?ador franc¨¦s reinterpreta el vestido nupcial en una colecci¨®n de alta costura que termina con Naomi Campbell convertida en ramo de flores
Lo visto en la Semana de la alta costura de Par¨ªs no llegar¨¢ a la calle. En el mejor de los casos, pisar¨¢ alguna alfombra roja. Quien puede permitirse estos vestidos ¨²nicos suele saltar de la mansi¨®n al coche y del coche a la fiesta privada. Tampoco las propuestas que enhebran los desfiles tienden a traducirse en tendencias: resulta dif¨ªcil trasladar ideas como las chaquetas sin una manga de Jean Paul Gaultier a la vida cotidiana. En cuanto a las siluetas, los colores o las referencias tem¨¢ticas que se impondr¨¢n la pr¨®xima temporada primavera/verano es el pr¨ºt ¨¤ porter quien lleva la batuta. Las conclusiones que se pueden extraer de esta edici¨®n que termina este jueves son, en realidad, m¨¢s econ¨®micas que est¨¦ticas. Porque la costura funciona como una suerte de term¨®metro de la riqueza mundial. Y en este enero de 2015 revela un mercado pujante, que no se amilana ante el estado de alarma que reina en la capital francesa tras los recientes atentados terroristas.
En los ¨²ltimos a?os, la C¨¢mara sindical de la alta costura ¨Cel organismo que regula esta cita- ha aceptado en su exclusivo calendario de desfiles a nuevas marcas como la brit¨¢nica Ralph& Russo o Bouchra Jarrar. Tambi¨¦n el n¨²mero de compradores y medios que acude ha aumentado. Para aprovechar esta repercusi¨®n, cada vez m¨¢s firmas optan por presentar durante los mismos d¨ªas sus colecciones de pre-fall (una l¨ªnea m¨¢s comercial que llega a las tiendas despu¨¦s de la de primavera-verano y antes que oto?o-invierno).
As¨ª que, c¨®moda en su universo paralelo, la alta costura se rige por sus propias reglas. Si en las presentaciones tradicionales los dise?adores suelen cerrar el desfile con un vestido de novia, ayer Jean Paul Gaultier decidi¨® darle la vuelta a esta norma no escrita y llevar a todas las modelos al altar. Su colecci¨®n fue un ejercicio de reinterpretaci¨®n del atuendo nupcial, tanto masculino como femenino. La primera maniqu¨ª recorri¨® la pasarela con una monta?a de rulos a modo de corona. Despu¨¦s: velos bajo gorras de b¨¦isbol, batas blancas de pijama con cola, esm¨®quines con aperturas en las piernas y esculturales estructuras que reposaban sobra las caderas de los vestidos. Una representaci¨®n m¨¢s que metaf¨®rica de su compromiso con la alta costura, despu¨¦s de que el pasado septiembre anunciase que abandonaba el pr¨ºt ¨¤ porter. Lo hac¨ªa, seg¨²n confes¨® a la publicaci¨®n especializada Women's Wear Daily, hastiado de los fren¨¦ticos ritmos impuestos por la industria de la moda que le obligaban a producir una colecci¨®n pr¨¢cticamente cada dos meses.
Este mi¨¦rcoles, sin embargo, el esp¨ªritu era de celebraci¨®n. Tras experimentar con los pliegues y las simetr¨ªas, su ¨²ltima modelo luc¨ªa una pieza mitad vestido de boda, mitad esmoquin. Pero el franc¨¦s no pod¨ªa permitirse terminar el desfile como lo har¨ªan los dem¨¢s. El broche final no fue la novia sino el ramo de flores. Uno muy especial: Naomi Campbell transformada en bouquet con su pl¨¢stico y su tarjeta de felicitaci¨®n incluidos. En primera fila, Dita von Teese y Conchita Wurst, que debut¨® en una pasarela de su mano en julio.
Lo que en Gaultier fue un gui?o en Viktor & Rolf se convirti¨® en norma. La propuesta de la firma holandesa resultaba tan impracticable como impactante. Lo que empez¨® con un vestido floral armado por un canc¨¢n exagerado termin¨® con una pieza a la que le crec¨ªan flores y cuya falda describ¨ªa un arco completo de 180 grados. Es decir, que las maniqu¨ªes pod¨ªan abrir los brazos en cruz y tocar las puntas de la prenda. Esta colecci¨®n refuerza su imagen de marca extravagante y arriesgada pero dif¨ªcilmente dar¨¢ trabajo a sus talleres de costura, m¨¢s all¨¢ del encargo de alguna coleccionista a la que no le importe caminar de lado, como algunas modelos del desfile.
Mucho m¨¢s realista result¨® la propuesta de Elie Saab. El dise?ador liban¨¦s ahond¨® una vez m¨¢s en el estilo ornamental que le ha hecho famoso. Los minuciosos bordados de pedrer¨ªa ¨Cse?a de identidad de la casa- decoraban vestidos de plumetti con faldas r¨ªgidas. Las espaldas quedaban al aire hasta la cintura y las plumas entraban a formar parte del juego de transparencias que tanto gusta al creador. Los tonos pastel volvieron a ser sus aliados, con la excepci¨®n de un peque?o n¨²mero de piezas en estampado floral y efecto 3D. La colecci¨®n estaba inspirada en el ¡°bello, generoso y tolerante Beirut¡± de su juventud. Una ciudad que en los a?os setenta parec¨ªa, en palabras del dise?ador, ¡°siempre adornada para una fiesta¡±. Un ¡°sue?o inmortal¡± hecho hoy escombros.
Quiz¨¢ por eso precisamente Saab quiso dedicar este trabajo a las mujeres libanesas ¡°llenas de gracia y coraje¡±. Porque ni siquiera la alta costura puede estar al margen del mundo real.
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