Esc¨¢ndalo Bettencourt, un asunto de familia y dinero
La primera semana de juicio desvela las desavenencias internas del clan que detenta el imperio L¡¯Or¨¦al
El juicio del caso que trata de clarificar si la due?a del imperio L¡¯Or¨¦al, Liliane Bettencourt, fue v¨ªctima de la desmedida avaricia de sus colaboradores desborda en emociones. La vista se inici¨® el lunes pasado en el tribunal de Burdeos con la noticia de que uno de los diez acusados, el enfermero de la millonaria, Alain Thurin, estaba en el hospital tras intentar suicidarse. Se supone que Thurin, que escrib¨ªa misivas a la nonagenaria millonaria con palabras de amor, se aprovech¨® de su debilidad para que esta le dejara diez millones de euros en herencia.
A partir de ah¨ª, los abogados defensores, los acusados y los miembros de la familia Bettencourt han esbozado esta semana un retrato del clan en ocasiones contradictorio, en todo caso turbulento en el que la inmensa fortuna de la matriarca (hoy inhabilitada por demencia y alzheimer) ha jugado un papel esencial. ?Fue Liliane Bettencourt v¨ªctima de aprovechados y estafadores o en realidad es su hija, Fran?oise, la que, preocupada de la generosidad de su madre, pele¨® para quedarse con toda la fortuna antes de tiempo? Los abogados aseguran que la anciana dama, en plenas facultades mentales, hace casi veinte a?os, ya le dijo al notario que favorecer a sus colaboradores era su margen de maniobra. Thurin, en la instrucci¨®n del caso, asegur¨® que cuando puso reparos a percibir la herencia, Liliane Bettencourt le contest¨®: ¡°Har¨ªas el tonto al rachazarla¡±.
Las desavenencias entre Liliane Bettencourt y su hija Fran?oise Bettencourt-Meyers son terreno abonado para sembrar las dudas acerca de las intenciones de la segunda, que es la que ha sentado en el banquillo a los diez acusados. De manera que el viernes la acusadora se tuvo que defender ante los jueces de los supuestos pagos que hizo a la contable de su madre para que la mantuviera informada. Ella asegura que el mundano fot¨®grafo y escritor Fran?ois-Marie Banier, principal acusado del caso, le separ¨® de su madre. ¡°Su divisa no era dividir para reinar, era romper para reinar, romper a toda una familia. Una destrucci¨®n programada¡±. Tambi¨¦n dice que denunci¨® a los acusado para proteger a su madre.
El d¨ªa anterior, otro acusado, Patrice de Maistre, administrador de los bienes familiares, hab¨ªa roto a llorar ante los jueces. Su trabajo era, asegura, muy dif¨ªcil porque el clan ten¨ªa cuentas en Suiza o en Gibraltar y lo mismo compraba una isla en las Seychelles que un rancho en Estados Unidos. Las l¨¢grimas le empa?aban los ojos cuando aseguraba desde el banquillo de los acusados c¨®mo le hab¨ªa tocado el coraz¨®n tanto desgarro familiar. El pago a su sufrimiento: un sueldo de 800.000 anuales y dos donaciones de un total de 12 millones.
Ni el enfermero ni el administrador. Ni siquiera el extesorero del partido de Nicolas Sarkozy, la UMP, Eric Woerth, tambi¨¦n acusado, han restado una pizca de protagonismo a la gran estrella de este esc¨¢ndalo: el seductor Fran?ois-Marie Banier. Acusado de haber desviado a sus bolsillos m¨¢s de 400 millones de euros (una parte importante ya devuelta), Banier sorprendi¨® a los asistentes relatando su propia vida con cierta delectaci¨®n, desgran¨® su amplio patrimonio (obras de arte inclu¨ªdas) y asegur¨® que no le interesa el dinero. Seg¨²n ¨¦l antes de convertirse en consejero de la anciana millonaria, a raz¨®n de 400.000 al a?o, ten¨ªa ya sus necesidades bien cubiertas.
El juicio proseguir¨¢ durante cuatro semanas m¨¢s.
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