Cuarto y mitad
El hallazgo de que los pollos tienen una representaci¨®n mental de los n¨²meros trastoca algunas ideas muy asentadas sobre la mente humana
La inesperada noticia de que los pollos tienen una representaci¨®n mental de los n¨²meros, y que consiste en una l¨ªnea que crece de izquierda a derecha como el eje de las abscisas que estudiamos en el colegio, se presta como pocas a la chanza y la cuchufleta: dos alitas y pico, cuartos traseros, ¨¢lgebra en la poller¨ªa, contando plumas, cuarto y mitad, para qu¨¦ seguir. F¨ªjense, sin embargo, en que el descubrimiento posee una profundidad que no es f¨¢cil encontrar en las p¨¢ginas de informaci¨®n pol¨ªtica. Ay, amigos, ?no eran las matem¨¢ticas uno de los logros m¨¢s hondos de la raz¨®n humana, su distintivo m¨¢s bru?ido, el pasaporte que nos diferenciar¨ªa de las bestias en el d¨ªa del juicio? ?Es que vamos a dejar que los pollos nos arrebaten esa bienaventuranza? ?Qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s? ?El lenguaje, la caligraf¨ªa china, la fon¨¦tica inglesa? ?Basta!
Y sin embargo esta noticia tiene m¨¢s de un siglo y medio de antig¨¹edad: la anunci¨® Darwin con su teor¨ªa de la evoluci¨®n, que predec¨ªa que las cualidades humanas que tanto enorgullec¨ªan a nuestros fil¨®sofos y te¨®logos no eran sino meras desviaciones cuantitativas de la mente de un mono, productos provisionales de una leve pendiente que empez¨® a ascender en la noche de los tiempos, y de la que ni siquiera tenemos la constancia de ser el destino final. Que ahora estemos hablando de pollos y no de monos puede resultar particularmente humillante, pero en realidad no altera el fondo del argumento. Somos biolog¨ªa, y en geolog¨ªa nos convertiremos.
No acabamos de aprender la lecci¨®n. Algunos pioneros del pensamiento moderno, como el ling¨¹ista Noam Chomsky, el evolucionista Stephen Jay Gould y el fil¨®sofo John Searle han vuelto a caer en el error de considerar la mente humana como un salto cualitativo que nos separa del resto de la creaci¨®n, en un intento desesperado de situarnos de nuevo en la c¨²spide de un sistema que tal vez ya no fuera divino, pero que segu¨ªa pareciendo milagroso, como si la biolog¨ªa tuviera que haber hecho una cosa realmente rara para producirnos. De nuevo el mismo error contra el que ya tuvo que luchar Cop¨¦rnico. Darwin supo pensar mejor que todos estos pensadores de la modernidad. No le den m¨¢s vueltas: somos un producto m¨¢s de la evoluci¨®n. Es la lecci¨®n que nos acaba de dar un pollo.
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