Lola

Se llamaba Mar¨ªa Dolores Gonz¨¢lez Ruiz, y era una abogada laboralista que tuvo una mala suerte legendaria. Lola fue novia de Enrique Ruano, asesinado por la polic¨ªa franquista y el Abc del momento. Luego, fue la pareja de Javier Sahuquillo, tambi¨¦n asesinado por una banda de extrema derecha. Lola recompuso a medias su vida y su compa?ero fue v¨ªctima de un c¨¢ncer. No pudo aguantar m¨¢s.

El mal no tiene un cuerpo cierto que nos permita se?alarlo y actuar contra ¨¦l. Pero el mal existe. Y est¨¢ claro que se enamor¨® de Lola. Es dif¨ªcil encontrar una biograf¨ªa reciente tan torturada como la de esta mujer. Y es dif¨ªcil encontrar una mujer que haya sufrido tanto por ese mal, ligado adem¨¢s a la notoriedad.

Lola no quer¨ªa hablar de su pasado. Quiz¨¢s habr¨ªa sido bueno, pero seguramente el pudor se lo impidi¨®.

Su ¨²ltima oportunidad fue truncada por una enfermedad que no ten¨ªa nada que ver con la pol¨ªtica. Era doblemente maligna porque indicaba que ni fuera de lo p¨²blico pod¨ªa tener descanso.

Yo la conoc¨ª muy poco. Menos de lo que habr¨ªa deseado. Quer¨ªa escribir sobre algunos aspectos de su pasado. Con enorme tacto, y con mucho cari?o, se fue deshaciendo de las peticiones que le hac¨ªa para refugiarse en su derecho al silencio, que no deb¨ªa tener del todo claro, porque siempre dec¨ªa: ¡°Para ti, s¨ª hablo¡±.

No habl¨® nunca. No consegu¨ª de ella lo que de verdad no quer¨ªa contarle a nadie. Quiz¨¢ porque le parec¨ªa que todo estaba ya contado, y lo que no, le pertenec¨ªa s¨®lo a ella y a sus muertos.

Lola, a su pesar, era ya un s¨ªmbolo. S¨ªmbolo del dolor y la mala suerte.

Yo voy a hacerle un homenaje que consiste en poner a todo trapo el Lola de los Kinks. Champagne.