Bj?rk, regreso a coraz¨®n abierto
Es algo m¨¢s que una cantante que ha vendido 20 millones de ¨¢lbumes. Hoy el MoMa de Nueva York eleva a la islandesa a la categor¨ªa de artista con una exposici¨®n retrospectiva sobre sus m¨¢s de dos d¨¦cadas de carrera. A esta se suma una nueva gira con su ¨²ltimo disco, canciones marcadas por el desamor con las que revisa sus or¨ªgenes musicales
Mu¨¦strame respeto emocional, tengo necesidades emocionales¡±. Eso es lo que reclama Bj?rk en Stone Milket, la canci¨®n que abre Vulnicura, su noveno ¨¢lbum de estudio reci¨¦n publicado y que marca el regreso de una de las artistas m¨¢s importantes de los ¨²ltimos 25 a?os. Bj?rk no se hab¨ªa ido a ninguna parte, no hab¨ªa parado de producir y su anterior disco es de hace poco m¨¢s de tres a?os. Lo que define su retorno es que, a los 49, la islandesa vuelve a sus ra¨ªces. Con Vulnicura, Bj?rk retoma el estilo que le convirti¨® en ¨ªcono de la modernidad en los a?os noventa. Y lo hace apostando por unas canciones directas a los sentimientos, marcada por la ruptura con el que ha sido su pareja durante 15 a?os, el artista estadounidense Matthew Barney.
Presidida por su vestido de cisne la muestra la ha dise?ado Bj?rk, que promete una experiencia arrolladora.
En su p¨¢gina web oficial Bj?rk ha definido el disco como ¡°un ¨¢lbum sobre un coraz¨®n completamente roto¡±. Sobre la separaci¨®n de Barney, acaecida en 2013, ha declarado recientemente en una entrevista concedida a la revista digital Pitchfork: ¡°Ha sido la cosa m¨¢s dolorosa que jam¨¢s he experimentado¡±. Trece a?os de convivencia con el artista que llevaron a una chica de la tierra del hielo a vivir en Nueva York y que dio como fruto a su hija Isadora, de 12 a?os. El desamor dio paso a la lucha por renacer. Bj?rk inici¨® un proceso de sanaci¨®n vertiendo ese dolor en las canciones. En ellas, como si se tratase de un diario, confiesa la devastaci¨®n y detalla la lucha por mantener su familia intacta. Vulnicura es la historia de la resurrecci¨®n de ese coraz¨®n, un viaje de reencuentro consigo misma.
Ese proceso ha llevado a la artista a bucear en su pasado, a producir el ¨¢lbum con los sonidos de cuerdas y ritmos electr¨®nicos de sus primeros discos, y a acompa?ar su lanzamiento con una exposici¨®n en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York. Una retrospectiva de los 22 a?os transcurridos entre el lanzamiento de su primer ¨¢lbum, Debut (1993), y su ¨²ltimo trabajo. La exhibici¨®n ha sido dise?ada por la propia Bj?rk, que ha escrito el guion y ha prometido una experiencia arrolladora para el p¨²blico. No ha querido un simple recorrido cronol¨®gico sino una experiencia directa con su carrera profesional, empleando las ¨²ltimas tecnolog¨ªas; tambi¨¦n sus videoclips, pel¨ªculas, instrumentos usados en sus actuaciones y algunas de sus piezas de vestuario m¨¢s memorables. Bj?rk ha querido que la exposici¨®n del museo neoyorquino desprenda la misma originalidad que ha sido una constante se?a de identidad en su trayectoria.
Una singularidad que comienza por el exotismo de nacer en Islandia, y que contin¨²a con su personalidad ind¨®mita y siempre ¨¢vida de experimentar. Un car¨¢cter marcado por el activismo pol¨ªtico heredado de sus padres, ambos l¨ªderes sindicales de Reikiavik. Se divorciaron siendo ella un beb¨¦ y se cri¨® con su madre en una comuna. Con el punk como primera influencia form¨® un grupo solo de chicas a los 12 a?os. Con 21 dio a luz a su primog¨¦nito Sindri, y con el padre de ¨¦ste cre¨® el grupo de rock alternativo The Sugarcubes. Seis a?os despu¨¦s, en 1992, la artista dejaba la banda y se marchaba a Londres con su hijo para lanzar su carrera en solitario.
En la capital brit¨¢nica fusion¨® su bagaje underground con los sonidos de la incipiente cultura de club, y de ah¨ª surgi¨® la artista pop de vanguardia que revolucion¨® la d¨¦cada. Lleva vendidos m¨¢s de 20 millones de copias de sus seis ¨¢lbumes, cinco de ellos solo del primero. La f¨®rmula fue la combinaci¨®n de su voz, de la que el productor Nellee Hooper lleg¨® a decir ¡°qu¨¦ afortunados somos de tenerla¡±, y su capacidad para tener hits en las listas de ¨¦xitos sin dejar de encandilar al p¨²blico alternativo. Tambi¨¦n su versatilidad. Bj?rk se pon¨ªa con la misma facilidad en la piel de una diva dance que en la de la int¨¦rprete de un musical. Se sucedieron unos a?os gloriosos, en los que la ecl¨¦ctica cantante se involucr¨® creativamente con algunos de los mayores visionarios de la ¨¦poca. Los realizadores Spike Jonze, Chris Cunnigham, Michel Gondry o Anton Corbijn tuvieron en Bj?rk a su musa. Con algunos la relaci¨®n tambi¨¦n fue rom¨¢ntica, como en el caso del fot¨®grafo y director St¨¦phane Sednaoui, o los cantantes Tricky y Goldie.
Esas colaboraciones sirvieron a su deseo de que su trabajo traspasase el sonido. La islandesa se convirti¨® en una creadora multidisciplinar. A diferencia de otros grandes de la industria que usan los videoclips como plataforma para impulsar su m¨²sica, Bj?rk contempla esos elementos como parte de un todo, con el objetivo de crear un universo propio, y sin embargo se define a s¨ª misma como m¨²sica, no como artista visual. Se ha atrevido con el guitarrista Raimundo Amador o con un coro esquimal de Groenlandia. En sus v¨ªdeos se ha transformado en oso polar, y un gorila le ha sacado una muela. Su atrevimiento ha sido calificado por muchos como excentricidad. Ahora el MoMA lo expone como arte.
Tambi¨¦n la moda ha sido uno de sus constantes compa?eros de viaje. En este aspecto Bj?rk tampoco ha seguido la norma y apost¨® desde el principio por atuendos extremos acordes a su personalidad. Del kimono de Alexander McQueen para la portada de Homogenic (1997) al inolvidable vestido de cisne para los Oscar de 2001. Dise?ado por la macedonia Marjan Pejoski, fue objeto de todo tipo de comentarios, la mayor¨ªa jocosos. El a?o pasado Valentino lo redefini¨® en la semana de la moda de Par¨ªs. Una revancha para la islandesa, que acudi¨® a aquella alfombra roja para algo m¨¢s que para dejar la an¨¦cdota estrafalaria de la gala. Iba a interpretar I've seen it all, el tema principal de Dancer in the Dark, nominado a mejor canci¨®n. Con la cinta de Lars Von Trier ya hab¨ªa ganado la Palma de Oro en Cannes por su papel protagonista. El papel de la ciega Selma fue su debut como actriz. Y es que pese a los altibajos en cuanto a ventas o las burlas en la prensa rosa, la cr¨ªtica especializada ha sido siempre su aliado fiel.
El inefable vestido, colocado sobre una efigie de la artista, presidir¨¢ el acceso a la muestra del MoMa, que abrir¨¢ sus puertas del 7 de marzo al 7 de junio. La inauguraci¨®n estaba pensada para coincidir con la salida del disco, pero Bj?rk sufri¨® la filtraci¨®n en Internet de su trabajo a finales de enero. A diferencia de Madonna, otra v¨ªctima reciente de los ataques inform¨¢ticos, la islandesa s¨ª ten¨ªa el ¨¢lbum terminado y decidi¨® lanzarlo por sorpresa en soporte digital. ¡°No quer¨ªa esperar m¨¢s. Por la elevada carga emotiva del disco, quer¨ªa soltarlo cuanto antes. Espero que eso traiga buen karma para m¨ª y mi familia¡±, confesaba al peri¨®dico estadounidense The New York Times, y a?ad¨ªa: ¡°No soy capaz de escuchar las canciones, no s¨¦ c¨®mo lo har¨¦ para interpretarlas en vivo¡±, incidiendo una vez m¨¢s en lo autobiogr¨¢fico e ¨ªntimo de Vulnicura.
Algo que se aprecia desde la portada. La cantante aparece con un dise?o de Maiko Takeda, con una abertura vertical en el centro del pecho, como si de una cirug¨ªa a coraz¨®n abierto se tratase. Y que sigue patente hasta el ¨²ltimo verso del ¨²ltimo tema, Quicksand. En ¨¦l aborda otro de sus momentos m¨¢s dif¨ªciles, el infarto que casi acaba con la vida de su madre hace cuatro a?os. ¡°Cuando estoy rota estoy completa, y cuando estoy plena estoy rota¡±, reflexiona en el cierre del ¨¢lbum, recibido por los cr¨ªticos como uno de los mejores de su carrera y que sus fans podr¨¢n disfrutar en directo en la gira que comienza en marzo en el Carneggie Hall de Nueva York y para la que de momento no hay fechas europeas confirmadas.
Un final perfecto para un disco acerca del drama de una ruptura familiar; un resumen exacto de su momento actual. Tras una d¨¦cada experimentando con la tecnolog¨ªa en el intento de idear un mundo propio, Bj?rk retorna al punto de partida y, sin dejar de sonar a la ¨²ltima, vuelve a expresarse a trav¨¦s del mejor c¨®digo para conectar con los seres humanos. Desde el dolor, y con el lenguaje de los sentimientos.
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