Cien flores
Este pa¨ªs podrido en su ra¨ªz por la corrupci¨®n ha permanecido unos d¨ªas bajo la nieve
Nadie sabe si en el estercolero de la pol¨ªtica espa?ola podr¨¢n germinar los ideales de Podemos, como las cien flores, que prometi¨® Mao Zedong en el Libro Rojo. Este pa¨ªs podrido en su ra¨ªz por la corrupci¨®n ha permanecido unos d¨ªas bajo la nieve. Su fulgor incontaminado, antes de convertirse en barro, ha cubierto de belleza los tejados de Ayuntamientos cuyos ediles est¨¢n en la c¨¢rcel, los terrenos recalificados a saco por la codicia, los espectros fantasmales de las obras paralizadas por la crisis. La pureza de la nieve ha ca¨ªdo tambi¨¦n sobre la c¨®lera de la gente, sobre los desahuciados, los mendigos, el ganado, los caballos salvajes y todas las alima?as. La ola de fr¨ªo sobrevenida a destiempo ha hecho que la savia de los ¨¢rboles siguiera dormida este invierno un poco m¨¢s. Pero, como siempre, al final del fr¨ªo se abrir¨¢ una grieta luminosa en la niebla y el deshielo reventar¨¢ este a?o en una primavera muy poderosa. Mientras florezcan los montes, valles y barrancos se van a celebrar elecciones municipales y auton¨®micas, que sin duda se van a parecer a una pel¨ªcula de familias mafiosas, como a una muerte entre las flores, que en este caso no ser¨¢n las cien flores de Mao, sino la que nos regalar¨¢ la naturaleza. El ciudadano cabreado podr¨¢ votar o largarse al campo para recrearse en el esplendor sobre la hierba. Si en medio del paisaje encuentra una ruina de la antig¨¹edad, la almena inasequible de un castillo o la pared vertical de un acantilado, en todas ellas descubrir¨¢ una grieta donde ha brotado un limonero, un olivo, una higuera, un laurel cuya semilla ha sido depositada all¨ª por un p¨¢jaro. En medio de esta encrucijada entre la pol¨ªtica y la naturaleza puede que el ciudadano tambi¨¦n se pregunte en qu¨¦ urna se hallar¨¢ esa grieta donde pueda introducir su voto sin perder la dignidad.
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