Siervos
Ojal¨¢ aprendamos a mantener cierta esperanza en el cambio sin perder por ello el esp¨ªritu cr¨ªtico
Todos queremos que los partidos cambien: yo misma he escrito hasta la saciedad sobre el asunto. Pero creo que, si aspiramos a regenerar la vida pol¨ªtica, tambi¨¦n tenemos que cambiar a los partidarios. La crisis trajo de bueno un acercamiento de la ciudadan¨ªa a la realidad; se desmontaron los mecanismos sectarios y la sociedad se ali¨® en una repulsa com¨²n ante los abusos. Pero ahora veo c¨®mo resurgen r¨¢pidamente por doquier los vicios pol¨ªticos de siempre; la vieja, intolerante e irracional tentaci¨®n de hacerse de un partido como quien se hace forofo del Atleti o del Bar?a, abandonando todo principio cr¨ªtico y convirti¨¦ndote en ultrasur en vez de en votante. Comprendo bien que el agudo dolor social que ha tra¨ªdo la crisis y los abusos de los poderosos han originado tal ansiedad por creer en algo bueno, tal tentaci¨®n de cerrar los ojos para que la realidad no estropee nuestros sue?os, que quiz¨¢ seamos carne de ca?¨®n para caer en todos los errores. Por ejemplo, en el peligroso malentendido de pensar que quien est¨¢ en contra de algo malo tiene que ser necesariamente bueno (sucedi¨® con Jomeini: como estaba en contra de la tiran¨ªa del Sha, a la izquierda le pareci¨® un ancianito encantador hasta que empez¨® a lapidar); o en los apoyos ciegos: he o¨ªdo a feministas sensatas intentar justificar que Syriza haya creado un Gobierno sin una sola mujer aduciendo que, si no hubieran eliminado tantas carteras, habr¨ªa ministras (un argumento absurdo porque entroniza el papel secundario de las mujeres y demuestra que el tema no es importante para los griegos). En fin, ojal¨¢ aprendamos a mantener cierta esperanza en el cambio, sin perder por ello el esp¨ªritu cr¨ªtico. Ya sabemos lo que sucede cuando nos entregamos como forofos: para que exista la casta, primero tienen que existir d¨®ciles siervos.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.