La solidaridad l¨ªquida
Esta entrada ha sido escrita porAlberto Eisman(@ajeisman) desde Uganda.
?Se acuerdan ustedes de aquel v¨ªdeo titulado Kony2012 y que bati¨® r¨¦cords millonarios de visionados en YouTube? ? Podr¨ªan decirme qu¨¦ ha pasado de ese asunto, alg¨²n acontecimiento digno de menci¨®n en los ¨²ltimos meses que tenga que ver con el sanguinario guerrillero que raptaba a los ni?os?
?Se acuerdan del #bringbackourgirls que como protesta contra el secuestro de 200 ni?as nigerianas por parte del grupo Boko Haram llen¨® durante un par de semanas el ciberespacio, con Michelle Obama y muchas otras celebridades que se hicieron la preceptiva foto con el hashtag/etiqueta en cuesti¨®n? Despu¨¦s de todo este tiempo desde que surgi¨® la campa?a, hace as¨ª como 300 d¨ªas... ?me sabr¨ªa decir el espa?olito medio (donde digo espa?olito digo el portuguesito o el argentinito, tanto da) qu¨¦ pas¨® con ese tema, si al final soltaron a las ni?as o no? ?alguna noticia relevante al respecto en nuestros medios de comunicaci¨®n.
Vivimos tiempos chocantes... por un lado la informaci¨®n se origina, se reproduce y se disemina a velocidades impensables hace s¨®lo unos a?os. En cuesti¨®n de segundos recibimos elementos gr¨¢ficos sobre las atrocidades del ISIS, sobre un terremoto en China o sobre los resultados de unas elecciones en un rinc¨®n perdido de este planeta... Muchas de estas historias ¡°demandan¡± que haya un verdadero cambio para bien, que se corrija algo que est¨¢ mal, que los que pueden tomen cartas en el asunto (aunque sean empujados por la ciudadan¨ªa)... La triste realidad es que, como seguimos siendo bombardeados por otras informaciones diferentes, como en una cascada de informaci¨®n y datos sin parar... lo mismo que aparecen las noticias (y las campa?as asociadas a algunas de ellas) desaparecen sin dejar rastro. Es como esos carteles con valores burs¨¢tiles o noticias abreviadas que est¨¢n en movimiento en la pantalla televisiva y si uno no est¨¢ atento, cuando se quiere uno dar cuenta ya han desaparecido. Una campa?a, por muy justa que sea, tiene una vida ¡°¨²til¡± muy corta porque lo mismo que en el mundo de la cooperaci¨®n internacional se habla del ¡°cansancio del donante¡± hay tambi¨¦n ya ¡°el cansancio del activista.¡± Nos cansamos hasta de darle a la tecla y al final no digo que las ni?as de Nigeria nos terminen importando un pito, pero s¨ª que despu¨¦s de un tiempo llega la fase de ¡°a otra cosa, mariposa¡± y pasamos p¨¢gina. Hasta que no volvamos a ver una secci¨®n que diga ¡°?qu¨¦ pas¨® con.... ?¡± no volveremos a acordarnos del asunto.
Y por otra parte est¨¢ lo que de diferentes maneras se ha se?alado en los ¨²ltimos d¨ªas: Las movilizaciones por las 17 v¨ªctimas de los brutales atentados de Charlie Hebdo y del supermercado kosher de Par¨ªs movilizaron a miles y miles de personas, entre ellos diferentes jefes de estado en solidaridad con los heridos y fallecidos. A los pocos d¨ªas el ataque por parte de Boko Haram a la ciudad de Baga dej¨® m¨¢s de 2000 v¨ªctimas mortales y, gracias a fotos tomadas con sat¨¦lite, se pudieron dar pruebas fehacientes de la brutalidad y la violencia de este grupo. Pocas manifestaciones he visto en solidaridad con esas 2.000 personas ni menos a¨²n se han reunido jefes de estado a hablar sobre el problema (el presidente nigeriano parece m¨¢s preocupado por las elecciones que por otra cosa), no ha habido etiquetas de #yosoyBaga y apenas ha podido despegar la etiqueta #jesuisNigeria simplemente porque la cobertura medi¨¢tica ha sido diferente y tambi¨¦n ¨C por qu¨¦ no decirlo ¨C porque esta tremenda masacre tiene lugar en ?frica donde ¨C ya se sabe ¨C uno no puede esperar m¨¢s que brutalidad, guerras y reg¨ªmenes corruptos... por tanto no es algo que llame la atenci¨®n, es m¨¢s bien un cap¨ªtulo m¨¢s de lo que hay en cada pa¨ªs y de lo que le toca a cada cual. Resignaci¨®n y fatalismo en en su esencia pura. Es normal que ciertas personas mueran ¡°como moscas¡± (sea por la raz¨®n que sea) mientras que otras personas que tambi¨¦n mueren pero ¡°tienen m¨¢s suerte¡± se convierten en h¨¦roes de causas compartidas por millones de personas... como si los muertos de Baga no tuvieran una raz¨®n para vivir, no tuvieran un futuro o simplemente fueran criaturas de otro mundo...
La solidaridad se ha convertido en una elemento viscoso y et¨¦reo que se alarga o se encoge seg¨²n las circunstancias y el ambiente. Durante meses, el mundo occidental mir¨® con indiferencia y displicencia la tragedia del ¨¦bola donde miles de africanos mor¨ªan irremediablemente en s¨®rdidos hospitales abandonados donde s¨®lo un pu?ado de h¨¦roes se atrev¨ªan a seguir atendiendo a los enfermos... pero no fue hasta que hubo las primeras evacuaciones en Estados Unidos y en Espa?a, cuando se llev¨® cerca del terru?o a los modernos ¡°apestados¡±, cuando se desat¨® la psicosis general donde todo quisqui quer¨ªa saber m¨¢s del tema... y protegerse del ¨¦bola. Todo aquello se desvaneci¨® cuando los afectados murieron o se curaron y se volvi¨® al let¨¢rgico estado de indiferencia... hasta la pr¨®xima vez.
Pues nada, disfruten esas campa?as y esos ¨ªmpetus solidaros y ut¨®picos que aparecen y desaparecen cual Guadiana de nuestra triste existencia de consumidores de la era digital. La ¨²nica esperanza es que, aunque cambien los vientos del inter¨¦s p¨²blico, suban y bajen las mareas de la atenci¨®n medi¨¢tica, siga habiendo un pu?ado de esp¨ªritus nobles que contin¨²en luchando por alcanzar la misma utop¨ªa de siempre: la de una humanidad mejor, m¨¢s equitativa, m¨¢s pac¨ªfica y m¨¢s justa.
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