El poder sigue cazando

Un terreno bien surtido de perdices o jabal¨ªes puede ofrecer mejores oportunidades de negocio que las reuniones de un consejo de administraci¨®n. Los cazadores se re¨²nen al alba para tomar un desayuno fuerte, salen a por sus presas y celebran sus trofeos con largas sobremesas al calor del fuego de la chimenea de alguna finca id¨ªlica en pleno campo. Van a desconectar, pero tambi¨¦n se establecen relaciones, de esas que abren puertas, sirven para cerrar operaciones y, en ocasiones, pagar o buscar favores. La Espa?a de hoy ya no es la Espa?a del tardofranquismo que reflej¨® Berlanga en La escopeta nacional. Pero la caza se mantiene como una afici¨®n de moda entre la ¨¦lite empresarial.

El campo es un excelente lugar para hacer nuevas amistades y consolidar viejas relaciones. Son conocidos cazadores Mario Conde, Juan Abell¨® y los Albertos (los primos Alcocer y Cortina). Lo fue Emilio Bot¨ªn y tambi¨¦n lo son sus hijos Ana y Javier. Quiz¨¢ el m¨¢s popular de todos sea Juan Carlos I, aunque su afici¨®n le llev¨® a tener que pedir perd¨®n a los espa?oles tras romperse la cadera persiguiendo elefantes en ?frica. El duque de Westminster, lord Gerald Cavendish Grosvenor, una de las mayores fortunas de Reino Unido, es el propietario de uno de los mayores latifundios: 15.000 hect¨¢reas, enclavadas en el parque natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona. All¨ª han cazado el pr¨ªncipe Guillermo, Carolina de M¨®naco y, a?os atr¨¢s, su madre, Grace Kelly. Casi todos los mencionados tienen o han tenido fincas preparadas para la caza. En ellas, como en cualquier coto privado, se asiste por invitaci¨®n.

¡°Se trata de reunir a gente que quieres conocer; les invitas a cazar para consolidar amistades¡±, explica ?ngel L¨®pez Maraver, portavoz de la Real Federaci¨®n Espa?ola de Caza. ¡°La caza va m¨¢s all¨¢ de la actividad en s¨ª misma. Hay mucho contacto entre los asistentes. Durante los a?os de bonanza econ¨®mica propici¨® muchas nuevas amistades; ahora, con la crisis, se han reducido mucho las cacer¨ªas, pero sigue siendo un lugar donde reafirmar relaciones¡±. Pese a las actuales estrecheces, un puesto para cazar en Espa?a ¨Clos precios en el extranjero son m¨¢s altos¨C puede llegar a 1.500 euros. Imposible saber cu¨¢ntos negocios se han fraguado entre tiro y tiro. ¡°Se cierran operaciones: no s¨¦ cu¨¢ntas, pero se cierran¡±, explica Custodia Cabanas, profesora del IE Business School. ¡°Este tipo de actividades, que se realizan fuera del entorno profesional, hacen que los dem¨¢s te identifiquen como parte de un grupo. Se genera un ambiente de confianza. Se dice que uno de los impedimentos que frenan el ascenso de las mujeres a los altos puestos es que no suelen acceder a estos c¨ªrculos¡±, a?ade la experta.

Un puesto para cazar en Espa?a puede llegar a 1.500 euros. Los precios en el extranjero son m¨¢s altos

Entrar en la aristocracia cineg¨¦tica ha puesto en aprietos a m¨¢s de un pol¨ªtico. Muy criticados fueron Francisco ?lvarez Cascos y Manuel Fraga, entonces ministro de Fomento y presidente de Galicia, respectivamente, por marcharse de cacer¨ªa el fin de semana del vertido del Prestige. Tampoco pas¨® desapercibida la publicaci¨®n en 2012 de una foto de Juan Carlos I con Jaume Matas, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n y Arturo Fern¨¢ndez tomada en 2007 ¨Ca?os despu¨¦s, los tres acabar¨ªan teniendo problemas con la justicia¨C durante una cacer¨ªa de perdices en una finca del entonces presidente de la CEOE. Matar venados le cost¨® muy caro a Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, que tuvo que dimitir como ministro de Justicia del Gobierno de Zapatero tras coincidir en una cacer¨ªa con el juez Garz¨®n mientras este investigaba el caso G¨¹rtel.

Unas de las fotos que probablemente m¨¢s han escandalizado a la opini¨®n p¨²blica, como s¨ªmbolo de los a?os del despilfarro, son las del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ¨Ccazando osos, leones, cebras, jabal¨ªes y rinocerontes por medio mundo¨C mientras crec¨ªa bajo su gesti¨®n el agujero de Caja Madrid; y la foto de las llamadas cacer¨ªas de la trama P¨²nica, en las que promotores inmobiliarios y miembros del PP se encontraban fuera de los despachos.

Los cazadores de a pie defienden esta afici¨®n que, solo en Espa?a, mueve 3.635 millones de euros al a?o. ¡°Berlanga llev¨® al esperpento las cacer¨ªas de otro tiempo. Nadie duda que a¨²n hoy las hay, pero, en comparaci¨®n con el 90% de las jornadas de caza que se dan durante la temporada, son una minor¨ªa¡±, remarca el antrop¨®logo social Roberto S¨¢nchez Garrido, que ha estudiado el fen¨®meno de la caza y sus aspectos econ¨®micos.