M¨¢s buenas noticias para los menores soldados de Sud¨¢n del Sur
En primer plano un ni?o soldado en uniforme perteneciente al Ej¨¦rcito Democr¨¢tico de Sud¨¢n del Sur, en el estado de Jonglei, en marzo de 2014. Samir Bor/Anadolu Agency/Getty Images.
El martes 27 de enero, un grupo armado sursudan¨¦s liberaba a 280 ni?os y ni?as en el estado de Jonglei, despu¨¦s de haber llegado a un acuerdo con UNICEF por el que se compromete a dejar en libertad a cerca de 3.000 menores que en la actualidad utiliza como soldados.
Seg¨²n la agencia internacional, los chicos tienen entre 11 y 17 a?os, gran n¨²mero de ellos ha estado luchando durante cuatro a?os y la mayor¨ªa no ha ido nunca a la colegio.
Los menores estaban en poder de una fracci¨®n del Ej¨¦rcito Democr¨¢tico de Sud¨¢n del Sur (SSDA), rama armada del Movimiento Democr¨¢tico de Sud¨¢n del Sur (SSDM). Este grupo surgi¨® en 2010 cuando el general del Ej¨¦rcito de liberaci¨®n de Sud¨¢n del Sur (SSLA), George Athor, perdi¨® las elecciones a gobernador del estado de Jonglei, en lo que entonces, antes de la independencia del pa¨ªs en 2011, era el Gobierno aut¨®nomo de Sud¨¢n del Sur. Desde aquel momento se rebel¨® y fue muy activo en ese estado y en el vecino de Upper Nile luchando contra el gobierno del Presidente Salva Kiir y el ej¨¦rcito sursudan¨¦s.
Athor supo utilizar muy bien las largas y antiguas disputas entre dos grupos ¨¦tnicos de la zona, principalmente los Murle (minor¨ªa en la regi¨®n) y los Lou Nuer , por el control de pastos y ganados en la regi¨®n (con el tradicional robo de reses de por medio). El general arm¨® a los primeros y as¨ª dieron comienzo las escaramuzas con el ej¨¦rcito sursudan¨¦s y los miembros de la otra tribu. Como se puede entrever, detr¨¢s de este conflicto solo est¨¢ el ansia de poder y enriquecimiento personal que llevar¨ªa el ser el gobernador de uno de los estados m¨¢s ricos en petr¨®leo.
Como siempre que hay problemas en Sud¨¢n del Sur, flota la sospecha de que el gobierno de Jartum estuviera armando y dando apoyo log¨ªstico al grupo rebelde.
Este conflicto es anterior al actual que se inici¨® el 15 de diciembre de 2013 cuando un grupo de seguidores del ex Vicepresidente Riek Machar se enfrent¨® a los seguidores del actual Presidente. Desde entonces, miles de hombres, mujeres y ni?os han tenido que abandonar sus hogares y refugiarse en pa¨ªses vecinos o en los campos de desplazados de la capital y otras zonas del pa¨ªs que en la actualidad acogen, seg¨²n las Naciones Unidas, a m¨¢s de 1.4 millones de personas. Adem¨¢s, cientos de personas han muerto, decenas de mujeres han sufrido violencia sexual y gran n¨²mero de menores han sido forzados a luchar como soldados en las filas rebeldes, principalmente.
El 19 de diciembre de 2011, George Athor fue interceptado y asesinado, en el estado de Equatoria, por tropas sursudanesas. Tras la muerte del l¨ªder poco se hab¨ªa o¨ªdo hablar de las actividades del SSDM, aunque los choques y disputas entre Nuer y Murle en Jonglei y Upper Nile segu¨ªan produci¨¦ndose.
Como la mayor¨ªa de los grupos armados, este tambi¨¦n hab¨ªa reclutado gran cantidad de ni?os y ni?as, muchas veces con la excusa de defender al propio grupo tribal.
Ahora, en lo que va a ser una de los mayores ejercicios de desmovilizaci¨®n del pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os, ser¨¢n liberados los ni?os que estaban en poder de la Cobra Faction del SSDA, grupo dirigido por David Yau Yau, que posiblemente lideraba el SSDA desde la muerte del fundador.
Poco se sabe de Yau Yau: estudi¨® teolog¨ªa en un seminario anglicano entre 2004 y 2006 y todos pensaban que terminar¨ªa siendo un pastor, pero no fue as¨ª. En 2010 se present¨® a las elecciones por uno de los distritos de Jonglei, Gumuruk Boma, para la asamblea del Estado. Perdi¨® a favor del candidato del partido del gobierno (SLPM). No queda claro si se presentaba como candidato independiente o por un partido de la oposici¨®n.
Tras las elecciones acus¨® al SLPM de fraude y reuni¨® un peque?o ej¨¦rcito compuestos por miembros de su grupo ¨¦tnico: los Murle, con el que se enfrent¨® a los partidarios del ganador, produciendo algunos muertos. Tras ello, se uni¨® a Geroge Athor que tambi¨¦n, como hemos visto antes, fue derrotado en las mismas elecciones.
Acogi¨¦ndose a una campa?a de desarme lanzada por el gobierno de Juba, Yau Yau firm¨® un acuerdo de alto el fuego en junio de 2011 por el que ¨¦l y sus seguidores se integraban en el ej¨¦rcito sursudan¨¦s. A pesar de ser un civil cuando comenz¨® su rebeli¨®n, se le concedi¨® el grado de coronel. Desert¨® en abril de 2012 y volvi¨® a reunir a su grupo, tras lo cual la violencia en su ¨¢rea de procedencia, Pibor County en Jonglei, aument¨®. El ej¨¦rcito suspendi¨® el desarme para centrarse en controlar la rebeli¨®n. Poco se ha o¨ªdo de ¨¦l desde entonces, salvo la sospecha de que estaba detr¨¢s de muchos de los ataques a grupos Nuer.
Ahora, Yau Yau ha dado un nuevo paso y se ha comprometido a liberara a todos los menores que estaban con ¨¦l, en distintas oleadas que seguir¨¢n a la primera ceremonia. UNICEF cree que en este grupo no ha habido ni?as que portasen fusiles y entrasen directamente en combate, pero no puede afirmar que no hayan sido utilizadas para otras funciones, como esclavas sexuales. Los menores no parece que fueran secuestrados o forzados a unirse a punta de pistola, como ocurre en tantas otras partes, sino que se les reclut¨® con el pretexto de defender a sus comunidades, siguiendo la tradici¨®n tribal. Como los conflictos en los que han participado han sido de baja intensidad tampoco se piensa que hayan sido sometidos o forzados a cometer grandes atrocidades.
Un ni?o no deja de ser un ni?o y nunca se unir¨¢ voluntariamente a un grupo armado, si no es forzado ser¨¢ manipulado con diversos argumentos, incluso apelando a la tradici¨®n, y luego utilizado para los fines que los comandantes dispongan. Adem¨¢s, no podemos graduar la guerra. Esta es siempre igual de atroz y cualquier violencia vivida o cometida por un menor, por mucho que queramos decir que es de baja intensidad, dejar¨¢ una huella en ¨¦l que le acompa?ar¨¢ el resto de su vida. Habr¨¢ que ver ahora si UNICEF, con el apoyo de la comunidad internacional, estar¨¢ en condiciones de prestar el apoyo social y psicol¨®gico que estos ni?os y ni?as necesitan para poder rehacer sus vidas, antes de ser reunificados con sus familias. En los ¨²ltimos a?os, la falta de financiaci¨®n ha obligado a las ONG trabajando en este campo a acelerar la reunificaci¨®n familiar, lo que, en muchas ocasiones, ha provocado la huida de los menores y su integraci¨®n en nuevos grupos armados al no haber superado totalmente la experiencia vivida dentro del grupo armado.
Los fondos donados para la rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n de menores soldados son cada vez m¨¢s escasos y, por esta raz¨®n, los programas dedicados a ellos afrontan muchas dificultades. Seg¨²n UNICEF, se necesita un m¨ªnimo de 2.330 d¨®lares al a?o por cada ni?o que se desmoviliza y se rehabilita. La organizaci¨®n ha hecho un llamamiento a los donantes para que aporten los fondos necesarios para no dejar en la estacada a estos ni?os y ni?as.
En Sud¨¢n del Sur todav¨ªa quedan muchos menores que est¨¢n siendo utilizados como soldados. En octubre de 2014, se hablaba de unos 12.000; el 70 % de ellos en manos de los rebeldes.
Ahora, la liberaci¨®n de estos ni?os y ni?as es una buena noticia y se a?ade a la que compart¨ªamos el pasado mes de noviembre cuando en estas mismas p¨¢ginas cont¨¢bamos que Sud¨¢n del Sur se hab¨ªa adherido a la campa?a Children, not soldiers, de Naciones Unidas para erradicar el uso de menores soldados en su ej¨¦rcito.
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