El Banco Mundial frente a los derechos de las minor¨ªas en Etiop¨ªa
Un informe interno del organismo revela falta de protecci¨®n a los ind¨ªgenas anuak en el marco de su proyectos en el pa¨ªs africano Human Rights Watch exige medidas para salvaguardar los derechos de los m¨¢s vulnerables
Un proyecto del Gobierno de Etiop¨ªa, financiado por el Banco Mundial, para mejorar el acceso de la poblaci¨®n a los servicios b¨¢sicos se sald¨® con el desplazamiento forzoso de miles de ind¨ªgenas anuak, una minor¨ªa de la regi¨®n de Gambella, al este del pa¨ªs. Esta es la conclusi¨®n que se desprende de un informe elaborado por el propio ¨®rgano de rendici¨®n de cuentas del Banco, el Panel de Inspecci¨®n, y filtrado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (ICIJ) el pasado mes de enero.
El Banco Mundial no se ha pronunciado a¨²n al respecto, si bien la junta de directores planea publicar el pr¨®ximo 26 de febrero una respuesta que incluir¨¢ un plan de acci¨®n para el futuro. La ONG Human Rights Watch, por su parte, ha reclamado medidas. "El informe del Panel muestra que el Banco Mundial ha ignorado los riesgos que sus proyectos supon¨ªan para los derechos humanos en Etiop¨ªa", ha asegurado Jessica Evans, defensora senior dedicada a instituciones financieras internacionales de HRW. "El Banco tiene ahora la oportunidad y la responsabilidad de ajustar su programa en el pa¨ªs y restituir a quienes han sido perjudicados".
La investigaci¨®n se llev¨® a cabo a ra¨ªz de una queja formal interpuesta por dos representantes de los anuak el 24 de septiembre de 2012. En ella se solicitaba una investigaci¨®n del Programa de Promoci¨®n de Servicios B¨¢sicos (PBS en sus siglas en ingl¨¦s) que se est¨¢ llevando a cabo en el pa¨ªs desde el a?o 2006 y que cuenta con una financiaci¨®n de dos mil millones de d¨®lares aportados por diversos donantes internacionales, entre ellos el Banco Mundial. Este programa, desarrollado en tres fases ¡ªahora se est¨¢ llevando a cabo la tercera¡ª, busca facilitar el acceso y mejorar los servicios b¨¢sicos en educaci¨®n, salud, agricultura, saneamientos y carreteras para unos 84 millones de personas.
El Banco Mundial, detalla el informe de su ¨®rgano inspector, mantuvo un "enlace operacional", es decir, un v¨ªnculo estrecho, con el llamado Programa de Desarrollo Comunitario, tambi¨¦n conocido como programa de "aldeizaci¨®n" (villagization, en ingl¨¦s) en Gambella. Este oblig¨® a los anuak a abandonar sus tierras, ocupadas desde tiempos ancestrales, con el pretexto de que les iban a reasentar en otras zonas m¨¢s prosperas donde tendr¨ªan mejor calidad de vida, cuando en realidad estos terrenos fueron entregados a inversores que se encargaron de su explotaci¨®n.
Desde el a?o 2010 casi dos millones de habitantes de zonas rurales muy aisladas de cuatro provincias fueron reubicados. En Gambella, el Gobierno traslad¨® 37.883 hogares, un 60% del total, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales citadas en la propia investigaci¨®n interna del Banco Mundial. El Ejecutivo asegur¨® que todos los realojos fueron voluntarios pero los denunciantes, sin embargo, se quejaron de que fueron realizados contra sus deseos y que las fuerzas del orden golpearon, violaron y asesinaron a quienes se negaron a abandonar sus casas. Tambi¨¦n denunciaron que las nuevas tierras no eran f¨¦rtiles y que en ellas no hab¨ªa escuelas, ni centros de salud ni otros servicios b¨¢sicos, y que las autoridades et¨ªopes utilizaron el dinero del Banco Mundial para apoyar ese programa. El Banco continu¨® financiando iniciativas relacionadas con la salud y la educaci¨®n durante a?os despu¨¦s de que estas denuncias se hubiesen hecho p¨²blicas.
El informe del Panel, no obstante, no llega a verificar si el el Banco Mundial fue responsable de los abusos m¨¢s graves, como las violaciones de derechos humanos, pues aseguran que el asunto no estaba al alcance de su investigaci¨®n. S¨ª dice el informe que el organismo no viol¨® su pol¨ªtica de reasentamientos forzosos porque esas reubicaciones fueron llevadas a cabo por el Gobierno et¨ªope y no formaban parte de los programas de salud y educaci¨®n.
La organizaci¨®n en defensa de de los derechos humanos, Human Rights Watch, ha dirigido una carta al vicepresidente del Banco Mundial en ?frica, Makhtar Diop, en la que critican que el plan de acci¨®n que el organismo prepara solo refuerza la problem¨¢tica actual porque sigue apoyando programas de reasentamiento de comunidades sin tener en cuenta los intereses de estas, y tambi¨¦n reclama una serie de compromisos. Entre ellos, destaca la necesidad de comunicar al Gobierno et¨ªope el impacto negativo que varias de sus pol¨ªticas y pr¨¢cticas gubernamentales est¨¢n teniendo en el desarrollo del pa¨ªs, sobre todo las relacionadas con los desplazamientos forzosos y con la discriminaci¨®n de las minor¨ªas. HRW tambi¨¦n aboga porque el Banco Mundial mejore sus sistemas para detectar cu¨¢ndo se est¨¢n poniendo en riesgo los derechos humanos en sus proyectos en Etiop¨ªa.
No es la primera vez que el Banco Mundial tiene constancia de estas quejas. La de los anuak se une a un informe publicado por Human Rights Watch en 2012 en el que se aseguraba que los desalojos "vinieron acompa?ados de violaciones de derechos humanos generalizadas, incluyendo el desplazamiento forzado, arrestos y detenciones arbitrarias, palizas, violaci¨®n y otros actos de violencia sexual". Tambi¨¦n se detallaba c¨®mo el dinero del Banco contribu¨ªa a proseguir con los reasentamientos forzosos, por ejemplo, el que se utiliz¨® para pagar los sueldos de los funcionarios del Gobierno que ayudaron a llevarlos a cabo.
En octubre de 2012, despu¨¦s de conocerse la denuncia interpuesta por los anuak, la direcci¨®n del proyecto del Banco Mundial elabor¨® una respuesta en la que se defiende de las acusaciones vertidas contra su actuaci¨®n en Gambella. Primero, advierte que los denunciantes no tienen manera de demostrar que el Programa de Promoci¨®n de Servicios B¨¢sicos que est¨¢n desarrollando les haya da?ado o les vaya a da?ar. Segundo, el Banco niega estar financiando el programa de "aldeizaci¨®n" del Gobierno en ninguna parte del pa¨ªs. Adem¨¢s, recuerda que se toman muy en serio los informes de supuestos abusos y que ya ha expresado su preocupaci¨®n al Gobierno et¨ªope. En cuarto lugar, asegura que no se han encontrado evidencias de que el programa de "aldeizaci¨®n" sea responsable de los da?os denunciados por los anuak.
Pese a todo ello, en 2013 el Gobierno et¨ªope rechaz¨® la investigaci¨®n del Panel y anunci¨® que no colaborar¨ªa. Posteriormente, en julio de 2013, Human Rights Watch lanz¨® un nuevo documento titulado ¡°Desarrollo sin abusos: C¨®mo el Banco Mundial deber¨ªa prevenir violaciones de derechos humanos", en el que inclu¨ªa de nuevo el caso et¨ªope.
Preguntado hoy en Madrid por el informe del Panel de Inspecci¨®n al director del Grupo de Indicadores Globales del Grupo Banco Mundial, Augusto L¨®pez-Claros, este asegur¨® que no conoce el caso de los anuak, pero tiene la confianza de que el Banco tomar¨¢ muy en serio las recomendaciones del Panel de Inspecci¨®n. "No tengo dudas de que, si se emite un informe con recomendaciones sobre como evitar este tipo de situaciones en el futuro, el banco las va a tomar muy seriamente. Este fue el motivo por el que se cre¨® esta unidad de independiente, para que hubiera un grado de monitoreo dentro del Banco"; asever¨®.
El dolor de los anuak
Despu¨¦s de conocerse el informe de la inspecci¨®n del Banco Mundial, los anuak han dirigido una carta abierta al presidente del organismo, Jim Yong Kim, en la que piden que su voz sea escuchada."Fuimos obligados a huir de nuestra tierra natal en Gambella porque nos opusimos al programa de realojos del Gobierno. Nunca consentimos dar nuestras tierras, que son nuestra fuente de vida y de nuestra identidad. S¨®lo nos movimos por miedo. Cuando los granjeros locales no aceptaron marcharse, vinieron soldados por la noche y violaron a las mujeres y golpearon a los hombres. Fuimos arrestados y torturados, por eso vivimos como refugiados en pa¨ªses vecinos hoy", describe la misiva. Y recuerda: "Sin los billones de d¨®lares facilitados por el Banco Mundial y otros donantes a trav¨¦s del PBS, el Gobierno et¨ªope no podr¨ªa realojar a tanta gente y desposeernos de nuestras tierras. Por eso realizamos nuestra queja al Panel de Inspecci¨®n y por eso le pedimos que retrase la siguiente fase del proyecto hasta que se asegure que no ser¨¢ utilizadas para desplazar y matar a nuestra gente".
Los anuak finalizan describiendo sus condiciones de vida en los campos de refugiados: "Nos enfrentamos a la inseguridad diaria y a condiciones de vida calamitosas, pero no podemos volver a casa porque pondr¨ªamos nuestras vidas en peligro. Las mujeres mueren de ces¨¢reas y de cirug¨ªas menores por culpa de la mala calidad de la atenci¨®n sanitaria. Los reci¨¦n llegados no son aceptados por Acnur as¨ª que debemos compartir nuestras raciones de comida con ellos para que no se mueran de hambre. Cuando los ni?os terminan la escuela primaria, no encuentran nada que hacer salvo sentarte a no hacer nada o convertirte en un adicto a las drogas. Es tan doloroso ver a nuestros ni?os creciendo en una tierra extra?a sin futuro. Necesito apoyo para desarrollar nuestra forma de vida y nuestra juventud necesita oportunidades".
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