La izquierda radical no es tal
Enfrentarse a la econom¨ªa de mercado y al atlantismo lleva a posiciones anti-UE y nacionalistas
Las primeras semanas de Gobierno en Grecia de Syriza, la ¡°coalici¨®n de izquierda radical¡±, muestran que en la actual Uni¨®n Europea es muy dif¨ªcil oponerse abiertamente al consenso de Bruselas y Fr¨¢ncfort. Los intentos de lanzar partidos de izquierda radical en el sur de Europa se han producido en contextos pol¨ªticos definidos por la adopci¨®n por la socialdemocracia de una pol¨ªtica econ¨®mica basada en el mercado y la falta de credibilidad de los comunistas como alternativa. Sin embargo, el espacio pol¨ªtico entre estas dos tradiciones pol¨ªticas es muy estrecho.
La referencia fundamental para la comparaci¨®n es Alemania. El Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n fue pionero en abandonar el marxismo, la hostilidad al capitalismo y las nacionalizaciones y en aceptar la pertenencia a la OTAN, en fecha tan temprana como 1959. Pocos a?os despu¨¦s, el SPD, liderado por Willy Brandt y Helmut Schmidt, particip¨® en el primer Gobierno de gran coalici¨®n con los cristiano-dem¨®cratas. El surgimiento de una nueva alternativa de izquierda tard¨® una generaci¨®n m¨¢s. El comunismo no era entonces una opci¨®n viable en Alemania Occidental, ya que se identificaba con la ocupaci¨®n sovi¨¦tica de Alemania Oriental. Inicialmente, los Verdes adoptaron posiciones izquierdistas radicales en pol¨ªtica econ¨®mica y pol¨ªtica exterior. Pero fueron inequ¨ªvocamente anticomunistas, hasta el punto de fusionarse con la oposici¨®n anticomunista del Este en una candidatura conjunta permanente desde la reunificaci¨®n del pa¨ªs. Con el tiempo, los Verdes reforzaron fuertemente su posici¨®n pro-Uni¨®n Europea y se convirtieron en un partido homologado capaz de participar en un gobierno en coalici¨®n con los socialdem¨®cratas.
La situaci¨®n ha sido diferente en la Europa del Sur. Todav¨ªa hubo nacionalizaciones de empresas privadas por motivos ideol¨®gicos en Francia a principios de la presidencia del socialista Fran?ois Mitterrand, quien form¨® un Gobierno de coalici¨®n con los comunistas en 1981. Apenas un a?o despu¨¦s, sin embargo, el Partido Socialista franc¨¦s abandon¨® esa v¨ªa. Muy pronto, los socialistas participaron en la primera de varias ¡°cohabitaciones¡± con los conservadores. En su segundo mandato, Mitterrand nombr¨® primer ministro a Michel Rocard ¡ªquien era ridiculizado como un defensor de ¡°la izquierda americana¡±¡ª para que formara un Gobierno de coalici¨®n con los centristas. Los intentos de crear una alternativa de izquierda radical, que estuvieron fuertemente influidos por el legado del marxismo y el comunismo, no consiguieron formar una opci¨®n de Gobierno viable. La historia se repite. Tras menos de dos a?os en el cargo, el actual presidente socialista Fran?ois Hollande nombr¨® un nuevo primer ministro, Manuel Valls ¡ªun disc¨ªpulo de Rocard¡ª, que est¨¢ adoptando las pol¨ªticas econ¨®micas dise?adas por la Uni¨®n Europea. No parece que est¨¦ apareciendo ninguna alternativa izquierdista clara.
La experiencia de Syriza puede desembocar un espectacular giro con respecto a sus lemas de campa?a o en un pronto fracaso electoral
En Italia, los socialistas liderados por Bettino Craxi presidieron un Gobierno de coalici¨®n con los cristiano-dem¨®cratas en la d¨¦cada de 1980. El principal partido de izquierda, el comunista, tambi¨¦n abandon¨® el marxismo y evolucion¨® hacia vagas posiciones progresistas hasta que se fusion¨® con exsocialistas y excristiano-dem¨®cratas en un nuevo Partido Dem¨®crata. Como presidente de la Rep¨²blica, el excomunista Giorgio Napolitano nombr¨® dos Gobiernos de expertos independientes hasta que se form¨® una amplia coalici¨®n de partidos de centro-izquierda y centro-derecha. La larga duraci¨®n y el gradualismo del proceso de cambio y disoluci¨®n de los partidos socialista y comunista hicieron inviable la formaci¨®n de una alternativa consistente de izquierda radical.
El Partido Socialista Obrero Espa?ol aprendi¨® la lecci¨®n muy pronto. Tras perder las dos primeras elecciones democr¨¢ticas, Felipe Gonz¨¢lez oblig¨® al partido a abjurar del marxismo y a adoptar una pol¨ªtica econ¨®mica promercado. El partido gan¨® las elecciones siguientes en 1982, cuando ya el experimento franc¨¦s de izquierda hab¨ªa sido revisado y, a la luz de esa experiencia, ni siquiera trat¨® de aplicar nacionalizaciones o decisiones similares. Poco despu¨¦s el PSOE abraz¨® expl¨ªcitamente la OTAN. Durante muchos a?os, la alternativa de izquierda radical estuvo en manos de Izquierda Unida, una candidatura comunista apenas disimulada que nunca lleg¨® a ser una opci¨®n de gobierno real. Solo tras un nuevo periodo de Gobierno socialista en el que las instrucciones de la UE se convirtieron en pol¨ªticas reales, ha aparecido una nueva alternativa de izquierda radical. Podemos aparece como un soplo de aire fresco, aunque sus miembros son de nuevo excomunistas poco disfrazados. Cabe apostar a que tendr¨¢n menos ¨¦xito en las pr¨®ximas elecciones generales de lo que las encuestas aventuran.
Los intentos recientes y actuales de construir alternativas pol¨ªticas a la izquierda de los socialdem¨®cratas se derivan, en gran parte, de los cambios a nivel europeo. Pero enfrentarse a los postulados est¨¢ndar de econom¨ªa de mercado y de pol¨ªtica exterior transatl¨¢ntica requiere hoy la adopci¨®n de posiciones anti-Uni¨®n Europea y nacionalistas, lo cual comporta desaf¨ªos a¨²n m¨¢s insuperables que en la d¨¦cada de 1980. En este contexto, la experiencia de Syriza en el Gobierno en Grecia puede desembocar bien en un espectacular giro con respecto a sus lemas de campa?a ¡ªcomparable a los que dieron en su momento los verdes alemanes, los socialistas franceses, italianos y espa?oles y los comunistas italianos¡ª, bien en un pronto fracaso gubernamental y electoral, como el de todas las alternativas de extrema izquierda que se han intentado. Dentro de un a?o o dos la suerte de la nueva izquierda radical en el sur de Europa estar¨¢ echada, otra vez.
Josep M. Colomer es autor del libro El gobierno mundial de los expertos (Anagrama).
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