Debate sobre el estado de la otra naci¨®n
Esta entrada ha sido escrita por Virginia Rodr¨ªguez, responsable de proyectos de laFundaci¨®n porCausa de Periodismo e Investigaci¨®n. Este trabajo es partedel Proyecto Transparencia Incidencia Participaci¨®n e Investigaci¨®n, cofinanciado por el Mecanismo Financiero del Espacio Econ¨®mico Europeo (EEA Grants).
Imagen: Sonia Mackay/EL PA?S.
Esta semana, durante el Debate sobre el Estado de la Naci¨®n, el Presidente del Gobierno ha sacado pecho proclamado que evitar el rescate de la econom¨ªa espa?ola ha sido la gran medida de pol¨ªtica social de la legislatura, ¡°la mejor¡±. Dif¨ªcilmente se puede resumir de forma m¨¢s certera c¨®mo percibe la sociedad y sus principales problemas este gobierno.
Incluso eludiendo un debate sobre el rescate bancario que s¨ª se produjo, esta percepci¨®n es miope y tramposa. Subestima a los ciudadanos a quienes se insta, no s¨®lo a aceptar como inevitable la sumisi¨®n de la pol¨ªtica social a la econ¨®mica, sino tambi¨¦n a creer que la mejora de la econom¨ªa y el dinamismo del mercado laboral tendr¨¢n como consecuencia natural la reducci¨®n de los niveles de pobreza. Ignora el hecho de que las medidas adoptadas para la recuperaci¨®n de los indicadores macroecon¨®micos, han sido a costa del debilitamiento de servicios p¨²blicos como la educaci¨®n o la sanidad y los mecanismos de protecci¨®n social precisamente en el momento que m¨¢s necesario era su fortalecimiento.
A excepci¨®n del tono triunfalista ahora que las previsiones econ¨®micas empiezan a parecer favorables, la actitud del gobierno no es nueva. En su empe?o por negarse a asumir la magnitud del problema del empobrecimiento y creciente desigualdad de la sociedad espa?ola, el Ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas lleg¨® a negar el pasado a?o que las estimaciones estad¨ªsticas sirvieran para para describir la realidad considerando alarmistas, irresponsables y poco rigurosas a las organizaciones sociales que, bas¨¢ndose en datos oficiales del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y EUROSTAT, llevan a?os reclamando una pol¨ªtica social capaz de dar respuesta a los problemas actuales de los ciudadanos.
El m¨¢s grave, el hecho de que la tasa de poblaci¨®n infantil en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social lleve desde 2009 por encima del 32%. Esto supone casi 3 millones de ni?os cada uno de los ¨²ltimos 5 a?os, trat¨¢ndose del grupo de edad m¨¢s vulnerable a la pobreza y la exclusi¨®n social superando, y mucho, al de mayores de 65 a?os (los datos correspondientes a 2013 se?alan una diferencia de 18¡¯1 puntos, entre el 32¡¯6% de poblaci¨®n infantil y el 14¡¯5 de las personas mayores de 65). A lo que hay que a?adir que una vez bajo el umbral de pobreza, los ni?os tambi¨¦n son el grupo de edad que m¨¢s profundamente cae. En 2013 el umbral de pobreza relativa era de 17040€ anuales de ingresos para familias de 4 miembros con 2 menores de 14 a?os, 355€ mensuales por cada miembro de la familia. Respecto a este umbral, los ni?os caen de media un 35¡¯4% (frente al 31¡¯4% de la poblaci¨®n de entre 18 y 64 a?os y el 16¡¯6% de los mayores de 65), es decir disponen de media de 229¡¯33€ mensuales. Todo ello en un momento decisivo de sus vidas que ni el m¨¢s espectacular crecimiento econ¨®mico podr¨¢ devolverles.
A pesar de los recelos del ministro Montoro, al observar los datos oficiales que ofrece anualmente la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, algunas conclusiones resultan incontestables y ponen en tela de juicio la premisa de que la recuperaci¨®n econ¨®mica devendr¨¢ en una mejora social.
Las familias con ni?os son las m¨¢s vulnerables a la pobreza, a¨²n en hogares con empleo.
Los factores m¨¢s determinantes del riesgo de pobreza de la poblaci¨®n infantil son la composici¨®n del hogar (hogares monoparentales y familias numerosas), el nivel educativo de los padres y, sobre todo, su origen nacional.
El an¨¢lisis de estos datos plantea preguntas cuya respuesta deber¨ªa ser el punto de partida de cualquier pol¨ªtica o medida social. Por ejemplo, ?por qu¨¦ el riesgo de pobreza de la poblaci¨®n infantil se ha disparado mientras el de los mayores de 65 se ha reducido dr¨¢sticamente? Y he aqu¨ª una primera respuesta, quiera verse o no. Para los mayores existe un sistema de protecci¨®n s¨®lido: las pensiones, resultado de un compromiso pol¨ªtico expresado en un Pacto de Estado al que los efectos de la crisis han convertido en el principal asidero para muchas familias. No existe un sistema de protecci¨®n social semejante para la poblaci¨®n infantil.
El cortoplacismo de las pol¨ªticas destinadas a la recuperaci¨®n econ¨®mica ha hipotecado una gran parte de los derechos y las oportunidades que el Estado debe ofrecer a todos sus ciudadanos, especialmente a los que a¨²n no tienen edad de votar. Quiz¨¢ sea esta la raz¨®n de que la emergencia social que supone la pobreza infantil no se considere tal, un c¨¢lculo electoralista que este ¨²ltimo a?o de legislatura empieza a motivar la adopci¨®n de medidas como, por ejemplo, la extensi¨®n de la exenci¨®n fiscal por hijo a cargo de hasta 100 € mensuales a las familias monoparentales con 2 o m¨¢s hijos dependientes.
Por esta raz¨®n es fundamental que la ciudadan¨ªa y las organizaciones sociales dispongan de herramientas y an¨¢lisis como los que el proyecto Transparencia, Incidencia, Participaci¨®n e Investigaci¨®n est¨¢ desarrollando. Informaci¨®n que conduzca a las preguntas que den forma a un debate p¨²blico basado en los problemas y preocupaciones de la sociedad y no en los compromisos econ¨®micos adquiridos ante la Uni¨®n Europea o la b¨²squeda de r¨¦ditos electorales.
Por ejemplo, la medida anunciada por el Presidente del Gobierno, si bien aborda uno de los factores de vulnerabilidad ante la pobreza infantil como es la monoparentalidad, cuando consultamos en la Encuesta Continua de Hogares del INE el n¨²mero de familias que podr¨ªan beneficiarse, observamos que de los 794500 hogares monoparentales que hay en Espa?a, esta medida, de entrada, deja fuera a la gran mayor¨ªa de ellas, al m¨¢s de medio mill¨®n que s¨®lo tienen un hijo a cargo, de los que 404400 est¨¢n encabezados por mujeres. A lo que hay que a?adir que la f¨®rmula de la exenci¨®n fiscal tambi¨¦n limita el alcance de la medida a las familias que tienen la obligaci¨®n tributaria de declarar sus ingresos, algo a lo que muchas de las familias en peor situaci¨®n econ¨®mica, las m¨¢s pobres, no est¨¢n obligadas.
En este a?o de m¨²ltiples campa?as, formular las preguntas cuya respuesta defina la sociedad que seremos es la exigencia que los ciudadanos debemos plantear a quienes aspiran a gobernarnos.
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