Athina Onassis: divorcio a la griega
Fueron millonarios y poderosos. En Grecia se les veneraba y tem¨ªa por igual. Pero como si de una maldici¨®n se tratara fueron desapareciendo. Ahora la supervivente huye de su pasado
Es menuda. Posee unos enormes ojos miel que recuerdan la mirada triste de su fallecida madre. Pero lo que m¨¢s llama la atenci¨®n cuando se est¨¢ cerca de ella es su intento por pasar desapercibida, por que nadie descubra qui¨¦n es.?Athina Onassis es la superviviente de una familia de navieros que disfrut¨® de todo su esplendor en Grecia durante los a?os cincuenta. El pr¨®ximo d¨ªa 15 se cumplen 40 a?os de la muerte de su abuelo Arist¨®teles Onassis y ella acaba de celebrar los 30, cifra que le ha dado derecho a recibir los 800 millones de euros que quedaban pendientes de una herencia dif¨ªcil de calcular, pero que algunos medios financieros establecen en cerca de 3.000 millones. En la Grecia de Syriza, los Onassis han pasado casi al olvido. Poco queda de ellos. Su recuerdo lo mantiene vivo una fundaci¨®n que este a?o organizar¨¢ diversos actos en su memoria con motivo de este aniversario.
Si a su abuelo, el magnate m¨¢s famoso y temido de la industria naviera del siglo XX, el hombre m¨¢s rico del mundo en su ¨¦poca ¡ªse dec¨ªa en aquellos a?os que si vend¨ªa todos sus activos, Wall Street temblar¨ªa¡ª, le gustaba hacer ostentaci¨®n de su riqueza, Athina huye de s¨ª misma. Si a su abuelo le gust¨® disfrutar de poder, fama y conquist¨® nada menos que a la ex primera dama de Estados Unidos, Jacqueline Kennedy, y a la gran soprano Mar¨ªa Callas, Athina vive feliz desde hace una d¨¦cada con su marido, el jinete brasile?o ?lvaro Afonso de Miranda Neto, conocido como Doda Miranda, entre Brasil y Europa.
Pero no es f¨¢cil escapar del pasado. La vida de esta triste heredera sigue marcada por la tragedia de su familia. Arist¨®teles Onassis perdi¨® a su hijo y heredero con tan solo 23 a?os de edad en un accidente a¨¦reo, mientras su hija Christina llev¨® una vida llena de excesos y relaciones sentimentales fallidas. Tras la muerte del patriarca Christina fue designada heredera universal, pero Jackie Kennedy, su viuda, reclam¨® la tercera parte de las posesiones del que fue su marido, como estaba estipulado en el acta de matrimonio. Resuelto el conflicto y tras la muerte tambi¨¦n prematura de Christina, a los 37 a?os, los dos tercios restantes de la herencia pasaron a su ¨²nica nieta: unos 3.000 millones de euros.
La ¨²ltima vez que hay constancia de que Athina estuvo en Grecia, concretamente en Skorpios, fue hace tres veranos. Lleg¨® en barco con su amiga Ekaterina Ribolovlev, hija del magnate ruso Dmitry Ribolovlev. El viaje no fue casual. La receptora del gran imperio de los Onassis hab¨ªa decidido deshacerse de la joya de la corona: la isla de Skorpios en la que su familia vivi¨® grandes momentos y donde est¨¢n enterrados sus antepasados. La operaci¨®n se cerr¨® en 2013 por 100 millones de euros. La transacci¨®n cont¨® con el visto bueno del entonces primer ministro griego Antonis Samar¨¢s, que se reuni¨® con Rybolovlev en Atenas.
De los Onassis ya no se habla en Grecia. Cuando se llama a la fundaci¨®n que Arist¨®teles cre¨® para honrar la memoria de su hijo Alexander no se facilita informaci¨®n. La sede legal est¨¢ de hecho en Liechtenstein, donde se crearon dos organismos: uno para la gesti¨®n de los negocios y otro, la Fundaci¨®n Alexander S. Onassis ¡ªdedicada a la promoci¨®n de actividades culturales y art¨ªsticas e investigaci¨®n acad¨¦mica¡ª, que recibe el 40% de las ganancias anuales generadas por el primero. Athina ha dejado la gesti¨®n en manos de expertos.
Solo ten¨ªa tres a?os cuando se qued¨® sin madre. Fue su padre, el playboy Thierry Roussel, quien se hizo cargo de ella. Dej¨® Grecia para crecer en Suiza con ¨¦l, su madrastra, Gaby, y sus tres hermanos: Sandrine, Johanna y Erik. Una de ellas de la misma edad que Athina. Y es que Roussel se cas¨® por dinero y posici¨®n social con Christina Onassis mientras manten¨ªa otra familia, la que ¨¦l consideraba suya, en la sombra. Athina no fue feliz y en cuanto pudo cort¨® amarras. Doda la ayud¨® a dar el salto definitivo, a independizarse. Ahora la relaci¨®n con su padre no est¨¢ rota del todo pero es distante.
Ella no habla con la prensa pero ha ocupado desde que naci¨® las portadas de todas las grandes revistas de la prensa social. Tiene pocos amigos que saben que saltarse las normas de silencio impuestas por ella supone salir del c¨ªrculo. A ¨¦l pertenece Marta Ortega , la heredera del imperio Inditex. Ambas tienen en com¨²n su obsesi¨®n por la discreci¨®n, por intentar llevar una vida lo m¨¢s normal posible y por los caballos. Tal es la relaci¨®n entre ambas que Athina, que rechaza la vida social, fue una de las invitadas a la boda de Marta Ortega con Sergio ?lvarez en el peque?o pueblo de Anceis, a 12 kil¨®metros de A Coru?a. Hasta all¨ª tambi¨¦n acudi¨® a primeros de a?o para apoyar a su amiga cuando se hizo p¨²blico su divorcio.
Athina conoci¨® a Doda en el circuito h¨ªpico y ese es el ¨¢mbito en el que se mueve la pareja: jinetes y amazonas que recorren el mundo compitiendo. ?l lo ha hecho siempre como profesional, ella no ha necesitado ganar premios para sobrevivir pero se emplea con la misma devoci¨®n. Su reto ahora es ser ol¨ªmpica en los Juegos de R¨ªo de Janeiro.
Brasil se ha convertido en el pa¨ªs de Athina desde que se cas¨®. En S?o Paulo la pareja posee una casa en la que reside con los dos hijos que Doda aport¨® ¡ªuno de su matrimonio con una modelo que falleci¨® y el otro, hijo de esta y que ¨¦l adopt¨®¡ª. Athina los cr¨ªa como sus hijos porque ella, de momento, no se ha planteado ser madre. La pareja se cas¨® en r¨¦gimen de separaci¨®n de bienes y en alguna de las escasas declaraciones que ha hecho Doda a la prensa asegura que viven ¡°una vida tranquila y sencilla¡±. El matrimonio tambi¨¦n pasa mucho tiempo en Europa sobre todo en ¨¦poca de concursos h¨ªpicos. Por eso tienen una finca en la frontera entre Holanda y B¨¦lgica en la que han estabulado sus caballos. Desde all¨ª se mueven por el continente de manera m¨¢s f¨¢cil. Y es que esta heredera millonaria ha cambiado el glamour que desprend¨ªan las fotos en blanco y negro de las fiestas en el barco de su abuelo Arist¨®teles Onassis, en aquella ¨¦poca dorada de la jet-set europea, por el anonimato, una tranquila vida familiar y muchas horas en los establos.
La memoria viva de Niarchos
A diferencia de su compadre Arist¨®teles Onassis, la memoria de Stavros Niarchos, el patriarca de la otra familia de armadores griegos que mantuvo una extra?a relaci¨®n de amor y rivalidad con el primero, sigue muy viva en su pa¨ªs natal, al menos en lo que se refiere a las actividades de la fundaci¨®n que lleva su nombre, presente en ¨¢mbitos tan variados como el fomento de las artes y la investigaci¨®n o el m¨¢s perentorio alivio de las consecuencias de la crisis econ¨®mica. Por oposici¨®n tambi¨¦n a sus rivales, y aunque los ep¨ªgonos de la dinast¨ªa no desempe?an ninguna actividad p¨²blica en el pa¨ªs y se dejan caer por all¨ª muy de vez en cuando, la Fundaci¨®n Stavros Niarchos s¨ª tiene su sede en Grecia, en concreto en una de las principales y m¨¢s se?oriales avenidas de Atenas.
Gracias a uno de sus muchos programas sociales, m¨¢s de 15.000 ni?os de 64 colegios de la capital griega pudieron comer o completar su dieta en el curso pasado. La mitad de ellos pertenec¨ªan a familias que viven bajo el umbral de la pobreza; el 25% de los menores atendidos pasaba hambre y el 60%, inseguridad alimentaria, es decir, imposibilidad material de acceder a alimentos por la falta de ingresos de sus padres o tutores, seg¨²n el Instituto Prolepsis, encargado de supervisar este programa de ayuda. Fueron los comentarios de numerosos maestros acerca del estado de pr¨¢ctica inanici¨®n que presentaban muchos ni?os al llegar a las aulas los que provocaron la respuesta de la Fundaci¨®n Stavros Niarchos, que tambi¨¦n financia programas de acogida para menores desamparados o en situaci¨®n de riesgo.
Pero la joya de la corona de la Fundaci¨®n Stavros Niarchos no ver¨¢ la luz hasta finales de 2016. Se trata del megacentro cultural que albergar¨¢ las nuevas sedes de la biblioteca nacional y la ¨®pera nacional, que se levanta entre un baile de gr¨²as en F¨¢liro, a medio camino entre la conurbaci¨®n de Atenas y el puerto del Pireo. La que ser¨¢ en¨¦sima oferta cultural de la capital griega, y buque insignia de la Fundaci¨®n, se levantar¨¢ adem¨¢s en medio de un inmenso parque que llevar¨¢ el nombre del fundador de la dinast¨ªa. Las obras, que comenzaron en 2013, han sido en varias ocasiones escenario de curiosos conciertos, con los asistentes en trajes de faena: la etiqueta prescrib¨ªa casco y chaleco reflectante.
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