Feminicidio

Las mujeres inmigrantes no paren criaturas. Dan a luz ¡°transe¨²ntes reci¨¦n nacidos¡±. Y la atenci¨®n pedi¨¢trica tiene un l¨ªmite. Seg¨²n una circular de la administraci¨®n de Salud de Madrid, ¡°la caducidad de este tipo de ciudadano¡± est¨¢ fijada en un a?o. Ni siquiera con la lupa de Beckett puedo creerme lo que leo. S¨ª, dice ¡°caducidad¡±. Tambi¨¦n los o¨ªdos se resisten a creer que es verdad lo que oyen en esa cancha, donde una turba de machos intenta borrar del campo, con disparos de groser¨ªa, a una joven linier. Hace a?os estuve en una oficina de borrado de personas. Despu¨¦s de la ca¨ªda de Ceausescu, en Bucarest, pude entrar en el contundente edificio que albergaba la agencia de informaci¨®n y propaganda del r¨¦gimen. En la mole, y a aquella hora de crep¨²sculo, solo encontr¨¦ a un hombre, regordete y locuaz, que parec¨ªa custodiar las sombras. Fue ¨¦l quien me condujo al Departamento de Borrado y me explic¨® que all¨ª se hac¨ªa desaparecer de las fotograf¨ªas de prensa a la gente ca¨ªda en desgracia. Ese gesto, el borrado, suele preceder a la desaparici¨®n real, como las quemas ¡°en efigie¡± de la Inquisici¨®n. Podemos imaginar un proceso a la inversa: la fotograf¨ªa luchando por rescatar las ausencias. Hay gente que compromete la vida en esa tarea. Desde 1993, son cientos las mujeres desaparecidas en Ciudad Ju¨¢rez y Chihuahua. Mayra Martel fotograf¨ªa la habitaci¨®n, los enseres, las almas externadas en las peque?as cosas. Esas fotos min¨²sculas se multiplican en postes, supermercados, estaciones, como un sistema nervioso del territorio. Las fotos buscan a sus ausentes. Se cuenta en Feminicidio, reci¨¦n nacido en Espa?a, un escalofriante libro colectivo que desvela la magnitud de un terror cotidiano y nos confronta, urbi et orbi,con el mayor borrado que atraviesa la historia: el asesinato de mujeres por ser mujeres.

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