Rajoy y los griegos

¡°Tsipras ha prometido algo que no pod¨ªa cumplir y eso produce una gran frustraci¨®n al pueblo griego¡±: ha declarado Mariano Rajoy. Y yo no puedo evitar darle la raz¨®n, ya que ?qui¨¦n sabe m¨¢s de esas frustraciones que ¨¦l? A¨²n recuerdo, en las ¨²ltimas generales, a un soberbio Javier Arenas, mirando retador al auditorio y profetizando a voz en grito: ¡°?Ni en educaci¨®n, ni en sanidad, ni en las ayudas a la dependencia recortaremos ni un euro! ?Esas son las rayas rojas del PP! Faltar¨ªa m¨¢s¡±. S¨ª, Rajoy sabe bien lo que es generar frustraci¨®n, aunque ¨¦l no ha necesitado, como el l¨ªder griego, un enemigo exterior para enmascarar el desenga?o de su pueblo. ?l lo encontr¨® en Zapatero, el cual, ocultando aviesamente el envenenado d¨¦ficit p¨²blico que le legaba, fue el ¨²nico culpable del inmediato incumplimiento de las promesas electorales del PP. Pobre Rajoy, tan ignorante ¨¦l de la perversa quiebra con la que iba a tener que lidiar aunque, a decir verdad, una parte sustanciosa de ese desastre estuviera bien oculta en las autonom¨ªas gobernadas por su propio partido.¡ª Jaume Garc¨ªa.