Mikel Erentxun: ¡°Soy un viejo que se resiste a modernizarse¡±
Super¨® un problema card¨ªaco y lo convirti¨® en canci¨®n. El cantante ha aprendido que a veces las experiencias amargas terminan siendo un regalo de la vida. Mikel Erentxun celebra 50 a?os de vida, y 30 de carrera, con su ¨²ltimo disco ¡®Corazones¡¯
El miedo, el amor, la esperanza, la vida. La alegr¨ªa, el dolor, el coraz¨®n. Las canciones de Mikel Erentxun se componen de estos elementos. Aunque en realidad es el coraz¨®n el que m¨¢s pesa en esta balanza. No solo es el hilo conductor que ha utilizado para contar su experiencia dentro de la UVI o una de las palabras que m¨¢s pronuncia a lo largo de esta entrevista en el m¨ªtico hotel Mar¨ªa Cristina de San Sebasti¨¢n. Es el coraz¨®n el motor que lo llev¨® a grabar un nuevo disco. Reci¨¦n cumplidos los 50 a?os, el caraque?o solo en el pasaporte, pero donostiarra de ¡°coraz¨®n¡±, presenta su ¨²ltimo ¨¢lbum con la ilusi¨®n del primer disco pero con la madurez que le dan 30 a?os sobre el escenario.
Corazones es un trabajo doble monotem¨¢tico y un tanto vanidoso. La inspiraci¨®n surgi¨® en la habitaci¨®n de un hospital. En mayo de 2013 el int¨¦rprete de 100 gaviotas acudi¨® al doctor por un fuerte dolor en el pecho que result¨® ser una obstrucci¨®n de las arterias en el coraz¨®n. ¡°Fue un susto muy importante y como soy exagerado y dram¨¢tico pens¨¦ que no saldr¨ªa de esta¡±, recuerda. Pero a veces, como ¨¦l mismo reconoce, esas experiencias de sabor amargo terminan siendo un regalo. ¡°Suena a t¨®pico, ya lo s¨¦, pero lo que me pas¨® me llev¨® a hacer un balance de mi vida¡±, explica. ¡°Me apetec¨ªa hacer un recorrido musical a trav¨¦s de este coraz¨®n roto y maltratado¡±, confiesa el cantante, que se muestra en buena forma durante la entrevista.
El hombre que colecciona cazadoras de cuero y cuya ciudad favorita es Londres responde recostado en una c¨®moda butaca. Habla con ilusi¨®n y cierta emoci¨®n. Salta de una frase a otra, regresa al comienzo de la oraci¨®n para inmediatamente despu¨¦s aclarar algo y cambiar de nuevo. El entusiasmo se apodera de ¨¦l al recordar el momento en que oy¨® su disco. ¡°El 10 de enero, con menos ocho grados cent¨ªgrados en Nueva York, lo escuch¨¦ completo por primera vez. Fui el hombre m¨¢s feliz¡±. Detr¨¢s de sus palabras brota una sonrisa p¨ªcara, los ojos le brillan.
El disco, que se grab¨® en C¨¢diz con la colaboraci¨®n del productor Paco Loco, es, seg¨²n Erentxun, su ¨¢lbum m¨¢s personal. Las canciones fueron escritas en su totalidad por ¨¦l. ¡°Hace a?os que no compon¨ªa todos los temas¡±. El int¨¦rprete no le tiene miedo a la ¡°desverg¨¹enza¡±, admite que no toca bien ning¨²n instrumento, pero eso no le preocupa. Tanto as¨ª que en Corazones no solo canta sino tambi¨¦n toca casi todos los instrumentos, al igual que lo ha hecho en diferentes ocasiones Paul McCartney, de quien Erentxun es adem¨¢s un gran seguidor. ¡°Soy como un McCartney de juguete¡±, suelta entre carcajadas.
Ahora Mikel se encuentra ensayando. Ma?ana presentar¨¢ por primera vez al p¨²blico a su nuevo hijo en el festival La Radio Encendida, que organiza Radio 3 y la Casa Encendida de Madrid. ¡°Ensayar es siempre aburrido. A m¨ª me gusta dejarme llevar sobre el escenario. Adem¨¢s, s¨¦ que va a sonar fatal, pero ahora me he dado cuenta de que nadie toca mis canciones como yo¡±, lanza sin altaner¨ªa ni prepotencia, m¨¢s bien con humildad y reparo. ¡°Los m¨²sicos que me acompa?an tocan much¨ªsimo mejor que yo. Creo que quiz¨¢ soy el mejor m¨²sico para mis canciones. A veces la suma de muy mal y muy mal es un gran bien. La m¨²sica, afortunadamente, no es matem¨¢ticas. Es por ello que surgen este tipo de magias¡±, explica, eso s¨ª, sin dejar de aclarar que su opini¨®n parte de la premisa de que a ¨¦l no le gusta la m¨²sica perfecta. ¡°A m¨ª me deleitan las voces perjudicadas como las de Bob Dylan y Sabina. Lo mismo me pasa con los instrumentos. No me gusta la perfecci¨®n¡±, sentencia.
A este int¨¦rprete no le molesta que se le recuerde por los a?os de gloria de Duncan Dhu, pero tiene claro que su carrera junto a Diego Vasallo es una cosa y su carrera como solista otra. Es un hombre anal¨®gico, dice, aunque no deja de ver el m¨®vil mientras camina por las calles empedradas de San Sebasti¨¢n. ¡°Soy un viejo que se resiste a modernizarse. Todav¨ªa saco fotos con rollo, escribo con pluma. Yo soy del vinilo¡±, defiende. Sabe, sin embargo, que debe tener presencia en las redes sociales. ¡°Cuando comenc¨¦ en Instagram [4.850 seguidores] y Twitter [26.000] la idea era hablar solo de trabajo, ya hab¨ªan pasado los a?os de gloria con Duncan Dhu y nadie hablaba de m¨ª. Los medios dejaron de prestarme atenci¨®n. As¨ª que las redes son como hacerte una entrevista a ti mismo y dar a conocer tus proyectos. Luego se convirti¨® en una droga¡±, admite.
Arquitecto de profesi¨®n, cineasta frustrado y viajero empedernido. Amante del buen vino y de la comida mexicana y peruana. El ¨²ltimo artista que lo ha logrado seducir es Ryan Adams. Se considera un hombre ¡°muy poco pol¨ªtico¡±, si embargo, no se contiene al criticar el IVA cultural y en sentenciar que esta medida termin¨® por rematar ¡°algo que ya iba mal¡±. Cree que ser¨ªa conveniente que el mundo de la m¨²sica estuviera m¨¢s unido, como lo est¨¢ la industria del cine.
A Mikel Erentxun le cuesta quemar el pasado, guarda hasta los apuntes del colegio. Aprecia lo cl¨¢sico hasta en la cocina. ¡°Para m¨ª un pincho de tortilla¡±, pide en la barra de Paco Bueno, uno de sus bares preferidos. Mientras bebe una copa de vino los comensales susurran ¡°este es el de Duncan Dhu¡±.
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