Dos intensos a?os
Jorge Bergoglio celebra su segundo aniversario al frente de la Iglesia Cat¨®lica
A los dos a?os de su primera aparici¨®n vestido de Papa en el balc¨®n central de la Bas¨ªlica de San Pedro se puede decir que la menor de las sorpresas que ha dado Jorge Bergoglio es, precisamente, esa: su elecci¨®n. Y eso que esta supuso por s¨ª misma una sacudida en una instituci¨®n milenaria poco dada a las grandes novedades. Esa noche, la del 13 de marzo de 2013, Francisco mir¨® sin pronunciar palabra a la abarrotada plaza durante varios ¡ªinterminables¡ª segundos. Luego comenz¨® con un inocente ¡°buenas noches¡± ... y desde entonces no ha parado; Ni de hablar, ni de hacer. En estos dos a?os Francisco ha protagonizado frases y escenas que han hecho correr r¨ªos de tinta. O mejor dicho, emplear millones de bytes. Quienes le siguen han sido testigos de situaciones solemnes, conmovedoras, divertidas y hasta disparatadas.
Francisco es el Papa que sufre un atasco de tr¨¢fico porque su conductor se equivoca; el que es semiabroncado en p¨²blico por su jefe de seguridad ¡ªDomenico Giani, quien deber¨ªa ser incluido en el santoral incluso antes de morir¡ª por saltarse cada dos por tres cualquier medida elemental de prudencia. El que espera turno, bandeja en la mano, en el autoservicio de la residencia donde vive. O el que, adem¨¢s de bendiciones y besos, reparte entre los fieles de San Pedro gestos de alegr¨ªa por la victoria de su equipo favorito. El de un santo, naturalmente: San Lorenzo.?
Pero tambi¨¦n es el Papa que pisa las playas donde los inmigrantes mueren tratando de entrar en Europa. El que llama por tel¨¦fono a las v¨ªctimas de abusos sexuales cometidos en la Iglesia. El que destituye a obispos derrochones. El que somete a discusi¨®n p¨²blica temas de los que solo se hablaba en voz baja ¡ªy con cuidado¡ª y el que est¨¢ dispuesto a enfrentarse a su propio entorno para convertir la banca Vaticana en un instrumento de la Iglesia y no en un sistema de blanqueo de dinero. Es verdad que habla mucho y con muchos ¡ªFederico Lombardi, su portavoz, es otro candidato al santoral¡ª; que alguna vez ha sido confuso o se ha dejado llevar por la conversaci¨®n informal. Y que en muchas ocasiones se le atribuye lo que no dice.
El viernes dijo algo importante: tiene la sensaci¨®n que su pontificado durar¨¢ poco. Tal vez sea as¨ª, pero estos dos a?os han dado para mucho.
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