Cara a cara con el secreto de B¨¢rbara Lennie

M¨¢s all¨¢ de la obvia belleza, de la mirada inteligente y la sonrisa sin esfuerzo, exhala una fuerza tranquila que le ha permitido rodar, desde los 15 a?os, 14 pel¨ªculas y 5 series, trabajar en 6 funciones y pasar sin desbarajustarse por la barah¨²nda de los Goya y la fama repentina. B¨¢rbara Lennie naci¨® en Madrid en 1984. Padres argentinos. ?l, m¨¦dico; ella, psic¨®loga. ¡°Hab¨ªan sido militantes de izquierda y, como tantos otros, tuvieron que exiliarse. Se conocieron en Madrid y se enamoraron. Trabajaron en mil cosas. Mi padre vend¨ªa zumos de naranja en Marbella. Mi madre fue secretaria en televisi¨®n. Viv¨ªamos en el barrio de Prosperidad, pero no recuerdo nada: era un beb¨¦¡±. Cuando ten¨ªa seis meses volvieron a Buenos Aires. B¨¢rbara creci¨® en Belgrano R, un barrio de grandes ¨¢rboles y grandes casas donde a finales del siglo XIX se asentaron los ingleses que llegaban para trabajar en el ferrocarril. ¡°Tengo much¨ªsimos recuerdos, muy bellos y muy n¨ªtidos. Mucha luz, mucha calma, la felicidad de ir andando a todas partes. El apellido Lennie es escoc¨¦s, de aquellos primeros emigrantes. Viv¨ªamos en un PH, esos departamentos con pasillo com¨²n tan porte?os. Todos los fines de semana ¨ªbamos al campo, a la casa de mis abuelos en City Bell, en La Plata. Un mundo muy feliz, con muchos primos y primas jugando y riendo¡±.

Todo aquello acab¨® al cumplir seis a?os. La inflaci¨®n se dispar¨® en el segundo Gobierno de Menem y sus padres decidieron volver a Madrid. ¡°Para m¨ª fue como aterrizar en otro planeta: entre Pinar de Chamart¨ªn y el barrio de Hortaleza, junto a un asentamiento gitano. Era el a?o 1990 y todav¨ªa hab¨ªa burros, carros¡­ En mi recuerdo, Buenos Aires me parec¨ªa una ciudad infinitamente m¨¢s moderna, y en aquellos primeros a?os me toc¨® sentir la nostalgia que hab¨ªan experimentado mis padres. Apenas nos acerc¨¢bamos al centro. Intent¨¦ hacer amigas, pero eran chicas muy duras y se re¨ªan de mi acento. Ten¨ªan mi edad y hab¨ªan vivido el triple que yo. Mi salvaci¨®n fue el colegio de Las Naciones, en una casita maravillosa¡±. Quiz¨¢ empez¨® all¨ª el gusto por el teatro, con una profesora argentina que les hac¨ªa representar peque?as escenas. O por la influencia de la abuela Baby, Berta Zuccarino, ¡°que siempre quiso ser actriz, pero se cas¨® muy joven, y le encantaba disfrazarse, y era divertid¨ªsima. Muri¨® el pasado verano, el mismo d¨ªa que yo llegaba para representar La funci¨®n por hacer en Buenos Aires¡±.

Reci¨¦n cumplidos los 15 son¨® la flauta: V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n apareci¨® por el instituto buscando una chica para protagonizar M¨¢s pena que gloria (2001). ¡°Jon¨¢s Trueba, al que conoc¨ªa de Las Naciones y hab¨ªa escrito el guion con ¨¦l, me dijo: ¡®Pres¨¦ntate, yo te veo como actriz¡¯. A m¨ª me parec¨ªa una locura y me lanc¨¦ sin tener ni idea de lo que estaba haciendo. El primer d¨ªa de rodaje estaba muerta de miedo. A los cuatro estaba encantada. Aquel fue el verano m¨¢s feliz de mi vida. V¨ªctor me abri¨® un mundo. Me hablaba de actores, de rodajes, de la vida de los c¨®micos. Me present¨® a sus padres, Pepe Garc¨ªa S¨¢nchez y Rosa Le¨®n. Me hizo ver much¨ªsimas pel¨ªculas. Tuve el tremendo s¨ªndrome de fin de rodaje: ¡®?Ya est¨¢? ?Por qu¨¦ os vais todos?¡±.

Sus padres se aterrorizaron con el cartel: B¨¢rbara chup¨¢ndole el dedo al actor Biel Dur¨¢n. Pero la vieron feliz. Dijo: ¡°Quiero ser actriz, quiero dedicarme a esto¡±. Contestaron: ¡°De acuerdo, pero estudia¡±. A los 18 entr¨® en la Real Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico (RESAD). Entre 2005 y 2008 rod¨® cinco pel¨ªcu?las: Obaba, de Montxo Armend¨¢riz; La bicicleta, de Sigfrid Monle¨®n; Las trece rosas, de Mart¨ªnez L¨¢zaro; Mujeres en el parque, de Felipe Vega, y Todos los d¨ªas son tuyos, de Guti¨¦rrez Arias. ¡°No paraba de estudiar y trabajar. ?C¨®mo era entonces? Muy t¨ªmida. Muy neur¨®tica. Obsesionada con aprender. Y con hacer teatro tambi¨¦n. Al acabar la RESAD pens¨¦ que iba a hacer mucho teatro, pero no sali¨® nada. En 2008, con Santi Mar¨ªn, nos lanzamos a hacer Tr¨ªo en mi bemol, de ?ric Rohmer. Siempre nos pon¨ªan de pareja en la escuela y el Tr¨ªo fue nuestro proyecto de fin de carrera. Nos presentamos en el off del teatro Lara¡±.

Ese a?o comenzaron a pasar cosas. El director de casting Luis San Narciso la llam¨® para una serie, Cuenta atr¨¢s; rod¨® Los condenados con Isaki Lacuesta, y el director de escena Miguel del Arco le ofreci¨® formar parte del primer proyecto de la compa?¨ªa teatral Kamikaze: La funci¨®n por hacer. ¡°La serie me vino muy bien porque fue un a?o de trabajo. El largo mon¨®logo en primer plano de Los condenados llam¨® mucho la atenci¨®n. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de volar un poco en cine. Habl¨¦ mucho con mis padres del guion, que les pareci¨® muy emocionante, porque era una historia de su generaci¨®n: mi t¨ªa Cristina, hermana de mi padre, fue una de tant¨ªsimos desaparecidos. Y luego lleg¨® el fen¨®meno de La funci¨®n por hacer, en el mismo hall del Lara donde hab¨ªamos hecho el Tr¨ªo. Cada noche ven¨ªa m¨¢s gente, y m¨¢s, y m¨¢s¡­ Fue una felicidad absoluta: ver c¨®mo crec¨ªa el espect¨¢culo y que ¨¦ramos, por fin, una compa?¨ªa, un grupo. ?Y seguimos de gira, porque nos la siguen pidiendo!¡±.

Tras La funci¨®n por hacer siguieron los ¨¦xitos: Veraneantes (2011-2012), en el Teatro de la Abad¨ªa, y Mis¨¢ntropo (2013-2014), en el Espa?ol y el Lliure, donde, seg¨²n cuenta, sinti¨® en escena ¡°una seguridad y una libertad nuevas¡±. A Miguel del Arco lo define como ¡°alguien muy apasionado, en el teatro y en la vida. Superexigente. Y tambi¨¦n muy divertido. Con ¨¦l sent¨ª por primera vez que alguien rebuscaba en m¨ª como director. Tanto Miguel como Lautaro Perotti, con el que hice Breve ejercicio para sobrevivir (2013), mano a mano con Santi Mar¨ªn, en la Pensi¨®n de las Pulgas, te dejan espacio para probar, para crecer. Te demuestran que creen en ti. Lo ves en su paciencia para dejarte encontrar lo que quieren. Y en su sentido del humor. Yo solo creo en la gente que trabaja con humor. La capacidad mental de Miguel es apabullante. Y su entrega: si un director est¨¢ a tope durante seis horas de ensayos, t¨² has de devolverle toda esa generosidad. Miguel hace las giras con nosotros y sigue pas¨¢ndonos notas cada noche. Las funciones salen bien por eso. Nos conocemos mucho todos, y cada vez necesitamos menos palabras¡±. Tras su paso por televisi¨®n con Isabel (2012-2013), donde interpret¨® con fulgor casi hollywoodiense a la reina Juana de Portugal, lleg¨® el pr¨®digo 2014, con los triunfos de El Ni?o, de Daniel Monz¨®n, y Magical Girl, de Carlos Vermut, que le vali¨® el mes pasado el Goya a la mejor actriz.

Al llegar a Madrid desde Buenos Aires, intent¨¦ hacer amigas. Pero eran chicas muy duras y se re¨ªan de mi acento¡±

¡°En televisi¨®n aprendes a resolver, a ser eficaz. Has de estar muy atenta. En el cine puedes pelear por repetir una secuencia; en la tele, nunca. Has de llegar con el trabajo muy preparado o est¨¢s perdida. Tienes que estar muy al tanto de las c¨¢maras, saber si el plano va para ti. Se ensaya poqu¨ªsimo, ese es el gran problema. Al d¨ªa ruedas el doble de secuencias que en una pel¨ªcula y no hay tiempo para nada. Amar es para siempre (2009-2010) fue agotador porque grababa en Madrid de lunes a mi¨¦rcoles y volv¨ªa a Barcelona para representar La funci¨®n por hacer hasta el domingo. Ten¨ªa la habitaci¨®n desbordada de separatas con los textos de las secuencias. Digo que es agotador, pero tambi¨¦n me daba marcha¡±.

De Diamond Flash (2011), la primera pel¨ªcu?la de Carlos Vermut, le fascin¨® el laberinto de historias y la intensidad de las actrices. Quiso conocerle y trabajar con ¨¦l. ¡°Dicho y hecho: todo fue muy f¨¢cil. Tuve 12 d¨ªas de rodaje y un par de ensayo, pero gracias a ¨¦l llevaba la pel¨ªcula dentro. Volv¨ªa a casa y segu¨ªa en aquel mundo, con la cicatriz y la sangre¡±. Su papel en Magical Girl es el de una joven con des¨®rdenes mentales. ¡°La historia es tremenda, pero con Carlos me he re¨ªdo como pocas veces. Tiene muy claro lo que quiere contar. Aunque te habla poco del personaje, es muy concreto con las indicaciones. Me pasaba fotos, pel¨ªculas: sobre todo Sympathy for Lady Vengeance, de Chan-wook Park. Rueda mucho en plano secuencia, con la partitura muy clara. Trabaja con las atm¨®sferas, los tempos. Quiere mostrar lo m¨ªnimo, que todo suene aparentemente neutro. El equipo era reducido, y eso favorece la concentraci¨®n y la intimidad que busca¡±.

Recuerda el rodaje de El Ni?o como unas vacaciones: ¡°Como ir a Disneyworld. Lo que m¨¢s me sedujo es la forma en que Daniel Monz¨®n crea la sensaci¨®n de familia. Y en cierto modo lo es: gente que lleva a?os trabajando con ¨¦l, como sus jefes de equipo o Jorge Guerricaechevarr¨ªa, su coguionista. Es como trabajar con una compa?¨ªa. Recuerdo el privilegio de estar con Luis Tosar y Sergi L¨®pez, escuch¨¢ndoles contar historias, como con Sacrist¨¢n en Magical Girl. Me lo pas¨¦ tan bien en el set de El Ni?o que al acabar me entraban dudas acerca de lo que hab¨ªa hecho. El personaje era peque?o y pensaba: ¡®A ver si me he despistado, a ver si no lo he contado bien¡¯. Pero parece que s¨ª [por este papel gozaba de otra nominaci¨®n en la ¨²ltima edici¨®n de los Premios Goya, como actriz secundaria; no gan¨®]¡±.

Le pregunto por la popularidad, por la excesiva exposici¨®n. ¡°Yo no s¨¦ cu¨¢ndo lleg¨® ese momento. Amar es para siempre fue una serie popular¨ªsima, pero yo no lo sent¨ª. Bueno, s¨ª, en el mercado algunas se?oras me dec¨ªan: ¡®Cuidado con el m¨¦dico¡¯ o ¡®Qu¨¦ mala eres, Rosa¡¯, riendo, y poco m¨¢s. No fue nada agobiante. Con el Goya claro que lo he notado: la avalancha de llamadas, de entrevistas. Ha sido un a?o muy lleno: las dos pel¨ªculas, las giras de Mis¨¢ntropo y La funci¨®n por hacer¡­ De repente parec¨ªa que todo conflu¨ªa. El mes y medio anterior a la ceremonia fue una escalada, algo inimaginable si no lo has vivido nunca. Una locura. Galas, fiestas a las que hay que ir, otros premios, mucha moda en revistas femeninas. No me quejo, no puedo quejarme. Creo que lo llev¨¦ muy bien, con mucha energ¨ªa y buen humor, porque todo eran regalos, todo era bonito y divertido. La ¨²ltima semana comenz¨® a ser un poco perturbadora: tienes que dar demasiadas opiniones sobre un mont¨®n de cosas y no est¨¢s acostumbrada, como dices, a tanta exposici¨®n personal. Y todav¨ªa no hemos podido desconectar¡±. Llega su compa?ero, el actor Israel Elejalde, al que conoci¨® en La funci¨®n por hacer. Est¨¢ reventado: por la ma?ana ha rodado un episodio de la serie Carlos V y luego se ha zambullido en los ensayos de la Ant¨ªgona que Miguel del Arco har¨¢ en la Abad¨ªa, y de la que es ayudante de direcci¨®n. Hablamos de la ¡°vida de c¨®micos¡±, juntos d¨ªa a d¨ªa y noche a noche.

Yo lo veo¡±, dice, ¡°como algo muy normal, porque imagino que tiene que haber muchas parejas que se dedican a la misma profesi¨®n. A eso se une que Isra y yo hemos compartido compa?¨ªa, o sea, que son muchas horas juntos. Es estupendo vivir la misma pasi¨®n porque comprendemos muy bien lo que nos pasa, aunque a veces puede llegar a ser un poco obsesivo, y es entonces cuando uno ha de llamar al otro al orden y viceversa. Este a?o, ya ves, plane¨¢bamos descansar un poco, tener proyectos teatrales distintos, pero Manolo Llanes, del Teatro Central de Sevilla, nos descubri¨® La clausura del amor (Clot?re de l¡¯amour, 2011), de Pascal Rambert, que le hab¨ªa deslumbrado en el festival de Avi?¨®n. Fuimos a Par¨ªs, la vimos y tambi¨¦n nos maravill¨®. Es como prepararse para un marat¨®n, porque es un texto extenso e intenso sobre la separaci¨®n de una pareja que adem¨¢s son actores: llegan a ensayar a una sala y, de repente, comienzan a decirse todo lo que no se hab¨ªan dicho. Pascal Rambert, que est¨¢ al frente del Th¨¦?tre de Gennevilliers, en las afueras de Par¨ªs, nos va a dirigir. La escribi¨® para Audrey Bonnet y Stanislas Nordey, y ha sido un gran ¨¦xito que se ha visto en medio mundo: Nueva York, Mosc¨², Tokio, Roma¡­ Y ah¨ª estaremos Isra y yo juntos de nuevo, porque vamos a hacerla este verano en Barcelona y Madrid¡±.