Es crucial que Ir¨¢n y EE UU cooperen
La pol¨ªtica de sanciones ha sido contraproducente. Lo fundamental ahora es resolver la disputa nuclear entre la rep¨²blica isl¨¢mica y Washington para que ambos puedan planificar la lucha antiterrorista
La ¨²ltima ronda de negociaciones nucleares entre Ir¨¢n y las potencias mundiales (China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) que se celebra en Lausanne, Suiza, tiene como objetivo fijar un acuerdo marco pol¨ªtico antes de que acabe marzo. Lo ir¨®nico es que habr¨ªa sido posible un pacto nuclear ya en 2005, durante las negociaciones entre las potencias europeas (Reino Unido, Francia y Alemania) e Ir¨¢n. Por desgracia, el Gobierno de Bush pens¨®, equivocadamente, que pod¨ªa obligar a Ir¨¢n a abandonar el programa nuclear mediante nuevas sanciones y bloque¨® el acuerdo.
En general, la pol¨ªtica estadounidense de imponer sanciones unilaterales y multilaterales para interrumpir el programa iran¨ª ha sido contraproducente. Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU aprob¨® el primer paquete de sanciones en 2006, el n¨²mero de centrifugadoras en Ir¨¢n pas¨® de 200 a las 20.000 actuales, empez¨® a producir uranio m¨¢s enriquecido ¡ªdel 3,5% al 20%¡ª, acumul¨® m¨¢s de 10 toneladas de uranio poco enriquecido y antes de un a?o entrar¨¢ en servicio el reactor de investigaci¨®n de agua pesada Arak.
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Despu¨¦s de 10 a?os tumultuosos, Estados Unidos lleg¨® a la conclusi¨®n de que Ir¨¢n no iba a abandonar el programa de enriquecimiento de uranio por m¨¢s sanciones que se le impusieran, y de ah¨ª los renovados esfuerzos que desembocaron en un acuerdo provisional el 24 de noviembre de 2013. En v¨ªsperas de la m¨¢s reciente ronda de negociaciones, el secretario de Estado, John Kerry, se refiri¨® con sinceridad al fracaso de las pol¨ªticas estadounidenses: ¡°Hace unos a?os, cuando la estrategia de Estados Unidos consist¨ªa en no hablar con Ir¨¢n e insistir en que no pod¨ªa tener ning¨²n tipo de programa nuclear, el n¨²mero de centrifugadoras se dispar¨®. Cada vez que se han roto las negociaciones, el programa nuclear de Ir¨¢n se ha desarrollado m¨¢s¡±.
Es indudable que las sanciones han causado enormes perjuicios econ¨®micos a Ir¨¢n, pero se habla poco del coste que han supuesto para Estados Unidos. Un informe publicado en 2014 afirma que entre 1995 y 2012 la econom¨ªa estadounidense perdi¨® entre 134.700 millones y 175.300 millones de d¨®lares de posibles ingresos de las exportaciones a Ir¨¢n. Adem¨¢s, el documento asegura que, ¡°cada a?o¡±, Estados Unidos pierde ¡°entre 51.043 y 66.436¡± posibles puestos de trabajo como consecuencia de las sanciones. Por supuesto, el informe ha desatado un vivo debate entre sus autores y sus detractores. Quiz¨¢ un d¨ªa los expertos cuantifiquen los efectos de las sanciones a Ir¨¢n en la econom¨ªa estadounidense. Pero lo que hay que subrayar, y no ignorar, es hasta qu¨¦ punto la rep¨²blica isl¨¢mica habr¨ªa podido contribuir a prevenir el enorme gasto de Estados Unidos en varios escenarios militares y las extraordinarias inversiones hechas para marginar a Ir¨¢n en la regi¨®n.
Los dos pa¨ªses podr¨ªan crear un sistema eficaz de espionaje para seguir los pasos del yihadismo
Como explico en mi libro Iran and the United States: An Insider's View on the Failed Past and the Road to Peace (Ir¨¢n y Estados Unidos: una visi¨®n desde dentro de los fracasos del pasado y el camino hacia la paz), Ir¨¢n colabor¨® con Estados Unidos para derrocar a los talibanes en Afganist¨¢n en 2001 y a Sadam Husein en Irak en 2003, aunque lo hiciera por sus propios intereses.
La cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses permiti¨® establecer nuevos Gobiernos en Kabul y Bagdad. La decisi¨®n de Estados Unidos de interrumpir esa colaboraci¨®n en las dos crisis le oblig¨® a prolongar su intervenci¨®n en ambos escenarios; cost¨® cientos de miles de millones de d¨®lares y varios miles de vidas; y dej¨® un aut¨¦ntico caos, tanto en Irak como en Afganist¨¢n.
Si Estados Unidos hubiera decidido prolongar su colaboraci¨®n con Ir¨¢n en las crisis regionales, habr¨ªa disminuido dr¨¢sticamente su presencia militar, habr¨ªa facilitado la reconstrucci¨®n y la reorganizaci¨®n de los ej¨¦rcitos y las fuerzas de seguridad ¡ªlo cual habr¨ªa ahorrado una enorme cantidad de dinero al presupuesto estadounidense¡ª y, con toda probabilidad, habr¨ªa evitado la desastrosa situaci¨®n actual, sobre todo en Irak.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard, las guerras de Irak y Afganist¨¢n tendr¨¢n un enorme coste a largo plazo para Estados Unidos, un esfuerzo presupuestario que se prolongar¨¢ durante d¨¦cadas. El Gobierno estadounidense no solo intent¨® marginar el papel de Ir¨¢n en ambos pa¨ªses, sino que utiliz¨® la amenaza constante de un ataque militar contra la rep¨²blica isl¨¢mica. Los observadores de los mercados del petr¨®leo entre 2003 y 2005 quiz¨¢ recuerden que cada rumor de un posible ataque contra Ir¨¢n y la extensi¨®n de la guerra en Oriente Pr¨®ximo hac¨ªa subir los precios del crudo.
Dos destacados economistas, Joseph Stiglitz y Linda Bilmes, sostienen que la guerra de Irak y la inestabilidad que provoc¨® en la regi¨®n fueron responsables en parte del fuerte aumento de los precios del petr¨®leo, y afirman que la crisis econ¨®mica de 2008 se debi¨® en parte a ese aumento.
En una posterior fase, hay que reconstruir infraestructuras en Afganist¨¢n, Irak y Siria
Para reducir la profundidad estrat¨¦gica de Ir¨¢n en Siria, Estados Unidos emprendi¨® una guerra indirecta con los iran¨ªes y permiti¨® a sus aliados que participaran en ella. Ir¨¢n resisti¨®, mientras Estados Unidos invert¨ªa cada vez m¨¢s dinero para derrocar a El Asad y guardaba silencio ante el apoyo de Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª y Qatar a los yihadistas.
Todav¨ªa no est¨¢ claro cu¨¢nto dinero ha gastado Estados Unidos en Siria. El 26 de junio de 2014 el presidente Obama pidi¨® al Congreso 500 millones de d¨®lares para respaldar a los rebeldes. Al mismo tiempo solicit¨® 1.000 millones de d¨®lares para ayudar a estabilizar los pa¨ªses fronterizos con Siria, cada vez m¨¢s afectados por la guerra civil.
La aparici¨®n de un Estado yihadista en Irak fue posible despu¨¦s de que se afianzara en Siria. Y hoy no nos enfrentamos a un simple grupo terrorista. Las peligrosas fuerzas yihadistas poseen un Estado y un califato propios y controlan un tercio de Irak, tras su asombrosa ofensiva en las regiones del norte y el oeste en junio. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que si Estados Unidos hubiera cooperado con Ir¨¢n, en vez de competir, Siria e Irak no estar¨ªan en la terrible situaci¨®n actual. Para invertir esta tendencia y acabar con el Estado terrorista en Irak ¡ªal que considera una amenaza contra su seguridad nacional¡ª, Estados Unidos tendr¨¢ que desembolsar miles de millones de d¨®lares.
En este sentido, ser¨ªa crucial la cooperaci¨®n entre Estados Unidos e Ir¨¢n en tres ¨¢reas. En primer lugar, los dos pa¨ªses podr¨ªan crear un sistema eficaz de espionaje que les permita seguir los pasos de los yihadistas, con el fin de erradicarlos. Segundo, podr¨ªan colaborar en la formaci¨®n de un Ej¨¦rcito dedicado y eficaz en Irak, no 250.000 soldados que entregan las armas y huyen en cuanto se topan con unos cuantos miles de terroristas. Y por ¨²ltimo, con los vastos y capacitados recursos humanos iran¨ªes y el respaldo econ¨®mico estadounidense, podr¨ªan construir infraestructuras en Afganist¨¢n, Irak e incluso Siria.
Es fundamental resolver la disputa nuclear entre la rep¨²blica isl¨¢mica y Estados Unidos para que puedan dedicarse a planificar y librar el combate contra las fuerzas takfiri, que son una amenaza tan grave contra la seguridad de los dos Estados. Ahora que las negociaciones nucleares comienzan su ¨²ltima fase, hay muchas probabilidades de que se consiga un acuerdo preliminar (en los pr¨®ximos d¨ªas), seguido de un acuerdo global antes del 1 de julio de 2015. Concluidas las negociaciones, se abrir¨¢ la puerta para establecer un acuerdo de cooperaci¨®n en materia de seguridad entre Ir¨¢n y las potencias mundiales, en particular Estados Unidos, con el fin de abordar las crisis regionales y la lucha contra el Estado Isl¨¢mico.
Seyed Hossein Mousavian, exembajador de Ir¨¢n, es investigador en Princeton University y fue portavoz de los negociadores nucleares iran¨ªes. Su libro Iran and the United States: An Insider¡¯s View on the Failed Past and the Road to Peace se public¨® en mayo de 2014. Para ver publicaciones m¨¢s recientes, visiten www.hosseinmousavian.com.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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