El vecino inc¨®modo de Mark Zuckerberg
Uno de los inquilinos del fundador de Facebook le demanda por no cumplir su promesa de abrirle las puertas de Silicon Valley a cambio de mantener su privacidad
En Palo Alto, un peque?o pueblo de la bah¨ªa de San Francisco (California), el n¨²mero de millonarios es elevado y muchas veces su discreci¨®n resulta extrema. All¨ª vivi¨® Steve Jobs y all¨ª tienen su residencia Larry Page, fundador de Google, o Marissa Mayer, consejera delegada de Yahoo! Rara vez alg¨²n residente de la zona airea la vida privada de sus vecinos ricos. A¨²n as¨ª, no est¨¢ de m¨¢s tomar precauciones y Mark Zuckerberg se toma en serio esta norma no escrita, aunque parece que ahora las cosas no le han salido como esperaba.
Desde su llegada a la costa Oeste estadounidense cuando todav¨ªa era un estudiante, el fundador de Facebook ha vivido en esta localidad. A finales de 2013 decidi¨® que no quer¨ªa estar m¨¢s de alquiler y compr¨® una casa valorada en unos siete millones de d¨®lares. Sin embargo, la factura final super¨® los 30 millones (22,2 millones de euros al cambio de hace dos a?os). El joven millonario decidi¨® que comprando las residencias colindantes proteger¨ªa mejor su privacidad. Su plan consist¨ªa en permitir a los vecinos seguir viviendo en ellas de alquiler y cederles los jardines. Un trato que sonaba razonable hasta que se han conocido detalles del acuerdo tras el malestar de uno de los vecinos.
Mircea Voskerician concert¨® la venta de su propiedad, cuyas vistas dan al dormitorio principal de los Zuckerberg, bajo la promesa de pasar a formar parte de la ¨¦lite de Silicon Valley. Al menos, eso sostiene en la demanda que ha interpuesto en el juzgado del condado de Santa Clara, al sur de Silicon Valley, y en la que pide una compensaci¨®n por incumplir su palabra.
Durante las pesquisas judiciales, el vecino afectado ha difundido un email, datado en abril de 2013, en el que le dec¨ªa claramente: ¡°En primer lugar estoy contento de haber podido mantener su privacidad vendi¨¦ndole la propiedad Hamilton. En segundo lugar, quer¨ªa conocer y estrechar la mano por la operaci¨®n y discutir su oferta de trabajar con usted en el futuro, como usted ha afirmado que ha construido Facebook por las conexiones que tiene con otros en Silicon Valley¡±, recoge el tabloide Daily Mail. Aunque desde el lado de Zuckerberg, los abogados han difundido tambi¨¦n correos electr¨®nicos en los que se lee que ni el millonario ni su c¨ªrculo ¨ªntimo ten¨ªan la intenci¨®n de ayudar a Voskerician tal y como ¨¦l demandaba.
La disputa entre vecinos comenz¨® cuando Voskerician, desarrollador de software, quiso remodelar su casa. Al nuevo due?o no le gust¨® la idea. Entonces, el inquilino le record¨® que le vendi¨® la casa por 1,7 millones de d¨®lares en lugar de los 4,3 en los que estaba tasada a cambio de contactos en Silicon Valley. Algo as¨ª como lo que se podr¨ªa esperar al ser invitado a fiestas, barbacoas y eventos t¨ªpicos entre amigos cercanos.
Voskerician fue el primero en llegar a un acuerdo con Zuckerberg, pero tambi¨¦n el que peor vendi¨®. Los tres vecinos restantes recibieron entre 10,5 y 14,5 millones por un espacio similar, algo que al fundador de la red social le garantizaba estar fuera del foco de c¨¢maras indiscretas. Terri Kerwin, asesor inmobiliario del magnate tecnol¨®gico, se ha limitado a decir una sola declaraci¨®n: ¡°Mark siempre cumple sus promesas¡±. El abogado del vecino agraviado, David Draper, reconoce que este acceso a la ¨¦lite tecnol¨®gica no aparec¨ªa de manera formal en el contrato, pero lo ve razonable. ¡°Estamos hablando del tipo que construy¨® su negocio a partir de contactos y relaciones interpersonales. Todo lo que ten¨ªa que hacer era compartir algunas de las mismas con mi cliente¡±, defendi¨® durante la vista la semana pasada. Patrick Gunn, representante de Zuckerberg, sigue una estrategia que pretende quitar importancia a la supuesta promesa: ¡°A mi cliente no le consta, ni recuerda un encuentro en que tratase nada similar¡±. Un caso a¨²n por resolver, que de ser favorable a Voskerician podr¨ªa incluso recuperar su propierda.
En cualquier caso, seguro que esto le influye a Zuckerberg a la hora de mudarse a su nueva casa en San Francisco, que pronto espera habitar aunque sea de manera temporal o como un soluci¨®n para las guardias m¨¦dicas de su esposa en el hospital de la ciudad, o en sus futuros planes del trozo de Haw¨¢i que adquiri¨® el pasado mes de octubre.
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