Un viaje lejano, con ida y vuelta, del ¨¢guila pescadora
Se ha seguido su ruta, v¨ªa sat¨¦lite, entre Mallorca y el Marruecos Atl¨¢ntico
El misterio de la migraci¨®n de las aves, a larga distancia, fascina no solo a los ornit¨®logos concentrados en documentar rutas y claves de este h¨¢bito, el desplazamiento hacia lugares c¨¢lidos. Gracias al seguimiento v¨ªa sat¨¦lite de un ¨¢guila pescadora, a la que un grupo de expertos incorporaron una mochila-emisor de 30 gramos, (el 2% de su peso) con bater¨ªa de carga solar, acaba de registrarse un viaje de ida y vuelta, d¨ªa a d¨ªa, de una rapaz, desde que parti¨® hacia ?frica desde el parque natural de la Albufera de Mallorca, hasta que retorn¨® cuatro meses m¨¢s tarde, tras m¨¢s de estar 100 d¨ªas al sur de Marruecos, en el Atl¨¢ntico. Han sido m¨¢s de tres mil kil¨®metros. Ahora el ¨¢guila, hembra, emite desde un mismo entorno en los acantilados de la sierra de Tramontana de la isla, est¨¢ posicionada, adecuando su nido, se supone.
¡°La migraci¨®n es innata, est¨¢ probado en las ¨¢guilas pescadoras que los adultos no pilotan hacia el sur a sus cr¨ªas. Parten primero los padres, solos, uno a uno y luego los j¨®venes viajan en su primer a?o de vida¡±, explica Toni Mu?oz, naturalista mallorqu¨ªn que participa en el proyecto de conservaci¨®n y seguimiento de la especie protegida y amenazada. Es una iniciativa com¨²n en la que coinciden los ecologistas del GOB (Grupo de Ornitolog¨ªa Balear) con su impulsor el Gobierno regional. La especie es cosmopolita y de comportamiento filop¨¢trico -permanece en el territorio en el que naci¨®-, detallan los expertos. Est¨¢ presente como reproductora en tres comunidades aut¨®nomas, Andaluc¨ªa, Canarias y Baleares.
El vuelo solitario de su viaje meridional con retorno es registrado hora a hora gracias a las se?ales de posici¨®n del GPS, a trav¨¦s del programa Argos que cada tres d¨ªas acumula datos y los aporta v¨ªa Internet. Antes, las investigaciones estaban muy limitadas, eran directas mediante la visualizaci¨®n o capturas de ejemplares con marcas y anillas o mediante el seguimiento de emisores de cercan¨ªa con antenas port¨¢tiles.
Los avances y la bajada de los precios de los equipos y del alquiler del uso del sat¨¦lite ayudan a estos complejos proyectos de los naturalistas. Un seguimiento por sat¨¦lite puede costar entre 2.000 y 6.000 euros, el emisor y la banda reservada, seg¨²n datos del naturalista Miguel Macminn.
El ¨¢guila pescadora de Mallorca ha volado a unos mil metros de altura ¨Caunque super¨® los dos mil al cruzar los picos de la sierra de Granada- y su velocidad fue de hasta 90 kil¨®metros/hora. Se han registrado etapas de hasta 400 kil¨®metros, sin parar, en un ejemplar que acab¨® de cruzar el mar de noche hasta llegar a la isla. La especie se orienta y crea rutas siempre parecidas, dos veces al a?o y no suele errar. Pero siempre busca los trayectos m¨¢s cortos sobre el mar, de ah¨ª el paso del estrecho de Gibraltar, los saltos entre islas. Al anochecer suele posarse en tierra, descansar, tras alimentarse al pescar.
Las im¨¢genes majestuosas las ofrece cuando captura con sus garras peces en superficie y remonta con fuerza con las alas en el agua. Tambi¨¦n se sumerge velozmente en picado para alcanzar su presa y sale a flote y vuela con potencia. Por ello habitan o frecuentan el litoral, desembocaduras de r¨ªos, estanques y albuferas.
En sus dos desplazamientos, entre septiembre y marzo, el ejemplar?piloto de Mallorca ha cubierto trayectos que suman m¨¢s de 3.000 kil¨®metros y sus dos rutas han sido parecidas, de nueve d¨ªas. De Mallorca a la pen¨ªnsula, por la Comunidad Valencia, rumbo al Sur, al Estrecho de Gibraltar y alrededores. Se le activ¨® el instinto migratorio y retorn¨® del mediod¨ªa c¨¢lido de ?frica a Mallorca, con un solo cambio, una escala en la isla de Ibiza.
A?os atr¨¢s otro especialista en la especie, Rafel Triay de Menorca, registr¨® un viaje de un ave de su isla a la zona subtropical de Mauritania, cerca de 3.500 kil¨®metros. Otro trayecto sorprendente fue el de otra ¨¢guila marcada y seguida, denominada Karin, que fue de Baleares a Suecia, cri¨® en una isla y retorn¨®: 2.400 kil¨®metros de distancia.
Miguel Macminn, un observador, se?ala que ¡°es fascinante imaginar los viajes que realizan estas aves¡± y reconoce que ¡°a¨²n estamos aprendiendo mucho sobre el misterio de la migraci¨®n¡±. El responsable del proyecto del ¨¢guila, Toni Mu?oz, asume que se est¨¢n rellenando vac¨ªos sobre la vida y costumbres, migraci¨®n y sedentarismo de la especie, se ponen en cuesti¨®n ideas fijas o suposiciones sobre los ejemplares que migraban y donde criaban. En Baleares cr¨ªan 23 parejas.
El ¨¢guila no conoce fronteras ni peligros
El ¨¢guila hembra capturada para marcarla ya adulta en s¡¯Albufera de Mallorca pas¨® la ¨¦poca fr¨ªa europea, unos cuatro meses, en Tafedna, Essaouira, al lado de un poblado marroqu¨ª de pescadores y durmi¨® en un r¨ªo cercano.
Los naturalistas insisten en la necesidad no solo de proteger las aves e invertir fondos en los pa¨ªses europeos sino en explicar y ayudar en los pa¨ªses que frecuentan en sus migraciones, que no se han de destruir sus h¨¢bitats o dispararles.
El ¨¢guila no reconoce fronteras pol¨ªticas de los humanos y ello representa su gran amenaza: Viajar a lugares donde no est¨¢n protegidos. Es all¨ª donde se juega el ma?ana de especies en situaci¨®n aun tan fr¨¢gil.
¡°El proyecto de seguimiento busca conocer mejor los h¨¢bitos y movimientos de la especie para intentar corregir los riesgos que pongan en peligro su supervivencia¡±, concluye Toni Mu?oz del proteccionista GOB.
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