La ¡®invasi¨®n¡¯ inglesa y la vida de un fraile
Quejas por el abuso de traducciones literales ?Fue demasiado detallista el perfil del religioso detenido por presuntos abusos sexuales? Pablo Iglesias y el alcalde de Caracas
El ingl¨¦s es la lengua global. La lengua del poder, de la cultura, de las finanzas, de Internet. Indispensable para los periodistas, pero tan potente como invasora. Tanto, que el supervisor franc¨¦s de medios audiovisuales acaba de adoptar una estrategia para frenar la penetraci¨®n abusiva de este idioma, que se aprecia tambi¨¦n en EL PA?S. Escribimos ¡°crimen¡± en lugar de ¡°delito¡±, como me se?ala un lector, Daniel P¨¦rez Ortega, y traducimos mal palabras de uso corriente y refranes.
V¨ªctor Lua?a se ha dirigido a m¨ª m¨¢s de una vez, la ¨²ltima, despu¨¦s de leer la siguiente frase referida a la t¨¦cnica de la fractura hidr¨¢ulica: ¡°Se emplea para extraer gas o petr¨®leo a trav¨¦s de la inyecci¨®n en el subsuelo de agua a presi¨®n mezclada con arena y qu¨ªmicos¡±.
En su mensaje se queja de que los periodistas de EL PA?S ¡°no logran meterse en la cabeza que traducir chemicals por qu¨ªmicos es un pat¨¦tico ejemplo de falsos amigos. Qu¨ªmicos (sustantivo) designa a quienes ejercemos la profesi¨®n qu¨ªmica. Qu¨ªmicos (adjetivo) complementa a cualquier sustantivo¡±. As¨ª es en espa?ol. Mientras que en ingl¨¦s, prosigue, ¡°chemicals (sustantivo) designa espec¨ªficamente los compuestos qu¨ªmicos¡±. Por tanto, hay que traducir chemicals por productos qu¨ªmicos y no por qu¨ªmicos a secas.
Otro lector, que no quiere ser citado por su nombre, me escrib¨ªa a prop¨®sito del siguiente titular del peri¨®dico: Europa debe considerar la arriesgada opci¨®n de armar a Ucrania para frenar a Mosc¨². ¡°No puedo dejar de pensar que es un calco del ingl¨¦s to consider que se debe traducir por ¡®sopesar¡¯, ¡®plantear¡¯, entre otras opciones¡±.
Un asiduo y atento lector brit¨¢nico, Michael Nicholas, me alerta con frecuencia de traducciones literales de t¨¦rminos ingleses, como el que encontr¨® hace unos d¨ªas en una noticia de Internacional. ¡°Se nos habla de que los ejercicios ¡®se llevan a cabo de tiempo en tiempo¡¯ ?Una traducci¨®n literal de from time to time?¡±. Eso parece. Porque en espa?ol lo correcto ser¨ªa: ¡°Se llevan a cabo de vez en cuando¡±.
Este mismo lector encontr¨® la siguiente frase en una columna de opini¨®n: ¡°Cuando la cola mueve al perro, las cosas andan mal¡±, que no es otra cosa, me dice, que una traducci¨®n literal del dicho ingl¨¦s, It?s a case of the tail wagging the dog. En espa?ol, sin embargo, no existe esta expresi¨®n que quiere decir algo as¨ª como ¡°es el mundo al rev¨¦s¡±. Para traducirla habr¨ªa que buscar un refr¨¢n equivalente, ya que, como ha explicado el fil¨®logo Valent¨ªn Garc¨ªa Yebra, los refranes rara vez pueden traducirse de forma literal.
El lenguaje sirve para comunicarse y es adem¨¢s nuestra herramienta de trabajo. Debemos evitar tratarlo con descuido en un medio de difusi¨®n tan amplia como EL PA?S.
Atestados y sumarios caen en manos de los periodistas con asombrosa frecuencia
Precisamente esta amplia difusi¨®n nos obliga a ser muy cuidadosos en el tratamiento de los temas delicados. Una lectora, Carolina Fern¨¢ndez, se queja de que no lo hemos sido con el caso del fraile detenido por presunto abuso sexual de una menor y de un discapacitado ps¨ªquico. El religioso est¨¢ en prisi¨®n por orden del juez de Becerre¨¢ (Lugo).
El reportaje La transformaci¨®n del fraile del Camino (en la web se titul¨® La perversi¨®n del fraile del Camino), se public¨® el lunes 16 de marzo. Jos¨¦ Quintela, el imputado en cuesti¨®n, era muy conocido y apreciado por los peregrinos que transitan rumbo a Compostela por el llamado camino franc¨¦s, y su caso ha merecido amplia atenci¨®n en la prensa gallega y en la nacional. EL PA?S dedic¨® una p¨¢gina a esta historia. Un texto bien documentado en el que se ofrec¨ªan abundantes detalles de la conducta sexual de este religioso, que figuran en el atestado de la Guardia Civil al que tuvo acceso este peri¨®dico.
Carolina Fern¨¢ndez se declara en su largo correo consternada porque considera que en el reportaje prima el derecho a la informaci¨®n sobre el derecho a la intimidad de un detenido que, despu¨¦s de todo, es s¨®lo un presunto culpable. ¡°Porque el relato¡±, escribe, ¡°est¨¢ regado de detalles que exceden la informaci¨®n sobre la detenci¨®n. Los extras de la trama principal se a?aden para regodeo del p¨²blico: si usaban o no cond¨®n, si el fraile invitaba a empanada y ginebra, la descripci¨®n del escenario con la colchoneta y las estufas... Ya me dir¨¢ qu¨¦ inter¨¦s tiene m¨¢s all¨¢ de alimentar la imaginaci¨®n o la indignaci¨®n de los parroquianos. Ese relato har¨¢ un da?o inmerecido al ¡®presunto¡¯ delincuente, al que se le debe un tratamiento de respeto a la vez que una hermosa condena cuando se prueben los hechos. ?O acaso no es as¨ª? Cre¨ªa que era prerrogativa del Estado de derecho¡±.
Silvia R. Pontevedra, autora del reportaje, me explica que la identidad y la fotograf¨ªa del presunto culpable han sido difundidos ampliamente por los medios gallegos. Adem¨¢s, se?ala, ¡°mucho antes de su detenci¨®n y posterior ingreso en prisi¨®n por orden del juez, el religioso era un personaje popular, que divulgaba su imagen por Internet y se prestaba a posar con los peregrinos a Santiago¡±.
Para redactar el texto, asegura, ha contrastado ¡°detalles de la investigaci¨®n y aspectos de la vida del fraile (muchos de ellos positivos) con siete fuentes diferentes. En las informaciones se ha ahorrado al lector, por su sordidez y tambi¨¦n para proteger a la menor y a su primo discapacitado, que se encuentran en una situaci¨®n especialmente vulnerable, la descripci¨®n de numerosos elementos s¨®rdidos que supuestamente ocurrieron¡±.
Creo que muchos de los detalles que se incluyen en el relato est¨¢n justificados, ya que, a fin de cuentas, se trata de describir la presunta doble vida del religioso y la conmoci¨®n que ha provocado su detenci¨®n entre vecinos y peregrinos, pero se recogen tambi¨¦n aspectos de gran crudeza que pueden ser ofensivos, no tanto para el presunto culpable como para sus presuntas v¨ªctimas.
Habr¨ªa que reflexionar, no obstante, sobre la facilidad con la que atestados policiales y sumarios secretos terminan en manos de los periodistas en Espa?a.
No quiero dejar de mencionar la queja de otro lector, Alberto P¨¦rez Garc¨ªa, por el titular incorrecto de una noticia del 24 de febrero. Se trata de la informaci¨®n que recog¨ªa las declaraciones de Pablo Iglesias, l¨ªder de Podemos, a Telecinco, en las que dec¨ªa, respecto a la detenci¨®n del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma: ¡°No me gusta que se detenga a un alcalde¡±. El t¨ªtulo de EL PA?S en la edici¨®n impresa fue: Pablo Iglesias condena la detenci¨®n del alcalde de Caracas.
El peri¨®dico ha repetido esa frase en el texto de la noticia del viernes 13 de marzo, en la que informaba de la votaci¨®n en el Parlamento Europeo de una resoluci¨®n para exigir la liberaci¨®n de los opositores venezolanos. Resoluci¨®n que no recibi¨® el apoyo de Iglesias, ni de IU.
Francesco Manetto, que firmaba ambos textos, explica: ¡°Utilic¨¦ el verbo ¡®condenar¡¯ porque, por el tono y la reiteraci¨®n del mensaje, me pareci¨® ver su primera condena a la detenci¨®n de Ledezma. Adem¨¢s, [Iglesias] zanj¨® con un ¡®no hay ning¨²n matiz de ambig¨¹edad en mis palabras. No me gusta¡¯. En cualquier caso, considerada la gravedad de lo que sucede en Venezuela, me parece tambi¨¦n leg¨ªtimo no atisbar en esas palabras ni condena ni rechazo rotundo¡±.
Lo cierto es que, como menciona Alberto P¨¦rez en su correo, el diccionario de la RAE no deja lugar a dudas sobre las diferencias de significado entre ambos t¨¦rminos: ¡°No gustar: No agradar, no parecer bien (algo o una cosa)¡±. ¡°Condenar: Reprobar una doctrina, unos hechos, una conducta, etc¨¦tera, que se tienen por malos y perniciosos¡±.
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