Un negocio no tan redondo
Ghana es el segundo productor de oro africano, pero las enormes ventajas fiscales a las multinacionales limitan los beneficios y lastran el desarrollo del pa¨ªs
Ghana es un pa¨ªs de abundantes recursos minerales, como manganeso, bauxita, diamantes e incluso petr¨®leo, sobre cuya explotaci¨®n ha sostenido su crecimiento econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, si por algo se identifica a esta naci¨®n es por su producci¨®n de oro, que data de los tiempos previos a la colonizaci¨®n (no en vano los ingleses llamaron a este territorio Gold Coast, la Costa de Oro). En la actualidad, Ghana es el segundo productor de ?frica subsahariana tras Sud¨¢frica y este mineral representa el 38% del total de las exportaciones ghanesas. No cabe duda de que es uno de los grandes pilares de su econom¨ªa. Como dice David Isaac, minero artesanal de Kenyasi, ¡°estamos sentados encima de una monta?a de oro¡±. Sin embargo, 30 a?os despu¨¦s de que se liberalizara el sector para atraer la inversi¨®n extranjera existe un creciente consenso de que este modelo econ¨®mico no ha tra¨ªdo el desarrollo esperado y que las multinacionales que explotan el oro podr¨ªan dejar muchos m¨¢s beneficios al pa¨ªs.
Todo empez¨® en los a?os ochenta. Ghana estaba sumida en una grave crisis econ¨®mica y las autoridades decidieron seguir a pies juntillas los consejos de las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, abriendo su econom¨ªa a la inversi¨®n extranjera. La nueva Ley Minera de 1986 sent¨® las bases de un aut¨¦ntico boom que para 1999 ya hab¨ªa generado un volumen de inversi¨®n de tres billones de d¨®lares. De producir oro en explotaciones a peque?a escala controladas por la empresa estatal, Ghana pas¨® a irrumpir en el mercado internacional con una decena de f¨¦rtiles minas aur¨ªferas de gran dimensi¨®n explotadas por un pu?ado de grandes empresas, la mayor¨ªa multinacionales.
Sin embargo, el cuento de la lechera ten¨ªa un problema. ¡°Todas las pol¨ªticas que se pusieron en marcha en los a?os ochenta y noventa fueron dise?adas para atraer inversi¨®n, no para generar desarrollo. Y este es el modelo que a¨²n perdura¡±, asegura Yao Graham, coordinador de Third World Network-Africa y secretario ejecutivo de la Coalici¨®n Nacional de Miner¨ªa, una red de ONG, sindicatos y movimientos sociales vinculados a este sector. ¡°Existe un discurso oficial en el que se habla de c¨®mo la extracci¨®n de oro genera importantes dividendos al pa¨ªs, pero en realidad es todo propaganda. Deja muy pocos beneficios porque a las compa?¨ªas se aplica una ley que les exige muy poco en t¨¦rminos de tasas y royalties¡±.
Las 19 minas de oro operativas en Ghana han afectado a 30.000 comunidades
En los ¨²ltimos a?os se est¨¢ produciendo un contagioso despertar por parte de los pa¨ªses africanos a la hora de renegociar los contratos con las empresas extractivas, a¨²n no con la intensidad con que se dio este fen¨®meno en la ¨²ltima d¨¦cada en Latinoam¨¦rica, sobre todo con los hidrocarburos, pero parece algo imparable. La propia Uni¨®n Africana ha tomado cartas en el asunto y ha mostrado su rechazo expl¨ªcito al paradigma del Banco Mundial y el FMI y en pa¨ªses como Angola, la RDC, Mal¨ª o Mozambique empiezan a revisarse las condiciones pactadas con las multinacionales. El caso de N¨ªger durante el pasado a?o 2014 es uno de los mejores ejemplos, pues el Gobierno se enfrent¨® a la poderosa empresa gala Areva y lleg¨® a paralizar durante un tiempo su producci¨®n de uranio hasta que consigui¨® unas condiciones m¨¢s ventajosas para el pa¨ªs.
Es lo que ha venido en denominarse la Visi¨®n Minera Africana (AMV, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), una estrategia de la UA planteada en 2009 que pretende algo que puede parecer evidente, pero que en realidad es revolucionario: que los pa¨ªses africanos aprovechen sus inmensos recursos mineros para dar un impulso al desarrollo. Sin embargo, Ghana parece estar en otra onda. En enero de 2014, el presidente del pa¨ªs, John Mahama, aseguraba en Davos que su pa¨ªs no pod¨ªa revisar al alza los impuestos a las empresas mineras: ¡°Si lo hacemos las empresas tendr¨¢n que despedir trabajadores y necesitamos esos empleos. No nos dejar¨¢n modificar las tasas¡±.
30 a?os despu¨¦s de que se liberalizara el sector, el modelo no ha llevado al pa¨ªs la riqueza que se esperaba
¡°Esta posici¨®n revela la debilidad del Gobierno ghan¨¦s¡±, opina Graham, quien est¨¢ convencido de que el futuro pasa por aplicar una moratoria a la apertura de nuevas minas, renegociar los contratos en base a una nueva Ley minera que sea m¨¢s ventajosa para Ghana y regular de una vez el sector artesanal, que pese a su menor dimensi¨®n es m¨¢s generador de desarrollo que la gran miner¨ªa porque est¨¢ en manos de locales y emplea a m¨¢s ghaneses. ¡°El problema es que a¨²n no existe la suficiente presi¨®n ciudadana y de las comunidades para que el Gobierno ceda a estas pretensiones. Aunque estamos seguros de que la balanza se acabar¨¢ inclinando en esta direcci¨®n¡±.
En la actualidad hay 19 minas de oro a gran escala operativa en Ghana, en concreto en cuatro regiones, Ashanti, Oriental, Occidental y Brong Ahafo, explotadas por un centenar de compa?¨ªas locales y extranjeras. En los ¨²ltimos a?os su capacidad de generar empleo local ha pasado de 50.000 a 20.000 personas, debido a la ca¨ªda de los precios del oro en el mercado internacional, cifras que est¨¢n muy por debajo de la cantidad de empleos que genera la agricultura. Esta actividad se traduce en unas 30.000 comunidades afectadas que se han visto obligadas a generar nuevos medios de vida alternativos al campo o incluso que han tenido que trasladarse de lugar. Un impacto enorme para un mineral que, como dice Graham, ¡°en realidad no sirve para nada, no tiene ninguna utilidad pr¨¢ctica, m¨¢s que para adornar y que, parad¨®jicamente, es el m¨¢s atractivo para invertir en ¨¦l. Curioso, ?no?¡±.
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