Urbanitas: Antanas Mockus - El eterno transgresor
Antanas Mockus en la entrevista realizada por Towards the Human City Project en Corpovisionarios
Entrevistar a Antanas Mockus es una aventura impredecible cuya ¨²nica garant¨ªa es tener final incierto. Provocador, inconformista, exc¨¦ntrico, desobediente en tono c¨ªvico, humanista. Si algo ha sido capaz este lituano de alma bogotana, filosofo, matem¨¢tico y pol¨ªtico (dos veces alcalde de Bogot¨¢ y dos veces candidato a la presidencia de Colombia) es devolver a los colombianos la capacidad de so?ar y el derecho de luchar para lograr ciudades m¨¢s habitables.
Sus desencuentros con las formas le han ganado un espacio para la posteridad en la psique de muchos colombianos. Im¨¢genes de ¨¦l baj¨¢ndose los pantalones ante sus alumnos siendo rector de la Universidad Nacional; disfraz¨¢ndose del superh¨¦roe Super C¨ªvico para promover la cultura ciudadana; o saliendo con una zanahoria en la cabeza para promover la Ley Zanahoria contra el exceso de consumo de alcohol han quedado grabadas en la memoria de muchos. Quiz¨¢s por eso cuando uno menciona a Mockus en Colombia muchos sonr¨ªen con complicidad. Aunque ni sus salidas de tono ni el Parkinson que recientemente le han diagnosticado han impedido que la ciudadan¨ªa tome muy en serio sus propuestas y siga siendo para muchos, un referente imprescindible en la promoci¨®n de la ciudadan¨ªa participativa en todo el continente.
Nos recibe en la sede de Corpovisionarios, el centro de pensamiento y acci¨®n que ha creado desde donde trabaja con m¨¢s de 40 profesionales dise?ando actuaciones para lograr cambios voluntarios de comportamientos colectivos. Empieza cont¨¢ndonos el largo camino recorrido por Bogot¨¢ desde el caos urban¨ªstico hasta la Bogot¨¢ moderna de estos d¨ªas.
¡°En Bogot¨¢ la tolerancia hab¨ªa llegado a un nivel en el que un chiste era recibido a golpe de bala. La mitad de la ciudad se constru¨ªa ilegalmente. Se organizaban juntas de acci¨®n comunal y empezaba un proceso de formalizaci¨®n. La ciudad crec¨ªa en una especie de tira y afloja, donde m¨¢s o menos los buses llegaban, m¨¢s o menos el agua, la electricidad, el tel¨¦fono llegaba, pero a base de mucho forcejeo¡±.
Si algo ha aportado este alcalde por accidente que nunca planific¨® ni ser rector de la universidad ni ser pol¨ªtico, fue proponer un estilo de gobernar diferente, con una comunicaci¨®n directa con el ciudadano inculcando la responsabilidad y la autogesti¨®n: ¡°Uno no nace ciudadano, sino se vuelve ciudadano. Por eso, la clave est¨¢ en la pedagog¨ªa generalizada, es decir, en la capacidad que tiene cada uno de nosotros en aprender y ayudar a otros a aprender ciertas cosas, de cualquier encuentro, de cualquier experiencia. Aprendes t¨², aprendo yo, aprendemos ambos. Por eso la riqueza de la gran ciudad es una aut¨¦ntica maravilla y su potencial es infinito: la riqueza en oficios, en trayectorias, en vidas, en tradiciones, religiones, tipos de creencias¡±.
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¡°Uno no nace ciudadano, sino se vuelve ciudadano. Por eso, la clave est¨¢ en la pedagog¨ªa generalizada¡±.
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Parte de esta filosof¨ªa le llev¨® a repartir tarjetas con el dibujo de una mano con el pulgar hac¨ªa arriba y otra con el pulgar hac¨ªa abajo e invitar a los ciudadanos a hacer de ¨¢rbitros del comportamiento ciudadano; o a complementar el cuerpo de polic¨ªa urbana con sus conocidos 400 mimos que salieron a la calle a promover cultura c¨ªvica con teatro y en tono de humor.
Pero al margen de las medidas y del sensacionalismo de sus acciones, en el trasfondo de su pensamiento reina un gran humanismo y una gran esperanza en los colombianos en particular y en los latinoamericanos en general: ¡°Los latinoamericanos de conciencia estamos bien, lo que tenemos que construir son mecanismos para regularnos amablemente unos a otros, para ayudarnos a ser consecuentes con lo que en la conciencia tenemos ya muy claro¡±.
Pensar as¨ª es lo que le permite ser tan optimista en cuanto a la capacidad de la ciudadan¨ªa a la hora de combatir la corrupci¨®n y proponer lo que parec¨ªa imposible en una sociedad tan violenta como la colombiana: lograr el consenso ciudadano y la paz a trav¨¦s de la comunicaci¨®n y la pedagog¨ªa. ¡°La mayor¨ªa de nuestros ciudadanos piensa que la mayor¨ªa de nuestros ciudadanos es corrupto. El 80% de la gente no conf¨ªa en la justicia. Por eso es fundamental colocar en mejor sitio la justicia humana. La gente ha de entender que todo lo que puede hacer para poner en valor sus derechos, tambi¨¦n lo puede hacer para organizarse y actuar para poner en valor los derechos del otro. A la ciudad hay que ponerle m¨¢s ciudadan¨ªa, no hay otra¡±.
Mockus disfruta mezclando experiencias vivenciales sobre su gesti¨®n de Bogot¨¢ con la herencia intelectual recibida de la filosof¨ªa y las letras. Referencia a los padres del pragmatismo, William James y Charles Sanders Peirce; alaba los cuestionamientos sobre dios de Max Weber y ?mile Durkheim; acepta sentir cierta debilidad por el ¡°Dios ha muerto¡± de Nietzsche y, de repente, recita un poema de Eugenio Montale. Le gusta mencionar y complementar a los cl¨¢sicos: "Hannah Arendt define la ciudadan¨ªa como el derecho a tener derechos, es muy sint¨¦tica. Habr¨ªa que a?adir el deber de reconocer deberes y a?adir la causa f¨¢ustica de que derechos y deberes son discutibles y transformados democr¨¢ticamente¡±.
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¡°Lo esencial no es lo que el hombre debe ser, sino lo que el hombre no debe aceptar ser¡±. El ser humano se caracteriza sobre todo, por su capacidad para clarificar lo que es inaceptable.
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El pasado 8 de marzo Mockus convoc¨® a los colombianos a la Marcha por la Vida con el lema ¡°La Vida es Sagrada¡±. En Bogot¨¢ acudieron m¨¢s de 30,000 personas y otras tantas miles se movilizaron en pa¨ªses tan diversos como Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Espa?a, China, Vietnam, Portugal o Alemania. En el cierre de la Plaza de la Independencia, Mockus realiz¨® uno de sus conocidos ejercicios pidiendo a los miles de asistentes que se dejaran caer de espalda en los brazos del otro, exhortando la confianza que se debe buscar entre ciudadanos en la sociedad.
Si algo queda claro en la obsesi¨®n de Mockus, quiz¨¢s la aportaci¨®n esencial por la cual querr¨ªa ser recordado, es generar modelos de convivencia pac¨ªficos. En la entrevista menciona su obsesi¨®n por la piel humana como s¨ªmbolo sagrado de respeto entre unos y otros. Y quiere generar de la violencia un tab¨²: ¡°La gente tiene tab¨²s muy claros. No come excrementos porque el tab¨² est¨¢ ah¨ª, no se acuesta con su madre o comete incesto porque el tab¨² est¨¢ ah¨ª. Algo parecido ha de pasar con la violencia a la integridad f¨ªsica y el respeto a la piel de todos los bogotanos. La piel no se apu?ala, no se balacea. Se respeta¡±.
Nos despide hablando de la riqueza cultural del mundo, como principal patrimonio que tenemos que cuidar, enfatizando que ello no s¨®lo consiste en preservar materialmente museos o iglesias, sino tambi¨¦n lograr que distintas tradiciones entiendan por qu¨¦ tienen que convivir pac¨ªficamente. El poema de Eugenio Montarle que recit¨® dec¨ªa ¡°no lo que el hombre debe ser, sino lo que el hombre no debe aceptar ser¡± y resalta que el ser humano se caracteriza sobre todo, por su capacidad para clarificar lo que es inaceptable.
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