Pensiones m¨ªnimas
El sistema de pensiones tiene problemas. ?Qu¨¦ soluci¨®n le quieren dar los partidos emergentes?
No s¨®lo de elecciones y de corrupci¨®n vive el ciudadano. De vez en cuando las cifras, las realidades colectivas an¨®nimas nos devuelven al mundo de cada d¨ªa, aunque sea por la puerta de atr¨¢s. Esta vez lo han hecho cuando se ha conocido el informe anual del fondo de reserva de la Seguridad Social, correspondiente a 2014, que indica que la ¡°hucha¡± para pagar las pensiones ha disminuido un 37% en los tres a?os de legislatura del PP (de 66.815 millones a 41.634, m¨¢s de dos puntos de PIB).
No hay irregularidad alguna en ello. Este fondo fue creado por Aznar para cuando viniesen mal dadas, la Seguridad Social tuviese d¨¦ficit y no pudiera pagar las pensiones y su actualizaci¨®n. Recu¨¦rdese que en estos momentos Espa?a tiene 9,2 millones de pensionistas de toda clase (jubilaci¨®n, viudedad, incapacidad permanente, orfandad...) que cobran una media de 882,7 euros cada mes. De ellos, 5,6 millones son jubilados que cobran como media 1015,18 euros mensuales. No hay irregularidad alguna, pero s¨ª inquietud. Conforme ha ido avanzando la legislatura de Rajoy se ha ido detrayendo progresivamente m¨¢s dinero de la hucha: en 2012, alrededor de 7.000 millones; en 2013, 11.600 millones; en 2014, 15.300 millones.
Ello se ha debido fundamentalmente a dos factores: el coyuntural, la gesti¨®n de la crisis a trav¨¦s de una reforma laboral, que ha hecho que coticen menos trabajadores (m¨¢s paro) y que los que lo hacen de nuevo coticen menos (porque sus salarios son inferiores a los de antes o, en general, muy bajos). Y el factor estructural, que es el envejecimiento continuo de la poblaci¨®n espa?ola, y que afecta al sistema de pensiones tanto por el lado de los gastos como por el de los ingresos.
Por el primero, porque el n¨²mero de futuros pensionistas aumenta de modo considerable y, l¨®gicamente, permanecer¨¢n durante m¨¢s a?os percibiendo prestaciones del sistema. Por el lado de los ingresos, el envejecimiento significa que se ralentiza la tasa de crecimiento de la oferta futura de mano de obra y, por tanto, una contenci¨®n en el ritmo de aumento de los ingresos del sistema. El efecto combinado de estos efectos inducidos por el envejecimiento es un aumento del d¨¦ficit estructural del sistema.
Con mayor o menor fortuna, los partidos tradicionales han intentado como norma reformar el sistema p¨²blico de pensiones para hacerlo sostenible, desde aquel Pacto de Toledo de 1995, como un modelo de reparto que conjuga el concepto de solidaridad intergeneracional: los que hoy trabajan pagan el bienestar de los que ya est¨¢n retirados, benefici¨¢ndose del compromiso social de que los que trabajen cuando ellos est¨¦n jubilados pagar¨¢n sus pensiones. Sin embargo, apenas sabemos nada de lo que piensan sobre este asunto los nuevos partidos emergentes, que previsiblemente van a tener que legislar sobre las pensiones en el futuro inmediato. Gran ocasi¨®n para que saquen la patita y nos lo cuenten. As¨ª sabremos qu¨¦ podemos esperar de ellos.
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