?Viajamos de forma consumista?
Por Pablo G¨¢mez
Desde hace un tiempo parece que ¡°el viajar¡± tambi¨¦n se ha convertido en una forma de consumismo. Muchas personas enfocan el pr¨®ximo viaje como algo que hay que hacer, que necesitan, m¨¢s que algo que verdaderamente desean hacer. Adem¨¢s ahora ya no hay excusas pues el acceso a los grandes medios de transporte se ha socializado. Compa?¨ªas lowcost nos permiten viajar a cualquier destino a un precio inicialmente muy sugerente.
Pero el problema b¨¢sico reside en el ansia de viajar, de conocer, sin llegar a haber estado o profundizado en el destino elegido.
La patolog¨ªa aparece cuando necesitamos decir que hemos ido a este sitio o ese otro. Cuando hay una ambici¨®n de conocer sin haber llegado a estar realmente. Es f¨¢cil pasar por una calle, por un museo, haber estado en un restaurante o haber visitado la catedral m¨¢s famosa, sin realmente haber vivido la experiencia. Sin olvidarnos aqu¨ª de todas las veces que adem¨¢s necesitamos publicar constantemente nuestra situaci¨®n, nuestro estado, nuestro pr¨®ximo trayecto, en las redes sociales. Ah¨ª es cuando vemos que es mayor la necesidad de mostrar hacia fuera, mas que vivirlo hacia dentro.
Cuantos mas destinos mejor, si adem¨¢s es en el mismo viaje, entonces matamos dos p¨¢jaros de un tiro y eso que nos ahorramos. Aunque al final tengamos mas estr¨¦s que sensaci¨®n de disfrute. Nuestro cuerpo, nuestra mente y seguramente tambi¨¦n nuestro alma (o nuestro ser), requiere de un tiempo para desplazarse y ¡°aterrizar¡± en un lugar que es completamente distinto a nuestro hogar. Necesitamos calma y sosiego para poder comenzar a abrir nuestros sentidos y disfrutar al 100% de una nueva experiencia. Pues ser¨¢ eso lo que nos traigamos de vuelta.
Pero no debemos olvidar, que la finalidad ¨²ltima del viajar, del viaje como experiencia, es precisamente la de habernos nutrido nosotros mismos. Sin importar el resto ¡°El viaje son los viajeros, lo que vemos no es lo que vemos sino lo que somos¡± dijo Pessoa.
Mi padre me recordaba una pel¨ªcula de 1969, "Si hoy es mi¨¦rcoles esto es B¨¦lgica" la cual hoy en d¨ªa podr¨ªa volver a rodarse con esta cultura del viajar como forma de consumismo. Con los fren¨¦ticos y exhaustivos ¡°road trips¡± que nos montamos.
Cuando uno identifica que el viaje se hizo para ser contado, m¨¢s que para ser vivido. Es cuando comienza el problema de una nueva forma de consumismo, muy dif¨ªcil de detectar y dif¨ªcilmente aceptable por quien lo padece. Pues el viajar, presupone siempre un beneficio: Conocer nuevas culturas, ver mundo, entender que no somos los ¨²nicos, ser empapados por diferentes tradiciones¡, pero todo esto no solamente ocurre por montarnos en un avi¨®n, despegar, aterrizar, tocar tierra y por ciencia infusa ya tenemos el ¡°check¡± hecho para ese pa¨ªs y sus gentes. No funciona as¨ª, requiere de tiempo, de calma, de profundizar y vivir nuestro viaje y el destino seleccionado.
Frecuentemente se nos olvida que el viaje comienza en el momento que ponemos un pie fuera de nuestra casa. Y no hay que irse muy lejos para ello. Se nos olvida que alguien diferente a nosotros, es el vecino de enfrente y que una cultura que nos nutra, puede ser la de la provincia de al lado. M¨¢s aun en un pa¨ªs como Espa?a que tiene tanta y tan buena diversidad.
Pero claro, quiz¨¢ esto no sea tan ¡°fashion¡±. No es lo mismo hablar del viaje a New York de 7 d¨ªas (dos de ellos volando y otros dos de ¡°jet lag¡±) que decir que hemos estado en la provincia de al lado. No es lo mismo visitar la India y decir que su ancestral cultura y espiritualidad nos ha calado profundamente en 10 d¨ªas (que dif¨ªcilmente ocurrir¨¢), que haber estado en un convento o cultivando la tierra con una familia en una casa rural.
Creemos, y en esto estamos muy enga?ados, que debemos visitar lugares lejanos para conocer. Cuando el mundo est¨¢ alrededor nuestro de forma constante.
Necesitamos contar a los dem¨¢s y lo que es peor contarnos a nosotros mismo, que el viaje mereci¨® la pena. Cuando en realidad quiz¨¢ hemos pasado todo el tiempo estresados, cansados y cabreados arrastrando maletas o corriendo de un lado a otro sin tiempo de calidad.
Estamos convencidos de que nos hemos nutrido de la experiencia y las gentes. Cuando ni tan siquiera conocemos nuestro entorno, nuestro pa¨ªs.
Pero aun as¨ª nos sentimos cultos y dichosos por haber visitado Berl¨ªn durante un fin de semana.
Imagen de portada de Vero Villas extra¨ªda de Flikr. Licencia Creative Commons // CC BY 2.0
Imagen central de Jorge Miente extra¨ªda de Flikr. Licencia Creative Commons // CC BY 2.0
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