La megaerupci¨®n del volc¨¢n que pari¨® a Frankenstein puede repetirse
La explosi¨®n del Tambora (Indonesia) en 1815 oscureci¨® Europa y elimin¨® el verano Los expertos alertan de que hay un 33% de probabilidades de una supererupci¨®n este siglo
El verano de 1816 no existi¨®. La escritora londinense Mary Shelley y su compatriota poeta Lord Byron se refugiaron de la lluvia y los cielos tenebrosos en una mansi¨®n a la orilla del lago Lem¨¢n, al norte de los Alpes. Y ante el fuego de la chimenea, en aquel verano que nunca fue, a Shelley se le ocurri¨® el personaje de Frankenstein y Lord Byron escribi¨® el poema Oscuridad, que arrancaba: ¡°Tuve un sue?o, que no era del todo un sue?o. El brillante sol se apagaba¡¡±.
Ellos no lo sab¨ªan, pero el origen de la oscuridad y el fr¨ªo que los encerraron en casa aquel segundo invierno se encontraba a miles de kil¨®metros de all¨ª. El volc¨¢n Tambora, en la actual Indonesia, hab¨ªa empezado a vomitar sus entra?as m¨¢s de un a?o antes, llegando a su culmen entre el 10 y el 11 de abril de 1815. Su megaerupci¨®n, la m¨¢s devastadora de los ¨²ltimos 750 a?os, se llev¨® por delante la vida de m¨¢s de 60.000 personas, en su mayor¨ªa v¨ªctimas de la hambruna.
Los gases con azufre que expuls¨® Tambora eclipsaron la luz del Sol, sepultando el siguiente verano en buena parte del hemisferio Norte y arruinando las cosechas. Miles de personas tuvieron que lanzarse a comer gatos y ratas, seg¨²n recuerda el vulcan¨®logo Stephen Self, de la Universidad de California en Berkeley (EE UU).
El mal tiempo provocado por la erupci¨®n del Tambora inspir¨® a Mary Shelley para escribir Frankenstein
Dos siglos despu¨¦s de la tragedia del Tambora, Self es uno de los expertos que alertan de que la humanidad no est¨¢ preparada para la siguiente megaerupci¨®n. Incluso un pa¨ªs como Jap¨®n desconoce al menos el 40% de las grandes erupciones de sus volcanes en el pasado.
¡°Ha llegado la hora de explorar sistem¨¢ticamente todos los registros disponibles de erupciones [...] para que tengamos m¨¢s oportunidades de comprender los futuros peligros potenciales¡±, clama hoy Self, junto a su colega Ralf Gertisser, de la Universidad de Keele (Reino Unido), en la revista cient¨ªfica Nature Geoscience.
Los autores creen que el 200 aniversario de la erupci¨®n que pari¨® a Frankenstein deber¨ªa servir como un recordatorio de la amenaza volc¨¢nica. En enero, un informe t¨¦cnico, elaborado por la red de vulcan¨®logos Global Volcano Model y por la Asociaci¨®n Internacional de Vulcanolog¨ªa y de Qu¨ªmica del Interior de la Tierra, advert¨ªa de que hay un 33% de probabilidades de que se produzca una erupci¨®n como la de Tambora a lo largo del siglo XXI.
El informe concentra el 90% del riesgo en cinco pa¨ªses: Indonesia, Filipinas, Jap¨®n, M¨¦xico y Etiop¨ªa. Para Self, ¡°Indonesia es la mayor preocupaci¨®n, debido a la densidad de la poblaci¨®n y al n¨²mero de volcanes. La pr¨®xima erupci¨®n puede ser incluso de un volc¨¢n sin erupciones conocidas¡±, advierte. En 1883, la erupci¨®n del volc¨¢n Krakatau, en la parte occidental del archipi¨¦lago indonesio, provoc¨® la muerte de 34.000 personas.
La mayor erupci¨®n conocida fue hace 74.000 a?os en la isla de Sumatra y dej¨® un agujero de 100 kil¨®metros
No muy lejos, en la isla de Sumatra, se produjo la mayor erupci¨®n conocida por el ser humano. Fue hace 74.000 a?os. La explosi¨®n del volc¨¢n Toba cre¨® un agujero de 100 kil¨®metros de largo por 60 de ancho, hoy ocupado por un lago. ¡°Fuera de Indonesia me preocupa el volc¨¢n Taal, en Filipinas, cercano a una regi¨®n densamente poblada, la de Manila [m¨¢s de 25 millones de personas], y con un historial dif¨ªcil de precisar¡±, a?ade Self.
El vulcan¨®logo, que tambi¨¦n trabaja para el organismo que regula las centrales nucleares en EEUU, cree que disponer de un registro detallado de las megaerupciones de los ¨²ltimos miles de a?os ayudar¨ªa a predecir futuras cat¨¢strofes. ¡°Tendr¨ªamos una idea mucho m¨¢s aproximada de la frecuencia, aunque obviamente todav¨ªa existir¨ªan patrones que no entender¨ªamos, ya que los volcanes est¨¢n muy extendidos por el planeta y reaccionan a diferentes fuerzas. Algunos acontecimientos son debidos al azar, e incluso algunos vulcan¨®logos sostienen que las erupciones son esencialmente impredecibles¡±, explica a Materia.
Self y su colega recuerdan que la nube de cenizas expulsada en la erupci¨®n del volc¨¢n island¨¦s Eyjafjallaj?kull en 2010 oblig¨® a cancelar miles de vuelos en Europa, pese a tratarse de un evento rid¨ªculo comparado con la explosi¨®n del Tambora hace 200 a?os. El volc¨¢n indonesio escupi¨® unos 40 kil¨®metros c¨²bicos de material. Una de las erupciones m¨¢s violentas del siglo XX, la del filipino Pinatubo en 1991, apenas expuls¨® cinco kil¨®metros c¨²bicos.
Las erupciones volc¨¢nicas son imposibles de predecir", opina el vulcan¨®logo Juan Carlos Carracedo
Para Self, ¡°hay muchas cosas que podemos hacer¡± para blindarnos ante una futurible megaerupci¨®n, como ¡°tomar precauciones para proteger los aviones, modificar los planes de vuelo y planear diferentes cultivos¡± en algunas regiones. ¡°Pero no las haremos a menos que la probabilidad de una futura gran erupci¨®n sea alta o, dicho de otra forma, que la amenaza sea real¡±, sentencia.
El veterano vulcan¨®logo espa?ol Juan Carlos Carracedo es m¨¢s esc¨¦ptico. Este experto, profesor em¨¦rito en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cree que, por ejemplo, no tiene sentido recordar la megaerupci¨®n que hubo hace 640.000 a?os en la zona del Parque Nacional Yellowstone (EE UU) como si fuera algo que va a repetirse pr¨®ximamente. ¡°Hacer estas especulaciones solo sirve para intranquilizar a la gente¡±, opina. Aquella gigantesca explosi¨®n cubri¨® de ceniza gran parte de Norteam¨¦rica.
¡°Hay muy pocas erupciones como para poder hacer un an¨¢lisis estad¨ªstico. En Canarias hemos tenido 16 en los ¨²ltimos 500 a?os, unas separadas por 20 a?os y otras, por 237 a?os. Las erupciones volc¨¢nicas son imposibles de predecir, solo podemos conseguir una detecci¨®n temprana cuando ya han empezado. Si hay una supererupci¨®n, nos enteraremos todos los del planeta cuando ocurra¡±, zanja.
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