Los desaf¨ªos econ¨®micos de ?frica
El continente tiene muchas ventajas para estimular el crecimiento y la calidad de vida
Estas ¨²ltimas semanas ?frica ha vuelto a formar parte de las noticias, tanto buenas como malas. En Nigeria se han celebrado unas elecciones hist¨®ricas, que vieron c¨®mo un derrotado presidente admit¨ªa dignamente su derrota frente a su opositor. Kenia ha sido el escenario de otro mort¨ªfero ataque del grupo terrorista Al Shabab, con base en Somalia, al que ha respondido con su fuerza militar. Los grandes rasgos del crecimiento de ?frica nos llegan tanto de sus promesas como de sus peligros.
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El ?frica subsahariana, hogar de la clase media que m¨¢s r¨¢pidamente crece en el mundo, constituye una infravalorada buena noticia para la econom¨ªa global. Son muchos m¨¢s los habitantes de la regi¨®n que viven en ciudades con un r¨¢pido crecimiento de lo que pudiera parec¨¦rselo a los for¨¢neos. Muchos pa¨ªses son ricos en recursos, pero adem¨¢s buena parte de sus econom¨ªas est¨¢n cada vez mejor diversificadas. Nigeria, por ejemplo, es el principal exportador de petr¨®leo de ?frica, pero los servicios representan m¨¢s de la mitad del PIB del pa¨ªs.
En todo el continente est¨¢ en alza la demanda de los consumidores y un n¨²mero cada vez mayor de Gobiernos se beneficia de una competici¨®n inversora entre Europa, China, EE?UU y otros agentes. De hecho, la inversi¨®n extranjera directa global en ?frica supera a la ayuda occidental. Algo crucial para el desarrollo de las infraestructuras, el comercio, los bienes y servicios de consumo y la mejora de la asistencia sanitaria del continente. El coste gubernamental de las envejecidas poblaciones de Europa, China y Jap¨®n pone de relieve las ventajas demogr¨¢ficas de ?frica.
Ir¨®nicamente, algunos de los mayores desaf¨ªos de la regi¨®n han dado origen a oportunidades comerciales. As¨ª, al tiempo que una pobre infraestructura ayudaba a saltarse el desarrollo de tendidos telef¨®nicos y surt¨ªa de m¨®viles a cientos de millones de consumidores africanos, los negocios en ?frica han sido pioneros en dotar de banca m¨®vil a unos clientes que nunca hab¨ªan tenido cuentas. ?frica se ha convertido en la incubadora de soluciones del sector privado ante crecientes problemas mundiales. Burocracias abotargadas y corrupci¨®n cr¨®nica frustrar¨¢n las demandas de la clase media en favor de una mejor gobernanza, pero ?frica tiene muchas ventajas que estimular¨¢n el crecimiento y la calidad de vida.
Dicho lo cual, hay peligros a largo plazo que merecen la atenci¨®n. En la medida en que contin¨²en los bajos precios de las materias primas, estos pesar¨¢n en contra del crecimiento incluso en las econom¨ªas bien diversificadas. No est¨¢ claro que, a largo plazo, haya suficientes empleos para una fuerza de trabajo cada vez mejor formada. La pobre gobernanza, el radicalismo local, e incluso el cambio clim¨¢tico plantear¨¢n considerables desaf¨ªos.
En cuando al empleo, una mano de obra africana capacitada y menos cara estar¨¢ los pr¨®ximos a?os en condiciones de beneficiarse de empresas de Asia y Oriente Pr¨®ximo que quieran subcontratar mano de obra que reduzca sus costes de producci¨®n. Ya hay empresas chinas que est¨¢n empezando a subcontratar industria ligera en mercados como Etiop¨ªa, y firmas tecnol¨®gicas occidentales que miran con inter¨¦s a Kenia y Sud¨¢frica para trabajos que antes estaban destinados a India.
El coste gubernamental de las envejecidas poblaciones de Europa, China y Jap¨®n pone de relieve las ventajas demogr¨¢ficas de ?frica
Pero, ?y si con el tiempo la necesidad de crear trabajos en su pa¨ªs fuerza a las empresas de China y de Oriente Pr¨®ximo a inversiones dom¨¦sticas que satisfagan las demandas de sus Gobiernos? Cuando se industrialicen y se desarrollen los sectores de servicios de m¨¢s pa¨ªses africanos, ?crear¨¢n esas econom¨ªas suficientes empleos como para satisfacer la creciente demanda de trabajo? Eso depender¨¢ de la capacidad y la voluntad de los Gobiernos para invertir en la infraestructura necesaria, por ejemplo, para generar mucha m¨¢s electricidad y para conectar sus econom¨ªas mediante una mayor inversi¨®n en tecnolog¨ªas de comunicaci¨®n.
Un alto desempleo podr¨ªa alimentar el emergente activismo de ?frica del Norte y los conflictos cr¨®nicos m¨¢s al sur, transformando de bendici¨®n en maldici¨®n una demograf¨ªa favorable.
Luego est¨¢n los desaf¨ªos planteados por el cambio clim¨¢tico. Muchos especialistas advierten de que los primeros impactos no se sentir¨¢n en las zonas templadas del mundo desarrollado sino en regiones como ?frica, que afronta temperaturas extremas. La vulnerabilidad a los desastres ¡ªnaturales o causados por el hombre¡ª podr¨¢n poner de relieve la ausencia de una respectiva coordinaci¨®n entre Gobiernos. La Uni¨®n Africana es bastante m¨¢s que una tertulia, pero tampoco ofrece nada parecido a la coordinaci¨®n de la Uni¨®n Europea. La integraci¨®n regional en las Am¨¦ricas y en Asia a¨²n va muy por delante de la coordinaci¨®n en el ?frica subsahariana. Sud¨¢frica y Nigeria, los l¨ªderes naturales, est¨¢n a¨²n excesivamente centrados en gestionar asuntos nacionales y compiten entre s¨ª por la influencia regional como para ofrecer el liderazgo que necesita la regi¨®n.
Dada su importancia para el futuro econ¨®mico global, su promesa como frontera final del mundo emergente, y la complejidad de los problemas que tiene por delante, el desarrollo del ?frica subsahariana continuar¨¢ reclamando nuestra atenci¨®n.
Ian Bremmer es el presidente de Eurasia Group y autor del libro de pr¨®xima aparici¨®n: Superpower: Three Choices for America¡¯s Role in the World (Portfolio, mayo de 2015) Se le puede encontrar en Twitter @ianbremmer.
Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
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