El aceite de palma est¨¢ matando la selva
Muchas de las tierras acaparadas por multinacionales o gobiernos extranjeros en ?frica se destinan a la plantaci¨®n de palmeras de aceite (Elaeis guineensis), un gran negocio. Pero cient¨ªficos pertenecientes a la Society for Conservation Biology (SCB) advierten de que esta pr¨¢ctica puede resultar en la p¨¦rdida de grandes cantidades de selva en el continente con las graves consecuencias que eso acarrea para el medio ambiente.
Las personas, los bosques y la fauna del continente se ver¨¢n gravemente afectadas si se sigue permitiendo la expansi¨®n desenfrenada de las plantaciones de palmeras de aceite, sobre todo en ?frica occidental y central, dice la organizaci¨®n de cient¨ªficos.
Talando la selva para plantar palmeras acceiteras. Beatrix Richards / WWF
Seg¨²n la organizaci¨®n, ?frica contiene alrededor de 675 millones de hect¨¢reas de selva, lo que corresponde al 17 % del total mundial. Estos espacios dan cobijo a unos 1.5 millones de plantas y especies animales que, al mismo tiempo, dan apoyo a las comunidades locales en t¨¦rminos de alimento, alojamiento, vestido y medicinas. Sin embargo, la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) estima que entre los a?os 2000 y 2010, el continente perdi¨® 3.4 hect¨¢reas de selva (una superficie mayor que la de B¨¦lgica), de las cuales 572.000 correspond¨ªan a bosque primario. Este fen¨®meno se debe, principalmente, a la demanda de tierra para el cultivo, la explotaci¨®n comercial de la madera, la urbanizaci¨®n y la industrializaci¨®n.
En los ¨²ltimos a?os, este fen¨®meno se ha acelerado en gran escala debido a las grandes inversiones de las multinacionales agr¨ªcolas en plantaciones de palmeras de aceite. Estas no solo llevan a la p¨¦rdida de la cobertura natural de la selva, sino que tambi¨¦n conduce a la muerte a muchas especies en peligro de extinci¨®n, como pueden ser los orangutanes u otros grandes simios o al auge de epidemias como pueden ser el VIH/SIDA o el ¨¦bola.
Las plantaciones de palmeras de aceite se han convertido en uno de los cultivos que m¨¢s r¨¢pidamente han crecido en todo el mundo. Durante d¨¦cadas, el sureste asi¨¢tico fue el territorio favorito de los productores de este aceite. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, a medida que la tierra se ha ido agotando en aquella regi¨®n, las grandes multinacionales del sector agr¨ªcola han puesto sus ojos en ?frica. Por eso, se han lanzado a una carrera fren¨¦tica para acaparar tierras donde plantar las palmeras aceiteras, dando lugar a un fen¨®meno que algunos expertos han llamado la ¡°¨²ltima fronteras¡± de la producci¨®n agr¨ªcola.
Es por eso que SCB aboga por un desarrollo sostenible de las plantaciones de palmeras de aceite que no ponga en peligro la supervivencia de las selvas tropicales y la riqueza que contienen. Para ello pide un rol m¨¢s activo de los gobiernos africanos que deben regular un sector que carece de normas. Hasta el momento, solo Ghana ha realizado un t¨ªmido intento de establecer alg¨²n marco jur¨ªdico para este asunto.
En 2004, se form¨® la Mesa redonda sobre aceite de palma sostenible (RSPO por sus siglas en ingl¨¦s). En la actualidad cuenta con unos 1.000 miembros que incluyen productores, procesadores, distribuidores, comerciantes o consumidores de aceite de palma junto a bancos e inversores y ONG que trabajan en los campos del medioambiente o en aspectos sociales o de desarrollo. Este organismo certifica el aceite de palma sostenible. Esto que puede verse como un gran avance en este campo, no garantiza que el cultivo de las palmeras de aceite est¨¦ libre de deforestaci¨®n.
Por eso, en 2013, m¨¢s de 200 cient¨ªficos pidieron a la RSPO que adoptase criterios m¨¢s fuertes para dar soluci¨®n a este problema. Sin embargo, el organismo todav¨ªa no ha dado respuesta a la petici¨®n. Como alternativa a la deforestaci¨®n de las selvas africanas, estos cient¨ªficos proponen que se planten las palmeras en tierras degradadas y en suelos minerales en vez de aquellos que contienen turba. Adem¨¢s, sugieren que las plantaciones pueden aumentar su producci¨®n para reducir la necesidad de nuevas aperturas.
Es curioso observar que durante tanto tiempo el sureste asi¨¢tico haya sido, y siga siendo, el mayor productor mundial de aceite de palma, cuando la palmera aceitera es originaria de ?frica occidental. Hay noticias que testifican que en esta zona se obten¨ªa aceite del palma hace cinco milenios. De ?frica pas¨® a Am¨¦rica poco tiempo despu¨¦s de la llegada de Crist¨®bal Col¨®n a ese continente, para ser llevada a Asia en ¨¦pocas m¨¢s recientes. Ahora, mejorada, regresa al continente del que sali¨®.
Sin embargo, ?frica, a pesar de ser la cuna de esta palmera, de que el aceite de palma sea esencial en la dieta alimenticia de muchos pueblos del continente y de las grandes plantaciones que han surgido en los ¨²ltimos a?os, especialmente en los pa¨ªses de ?frica occidental y central, tienen muy poco peso en el negocio mundial de este producto. Solo destaca Nigeria, con una producci¨®n cercana al mill¨®n de toneladas de aceite al a?o. Es por eso que el continente tiene, curiosamente, que importar aceite de palma en grandes cantidades para satisfacer las necesidades de su poblaci¨®n.
La demanda de aceite de palma est¨¢ creciendo muy r¨¢pidamente en todo el mundo. Al ser uno de los aceites m¨¢s baratos del mercado, cada vez es m¨¢s requerido para la elaboraci¨®n de productos alimentarios (como margarinas, chocolates, cremas de queso o para la fabricaci¨®n de patatas fritas por parte de grandes cadenas de comida r¨¢pida, entre otros muchos ejemplos), cosm¨¦ticos y, cada vez m¨¢s, para biodiesel.
De ah¨ª que cada d¨ªa se necesiten m¨¢s tierras para plantar estas palmeras y que ante el agotamiento de las del sureste asi¨¢tico las grandes multinacionales hayan puesto sus ojos en ?frica.
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