Gran Breta?a, a su aire
El debate electoral ignora asuntos como la pertenencia a la UE o el gasto en defensa
Dentro de poco menos de un mes se celebrar¨¢n las elecciones generales de Reino Unido, si bien la campa?a parece habernos acompa?ado desde siempre, avanzando implacablemente pero con pocas pruebas de aut¨¦ntico inter¨¦s ni de variaciones significativas en las encuestas de opini¨®n. El apoyo a los dos principales contendientes ¡ªel Partido Laborista y el gobernante Partido Conservador¡ª parece estancado en el treinta y poco por ciento.
Los conservadores abrigan la esperanza de que la ejecutoria del Gobierno en materia de econom¨ªa convenza a los votantes indecisos para que se inclinen por ellos en la ¨²ltima parte de la campa?a. Tal vez tengan raz¨®n; lo merecen. Entretanto, los laboristas parecen abrigar la esperanza de que algo ¡ªa saber qu¨¦¡ª ayude a dar un vuelco, mientras mantienen cruzados los dedos para no verse destrozados en Escocia, donde el Partido Nacional Escoc¨¦s amenaza con arrasar.
Sorprende la insularidad de la campa?a electoral. Una nube negra, en forma de posible refer¨¦ndum sobre si debe Reino Unido permanecer en la Uni¨®n Europea, se cierne sobre el resultado, pero nadie habla demasiado de ello. El primer ministro, David Cameron, ha dicho que es necesario un refer¨¦ndum para impedir que el pa¨ªs se dirija como un son¨¢mbulo hacia una salida accidental y desastrosa de la UE. Debe resultar extra?o para algunos de los socios de Gran Breta?a en la UE que ning¨²n pol¨ªtico del pa¨ªs parezca estar intentando despertar a un p¨²blico son¨¢mbulo.
Otros art¨ªculos del autor
Dicho de forma m¨¢s general, mientras que gran parte del mundo parece verse arrastrado sin remedio hacia una serie de graves problemas, se ha hablado poco del papel y las responsabilidades internacionales de Gran Breta?a. En tiempos, Reino Unido fue famoso por intervenir en los asuntos mundiales m¨¢s de lo que le correspond¨ªa por su tama?o, pero tal vez ya no cuente demasiado en realidad... aunque s¨®lo sea porque no quiere contar.
Lo m¨¢s cerca que ha estado alguien de poner una cierta efervescencia internacional en la campa?a ha sido cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha lanzado dos andanadas de advertencia a Reino Unido. El Gobierno de Obama parece inclinarse por demostrar que la supuesta relaci¨®n especial es algo m¨¢s que ruidosas palmadas en la espalda.
La primera salva ¡ªla advertencia de que Gran Breta?a no debe mostrarse demasiado acomodaticia con China¡ª sigui¨® a la decisi¨®n de Reino Unido de adherirse al Banco Asi¨¢tico de Inversi¨®n en Infraestructuras, pero el problema es mucho m¨¢s amplio. En todo caso, es dudoso que nadie en Londres vaya a hacer demasiado caso. En estos d¨ªas, la pol¨ªtica sobre China est¨¢ dirigida enteramente por Hacienda, que subscribe la opini¨®n de que s¨®lo se puede hacer negocios con los chinos en una posici¨®n de servilismo.
Que ninguno de los grandes partidos defienda el aumento del gasto en defensa supone enviar un mensaje equivocado a Putin
La segunda andanada vers¨® sobre un asunto m¨¢s serio, el gasto de defensa. La cr¨ªtica iba dirigida a todos los miembros europeos de la OTAN, pero estaba claro que, seg¨²n el Gobierno estadounidense, corresponde a Gran Breta?a la responsabilidad especial de mantener sus compromisos militares. Londres tiene una larga trayectoria de broncas a sus socios europeos de la OTAN por no gastar el 2% del PIB que han prometido dedicar a defensa; ahora parece que los propios brit¨¢nicos podr¨ªan quedarse cortos al respecto.
Hay un argumento econ¨®mico en contra de la asignaci¨®n de un porcentaje fijo de la riqueza nacional a un presupuesto ministerial determinado. La econom¨ªa brit¨¢nica est¨¢ creciendo ahora m¨¢s r¨¢pido de lo que es habitual en Europa, por lo que el 2% va a representar una suma mayor (lo mismo es aplicable al compromiso similar de Reino Unido con Naciones Unidas de gastar el 0,7% de su PIB en ayuda al desarrollo).
Es de suponer que la Administraci¨®n reconocer¨¢ lo embarazoso que resultar¨ªa que Gran Breta?a no llegara al 2%, de forma que parecen estar estudiando qu¨¦ programas se pueden colar en el presupuesto del Departamento de Defensa para abultar el gasto. Se trata exactamente del tipo de comportamiento que los brit¨¢nicos han criticado a otros: acumular toda clase de pagos de pensiones y compromisos en materia de inteligencia en sus c¨¢lculos del gasto para la defensa.
Existe un aut¨¦ntico riesgo en todo esto. El hecho de que ninguno de los grandes partidos est¨¦ dispuesto a argumentar a favor del aumento del gasto para defensa supone enviar un mensaje equivocado al presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin. La reacci¨®n adecuada ante el aventurerismo ruso en Ucrania debe ser no s¨®lo la de cooperar con el resto de la UE para ayudar al Gobierno de Kiev a estabilizar su econom¨ªa, sino tambi¨¦n aumentar el gasto de defensa y convencer a los dem¨¢s miembros de la OTAN de que hagan lo propio.
Es lamentable que en la actual campa?a electoral brit¨¢nica se pasen por alto algunas de las cuestiones m¨¢s importantes. Sea cual fuere el resultado cuando los votantes acudan a las urnas el 7 de mayo, el nuevo Gobierno tendr¨¢ que afrontar la realidad. La postura del pa¨ªs en materia de defensa y la amenaza de Rusia a la seguridad europea figurar¨¢n, sin lugar a dudas, entre las primeras preocupaciones del pr¨®ximo primer ministro.
Chris Patten es rector de la Universidad de Oxford y fue comisario europeo de Asuntos Exteriores.
Copyright: Project Syndicate, 2015. Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.