El famoso de moda no tiene cara
Snapchat es una aplicaci¨®n de mensajer¨ªa que nadie por encima de los 30 a?os entiende y nadie por debajo de los 23 puede dejar de usar
La celebridad es laaplicaci¨®n
Snapchat es una aplicaci¨®n de mensajer¨ªa que nadie por encima de los 30 a?os entiende y nadie por debajo de los 23 puede dejar de usar. Gracias a esta coyuntura, los adolescentes le dedican horas, los adultos no se la toman en serio, los anunciantes de todo el mundo la codician y, c¨®mo no, los famosos quieren ser vistos con ella. Es decir, Snapchat ocupa el hueco que antes ocupar¨ªa una boyband. Pero como estamos en 2015, este peque?o trozo de cultura de masas no necesita ni cantar ni bailar ni llevar ropa de marca, ni siquiera tener cara: con servir, principalmente, para enviar a amigos fotos y v¨ªdeos que se autodestruyen tras una cantidad regulable de segundos ha tenido suficiente. Eso parec¨ªa en 2013, cuando su reinado se med¨ªa en solo 30 millones de usuarios que se mandaban fotos perecederas de un lado a otro. Pero eso solo era el principio. El pasado octubre, Snapchat a?adi¨® otra funci¨®n: una pantalla donde uno pod¨ªa colgar las fotos que quisiera al alcance de todos sus amigos a la vez. Esa fue la invenci¨®n que convertir¨ªa el fen¨®meno de culto en un gigante social de 100 millones de usuarios. El ¨¢gora. El espacio p¨²blico. El sitio donde las marcas y los famosos pod¨ªan dejarse ver.
Encantado de conocerte
Puede verse Snapchat desde fuera y quedarse impresionado por las instituciones que giran alrededor de ese espacio p¨²blico: el oscarizado actor Jared Leto publica selfis decorados por la funci¨®n de pintura; el presentador Ryan Seacrest muestra v¨ªdeos secretos de sus programas entre bastidores; la veterana serie Girls se aferra a su joven p¨²blico colgado anuncios de cap¨ªtulos venideros (siguiendo la estela de los estudios Universal, que proveyeron el primer tr¨¢iler exclusivo de Snapchat, de la cinta Ouija); la liga de f¨²tbol americano cuelga las mejores jugadas¡
Ha nacido una estrella
Este comportamiento podr¨ªa recordar al auge de un nuevo grupo de moda: unos quieren pegarse a ¨¦l para beber de su imagen cool, otros quieren asociarse sin saber muy bien para qu¨¦¡ Puede ser que la historia tenga todas las moralejas que corresponden a nuestros tiempos: los famosos son ahora esclavos del p¨²blico; la cultura de masas ha muerto y lo relevante ha sido aplastado por lo ¨²til y lo cercano; la tecnolog¨ªa est¨¢ adquiriendo el poder conciliador que antes ten¨ªan el arte y los medios de comunicaci¨®n. Y aunque todo eso es cierto, nada de ello es lo importante aqu¨ª. Esto es un perfil y no de los famosos, sino de la verdadera celebrity de esta historia: la aplicaci¨®n.
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