Beatrice Borromeo, la novia perfecta
La prometida de Pierre Casiraghi es una exmodelo y periodista vehemente que luce el equilibrio chic de las hermanas Borromeo, descendientes de una aristocr¨¢tica dinast¨ªa de Mil¨¢n
Cuando falta poco m¨¢s de una semana para la boda entre Pierre Casiraghi, el nieto de Raniero de M¨®naco y Grace Kelly e hijo de Carolina y Stefano Casiraghi, y Beatrice Borromeo, descendiente de una de las dinast¨ªas m¨¢s poderosas de Mil¨¢n, se conocen muy pocos detalles sobre el enlace; ni siquiera hay anuncio oficial. Todo son rumores. En Italia la tradici¨®n es que las novias se casen en su tierra, y uno de los posibles escenarios es una de las mansiones de los Borromeo en el Lago Maggiore. Pero no se sabe. La prensa italiana especula con la posibilidad de que Pierre y Beatrice contraigan ahora matrimonio civil y en verano celebren una gran boda por la iglesia.
Los Grimaldi, cuyas aventuras y glamour copan las p¨¢ginas de las revistas del coraz¨®n de media Europa, pasan inadvertidos en Italia. Este enlace los puede colocar en el punto de mira.
La futura esposa no consigue disimular con su porte patricio el apellido que hered¨® de sus antepasados. Condes, marqueses, cardenales y hasta un santo, cuyas haza?as salpican los libros desde el Renacimiento o, incluso, antes. Hasta llegar al conde Carlo Borromeo, nacido en 1935, y padre de la novia, que se uni¨® a dos mujeres de linaje plebeyo, perdiendo el t¨ªtulo nobiliario pero ni una pizca de su peso y de su riqueza.
Primero llev¨® al altar a la modelo alemana Marion Sybille Gabriele Zota, con la que tuvo tres hijas, pero a principios de los a?os ochenta la dej¨® para dedicarse a un nuevo amor, Paola Marzotto, hija de un arist¨®crata y de una influyente mujer de la jet set italiana, Marta Marzotto. Las dos relaciones se solaparon y Borromeo tuvo hijos con las dos de manera intercalada y casi simult¨¢nea. En 1983 Paola dio luz a Carlo. Solo cinco meses despu¨¦s, de su esposa nac¨ªa Matilde. Dos a?os despu¨¦s, Beatrice, hija de Paola, la m¨¢s peque?a de un clan unido y compacto pese a tener un padre que saltaba entre dos amores.
Fruto de ambas relaciones, sus cuatro hijas parecen la versi¨®n menos aleg¨®rica y evanescente de las criaturas pintadas por Sandro Botticelli en La primavera o una declinaci¨®n menos melanc¨®lica y enigm¨¢tica de las V¨ªrgenes suicidas de Sofia Coppola. Rubias, esbeltas ataviadas de grandes firmas de alta costura, nunca excesivas, las hermanas Borromeo son la flor y la nata de la alta sociedad italiana. Viajan en yate, acuden a regatas, organizan galas ben¨¦ficas, dosifican sonrisas. Nunca un esc¨¢ndalo, un divorcio, una pelea que haya trascendido. Un milagro de equilibrio chic sin grietas aparentes. Como manda la etiqueta. Las cuatro ¡°eligieron gente de su linaje a la hora de casarse¡±, dice Lavinia Orefici, periodista del blog Briocherie.
Aristocr¨¢ticas de a pie, frecuentan a los delfines de la burgues¨ªa. Isabella y Lavinia son esposas de grandes industriales. Matilde y Beatrice han escogido hijos de pr¨ªncipes. Adem¨¢s de organizar campa?as y fiestas ben¨¦ficas o desfiles para sensibilizar sobre temas comprometidos como la anorexia, est¨¢n involucradas en la gesti¨®n de las empresas familiares. ¡°La fortuna no solo se hereda, hay que merec¨¦rsela¡±, comentaba Beatrice a Giovanni Andiffredi, de Vanity Fair. De las cuatro hermanas es la que tiene un comportamiento m¨¢s informal.
La futura nuera de Carolina de M¨®naco trabaja en la redacci¨®n de un diario izquierdista, Il Fatto Quotidiano, en un piso al lado de la estaci¨®n de Mil¨¢n. Lo mismo entrevista a una abuela que gobierna un clan de la mafia calabresa que se sube a un avi¨®n rumbo a Par¨ªs para presenciar unos desfiles de moda a pie de pasarela. De los vaqueros informales pasa a un largo vestido plateado con el que deslumbra en Montecarlo, en una fiesta que parece sacada de una escena del Gran Gatsby.
Isabella, que naci¨® en febrero de 1975, es la mayor de las Borromeo. A los 30 a?os se cas¨® con el industrial Ugo Brachetti Peretti. La boda se celebr¨® en una de las Islas Borromeas, posesi¨®n de la dinast¨ªa en el Lago Maggiore, a los pies de los Alpes. El evento fue compartido con 500 amigos y familiares, la flor y nata de la alta sociedad local e internacional. Seg¨²n el diario econ¨®mico Italia Oggi, Isabella trabaja como consejera delegada de la empresa agr¨ªcola Etruria, que goza de cuentas muy s¨®lidas (¡°un activo de m¨¢s de tres millones de euros¡±) y produce aceite y vino en la Toscana.
Lavinia es dos a?os menor. Bella, altiva en dosis suficiente para no resultar fr¨ªa pero siempre impecable, creci¨® con el resto del clan en Lomellina, un valle de Lombard¨ªa donde se extienden los terrenos de abolengo y donde sigue viviendo el patriarca Carlo. Se traslad¨® a su adorada Mil¨¢n para asistir a la International School, gracias a la que ampli¨® el conocimiento del ingl¨¦s y su red de amistades de alta alcurnia. Durante un viaje a Londres, Isabella le present¨® al que ser¨ªa el hombre de su vida, John Elkann, Jaki para los ¨ªntimos, hoy presidente de la Giovanni Agnelli & C., Exor y Fiat. M¨¢s sobrio, comedido y t¨ªmido que su hermano Lapo, suele llamarla Lav, jugando con la pronunciaci¨®n de la palabra love (amor). Su boda en la Isla Bella de los Borromeo reuni¨® a la ¨¦lite del poder p¨²blico y privado del pa¨ªs. El a?o pasado se celebr¨® el d¨¦cimo aniversario a bombo y platillo. Mientras tanto, han nacido tres ni?os de nombres altisonantes: Leone (de 9 a?os), Oceano (8) y Vita, que naci¨® en 2012 y fue bautizada con una fiesta que dur¨® dos d¨ªas y en la cual los cientos de invitados tuvieron que vestir de rosa. Al margen de las pomposas celebraciones, se esmera como dise?adora: cre¨® un bolso para Trussardi, que se llama La Vie (otro juego con su nombre). ¡°Efectivamente podr¨ªa evitar trabajar. Pero me gusta la independencia. Trabajar es una manera de realizarse¡±, le dijo al Corriere della Sera reci¨¦n casada.
No piensa votar a Renzi porque le parece demasiado de derechas y ¡°contagiado de ¡®berlusconitis¡±
Matilde es la menos mundana de las cuatro hermanas. La que menos aparece fotografiada en las p¨¢ginas del coraz¨®n. Melena larga, lisa y rubia ¡ªcasi un estandarte de la casa¡ª, de 1,80 de altura, delgada y de ojos claros, luce cualidades de modelo. Pero ella prefiere vestir vaqueros, camisetas y botas. Siempre tuvo claro lo que quer¨ªa: se licenci¨® en Crianza y bienestar animal y se qued¨® en Lomellina ayudando al padre en la gesti¨®n de la empresa agr¨ªcola, que produce leche biol¨®gica y s¨®lidos beneficios anuales. ¡°Soy una condesa que cr¨ªa vacas y potros¡±, afirmaba orgullosa en julio de 2010. Pero incluso Cenicienta dej¨® las tareas dom¨¦sticas cuando conoci¨® a su pr¨ªncipe. La reclusi¨®n buc¨®lica no pod¨ªa durar. En 2010, durante una fiesta en el castillo de Donaueschingen, Matilde ¡ªque por su madre habla perfectamente alem¨¢n¡ª conoci¨® al anfitri¨®n, Antonius Hugo Von F¨¹rstenberg. En menos de un a?o llegaron al altar. Por supuesto, la boda en la Isla Bella del lago Maggiore fue en¨¦sima parada de famosos, desde la familia Agnelli a Franca Sozzani, directora de Vogue Italia, a Francesca Versace. Los esposos son socios de German Italian Monegasque, una sociedad que organiza banquetes de alta gama.
Beatrice ¡ªnacida como su hermano Carlo en 1983¡ª es hija de una relaci¨®n larga y conocida pero que nunca lleg¨® a ser oficializada en matrimonio.
La muchacha que en su d¨ªa fue modelo y dio su primer voto a Antonio di Pietro ¡ªel juez que luch¨® contra la pol¨ªtica corrupta con el juicio Manos Limpias y luego se hizo pol¨ªtico con escaso ¨¦xito¡ª, va de progre, siempre en vaqueros y camiseta, maquillaje imperceptible y libreta de de periodista en mano. No piensa votar a Matteo Renzi, porque le parece demasiado de derechas, ¡°contagiado de berlusconitis, al¨¦rgico al debate y la oposici¨®n¡±, coment¨® a su colega Selvaggia Lucarelli. ¡°No le voto porque apesta a autoritarismo. Prefiero gente m¨¢s marginal pero con otra actitud¡±.
Tiene en su m¨®vil n¨²meros de la far¨¢ndula italiana y otros registrados como mafioso1 o mafioso2, fruto de sus investigaciones para el documental que dirigi¨®, Lady ¡¯ndrangheta, sobre las mujeres de la mafia calabresa. De peque?a contaba historias y escribi¨® su primer librito, Incontri, observando la gente que sub¨ªa y bajaba del tranv¨ªa que tomaba para ir al colegio. ¡°Mi hermana me llamaba 10 cum laude¡±, confi¨® al diario Libero.
Serpentea sinuosa y fresca entre las contradicciones heredadas de su familia. El verano pasado las redes sociales la lapidaron porque cont¨® que hab¨ªa regalado tres almohadas a un sin techo y que por ello se hab¨ªa peleado con un cura que la criticaba. ¡°La Borromeo que defiende a los indigentes es una merced divina para los enemigos de los radical chic¡±, le hac¨ªa notar a una periodista italiana. ¡°Honestamente, si yo fuera otra persona, Beatrice Borromeo me caer¨ªa fatal¡± ¡ªle contestaba transparente la futura Casiraghi¡ª. ¡°Est¨¢ claro que existen contradiciones entre mi vida laboral y mi vida familiar y la de mi novio. Quienes me critican tienen sus razones, puedo sonar poco cre¨ªble, pero al final soy m¨¢s normal de lo que parece¡±, alega. Seg¨²n Giovanni Andiffredi, ¡°su trato vehemente, de alguien que no se duerme en los laureles, ha conquistado a Pierre y a la futura suegra¡±.
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