M¨®naco S.A.
Alberto Grimaldi, soberano absoluto de M¨®naco y una de las figuras m¨¢s fotografiadas de la alta sociedad, fue coronado hace justo diez a?os. Hace cinco nos recibi¨® en su palacio intentando demostrar que era algo m¨¢s que un personaje de la prensa rosa
A las 10.47 del jueves 6 de julio de 2005, Alberto de M¨®naco meti¨® la pata. Hasta el fondo. Y se qued¨® tan ancho. La tragicomedia transcurri¨® en Singapur. Conclu¨ªa la presentaci¨®n de la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012. La exposici¨®n hab¨ªa resultado brillante. Todo perfecto. Hubo un suspiro de alivio entre la delegaci¨®n espa?ola. Estallaron los aplausos; sonre¨ªan Zapatero, Gallard¨®n y la Reina. La votaci¨®n comenzar¨ªa en minutos. Hab¨ªa esperanzas. Fall¨® algo que no estaba previsto. Alberto Grimaldi, pr¨ªncipe soberano de M¨®naco, puls¨® el interruptor de su micr¨®fono y, en un ingl¨¦s redicho y susurrante, paladeando cada palabra, lanz¨® una pregunta mortal: ¡°Hace dos semanas explot¨® un coche junto al estadio en Madrid y quisiera saber qu¨¦ seguridad ofrecen a la familia ol¨ªmpica en caso del terrorismo¡±. El pr¨ªncipe de M¨®naco se refer¨ªa al atentado de ETA junto al estadio madrile?o de La Peineta dos semanas antes. La delegaci¨®n espa?ola no daba cr¨¦dito. Era un golpe muy bajo a favor de la candidatura de Par¨ªs. Zanj¨® Zapatero: ¡°Garantizamos la seguridad de la familia ol¨ªmpica como hemos hecho con otros acontecimientos de importancia¡±. El da?o estaba hecho. Madrid caer¨ªa ante Londres.
El mayordomo envuelto en una severa levita verde con galones dorados cede el paso con ceremonia al escueto ascensor d¨¦co. Desde la galer¨ªa descubierta del palacio desierto se domina M¨®naco. Los edificios tapizan cada metro de territorio desde la monta?a hasta el mar. Cae el sol. Y el segundo Estado m¨¢s peque?o del mundo (despu¨¦s del Vaticano) ofrece entre sombras una imagen fantasma de hormig¨®n que recuerda a un Hong Kong con trono o un Gibraltar sin acento andaluz. Hay esbeltos carabineros con condecoraciones y polainas. Una gran puerta gris de marqueter¨ªa con filetes dorados, al final de un estrecho pasadizo, es nuestra ¨²ltima etapa. Abre el soberano. Lanza un hola caluroso en espa?ol. ¡°No se equivoque; es lo ¨²nico que s¨¦ decir en su idioma¡±, y se troncha en franc¨¦s.
El Sal¨®n de Gala es fr¨ªo, ceremonial, sin vida. Un lugar para recibir. En el coraz¨®n de la torre del Reloj, que preside el frontal del palacio de los Grimaldi, su residencia desde 1297. Una estancia enorme, cuadrada, afrancesada, con vidrieras emplomadas; presidida por un cuadro de Monet y un viejo retrato del anterior soberano, Rainiero III, vestido de frac y con la prestancia engominada de un gal¨¢n de cine mudo. Hay recargadas alfombras mullidas como camas el¨¢sticas, detalles de terciopelo, l¨¢mparas bajas y un bazar de objetos que alguien regal¨® un d¨ªa al Principado y aqu¨ª quedaron olvidados: corceles de plata, delicadas miniaturas, una pir¨¢mide de lapisl¨¢zuli; una flecha de oro obsequio de un rey africano; una desva¨ªda foto de familia, y otra de Alberto y Rainiero junto a los presidentes norteamericanos vivos.
El pr¨ªncipe es alto, fuerte y calvo. Ha cumplido 50 a?os. Debi¨® de ser guapo. Tiene los pies grandes y unas manos cuidadas que agita mientras habla y nunca sabe d¨®nde colocar. Un abdomen redondeado que intenta disimular. Lleva gafas. Se las quitar¨¢ para las fotograf¨ªas. Sonr¨ªe. Es un elegante de gran almac¨¦n. Blazer de botonadura dorada, pantal¨®n de franela y corbata de derechas. Su consejera de comunicaci¨®n, la refinada Christiane Stahl, advierte de que estamos justos de tiempo. ¡°Monseigneur [el tratamiento que le otorgan sus fieles], tiene que presidir un acto en una hora¡±. Madame Stahl trabaj¨® para el presidente Chirac a cuya intimidad familiar tiene acceso. Hoy forma parte del n¨²cleo duro del Principado. Fiscaliza la entrevista. El pr¨ªncipe sirve agua. Antes de que tome asiento, la primera pregunta ya ha cruzado el Sal¨®n de Gala.
En Singapur, usted, como miembro del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), realiz¨® algunas preguntas a la delegaci¨®n espa?ola que no fueron consideradas en nuestro pa¨ªs ni amistosas ni pertinentes¡ Me gustar¨ªa empezar d¨¢ndole la bienvenida. Muchas gracias¡ Es para m¨ª un placer reunirme con usted y poder darle la bienvenida a M¨®naco. Tambi¨¦n me gustar¨ªa comentarle que tengo una profunda amistad con Espa?a y con su familia real. Tenemos unos lazos comunes desde hace mucho, mucho tiempo. La reina Victoria Eugenia, la abuela del Rey, fue mi madrina. Nos alegra mucho que existan estos lazos, no s¨®lo entre ambas familias, sino entre nuestros dos pa¨ªses. Es algo de lo que estoy muy orgulloso. Y eso es lo que quer¨ªa decir.
Muchas gracias, ¡®monse?or¡¯. ?Volvemos a Singapur? Es un episodio que tal vez no se haya olvidado, pero se ha comprendido mejor. Y ahora tenemos unas relaciones con Espa?a que son las mismas que antes. Pero piense que soy uno de los pocos miembros del Comit¨¦ Ol¨ªmpico que hace preguntas; que se atreve a hacer preguntas cuando se presentan las ciudades candidatas. Y no creo que sea una falta de respeto a las candidaturas. Es necesario que haya un intercambio de ideas y es algo que est¨¢ previsto.
?No cree que sus palabras fueron inapropiadas? No pensaba que fueran a suscitar tanta pol¨¦mica. Mi intenci¨®n era aferrarme a la actualidad para que las autoridades y las personas que formaban parte de la delegaci¨®n oficial espa?ola se expresaran sobre ese punto. No pretend¨ª en ning¨²n momento crear problemas. Pero creo que ya se ha arreglado. No he perdido a ninguno de mis amigos espa?oles. Y todo se ha olvidado.
Daba la sensaci¨®n de que, perjudicando la candidatura de Madrid, quer¨ªa favorecer la de Par¨ªs¡ En absoluto. Tambi¨¦n plante¨¦ preguntas a Par¨ªs y Londres, a pesar de que¡ quiz¨¢ no fueran tan pol¨¦micas.
Esperemos que la pr¨®xima vez se porte mejor. Estamos de nuevo en la carrera por la candidatura de Madrid para 2016¡ Lo s¨¦. Y estoy muy orgulloso de que hayan presentado su candidatura otra vez y estoy seguro de que tendr¨¢ ¨¦xito. Pero quer¨ªa decirle algo m¨¢s. Si vuelve a analizar mi pregunta, que era una pregunta acerca de la seguridad en el estadio ol¨ªmpico, la hice porque nosotros, en M¨®naco, tuvimos un problema con un artefacto que explot¨® aqu¨ª, en las inmediaciones del estadio Louis II, en mayo de ese a?o, unas semanas despu¨¦s de la final de la Champions League, que no tuvo lugar en M¨®naco, pero¡ Vamos, que fue tambi¨¦n por esa raz¨®n por la que hice esa pregunta.
?En franc¨¦s, el pr¨ªncipe Alberto arrastra un lejano tartamudeo que desaparece en cuanto pasa al ingl¨¦s. Son dos personas distintas seg¨²n en el idioma en que se expresen. Una es apocada y distante y otra infantil y guasona. En franc¨¦s, Alberto de M¨®naco aburre; en ingl¨¦s, incluso parodia y gesticula al mejor estilo televisivo. Intenta agradar. La leyenda se confirma. El pr¨ªncipe hablaba siempre en franc¨¦s con su padre, el pr¨ªncipe Rainiero. Y en ingl¨¦s con su adorada madre, la princesa Gracia (nacida Grace Kelly en Filadelfia), que nunca domin¨® su lengua de adopci¨®n principesca, el franc¨¦s. Hoy, a un metro de Alberto de M¨®naco, es posible imaginarse a aquel buen chico rubito, atl¨¦tico y de ojos azules, fascinado por su madre-estrella, vestida de alta costura y rodeada de mitos de Hollywood. Y al mismo t¨ªmido heredero balbuceando en franc¨¦s ante los ataques de soberbia de su padre y patr¨®n, Rainiero III, el ¨²ltimo se?or feudal de Europa.
Rainiero era conocido entre sus s¨²bditos como ¡°el jefe¡±. Tras su bigote trazado con tiral¨ªneas y sus uniformes de opereta se escond¨ªa un tipo duro. Un solitario. Un superviviente. Hijo de un matrimonio deshecho desde la vicar¨ªa, heredero de su exc¨¦ntrico abuelo, fue educado en s¨®rdidos internados suizos y luch¨® con valor en la II Guerra Mundial. Con 26 a?os se hizo con las riendas del Principado. Agonizaba. Europa estaba en ruinas. Aquel 1949 M¨®naco viv¨ªa del juego. Del Casino y la gerontocracia. Rainiero ofici¨® con maestr¨ªa como monarca absoluto, jefe de Estado y presidente ejecutivo de una empresa familiar a la que pod¨ªan haber bautizado M¨®naco, SA. Gan¨® hect¨¢reas al mar. Pele¨® a muerte con Onassis y el general De Gaulle para defender la independencia pol¨ªtica y financiera del Principado. Abri¨® las puertas a una nueva generaci¨®n de millonarios resueltos a no pagar impuestos; atrajo empresas; firm¨® un acuerdo de no agresi¨®n con los grandes especuladores inmobiliarios de apellido siciliano y convirti¨® su pa¨ªs en un pr¨®spero para¨ªso fiscal. Y se cas¨® con una estrella. Una estrella de verdad. Oscar incluido. Le dio hijas estrellas que camu* aron con su glamour los turbios negocios del Principado. Y se hizo muy rico. A su muerte, en 2005, la prensa francesa calculaba su fortuna entre 2.000 y 3.000 millones de euros. La mejor descripci¨®n del M¨®naco de los gloriosos a?os de Rainiero la hizo el escritor Somerset Maugham: ¡°A sunny place for shady people¡± (Un lugar soleado para gente sombr¨ªa).
Rainiero nunca se fi¨® de su hijo. Le parec¨ªa blando. Y fr¨ªvolo. Y no encontraba una princesa. Estaba obsesionado por el deporte. Y las modelos. De Brooke Shields a Claudia Schiffer. No le ceder¨ªa el cetro hasta el lecho de muerte. En marzo de 2005. Antes nombrar¨ªa un nuevo ministro de Estado, el correoso Jean-Paul Proust, ex jefe de polic¨ªa de Par¨ªs, de 68 a?os, para que le tutelase.
Alberto II heredaba todos los poderes. Pol¨ªticos y econ¨®micos. Y el juramento de fidelidad de sus vasallos. Hoy es dif¨ªcil saber d¨®nde termina M¨®naco y d¨®nde empiezan los Grimaldi. D¨®nde empieza el pa¨ªs y d¨®nde termina la empresa familiar. No hay que olvidar que tan s¨®lo 7.000 de sus 35.000 habitantes son aut¨¦nticos monegascos, con derecho a voto y a no pagar impuestos. Son los elegidos. La bandera de M¨®naco lleva los colores y las armas de los Grimaldi; las empresas p¨²blicas est¨¢n participadas con el capital de los Grimaldi, lo mismo que las tiendas de souvenirs y la emisi¨®n de sellos; el hist¨®rico palacio de la roca es el hogar de los Grimaldi; la vaporosa catedral, su tumba. Incluso la fiesta nacional coincid¨ªa con la onom¨¢stica de Rainiero.
El jefe decid¨ªa todo; desde el tono de las cortinas del casino hasta los uniformes de los polic¨ªas municipales. Las aulas del Principado est¨¢n a¨²n presididas por la imagen del soberano de turno, y los comercios tienen la obligaci¨®n de mostrar su retrato oficial. M¨®naco es sin¨®nimo de Grimaldi. Pero Alberto II sabe que algo tiene que cambiar para que todo siga igual.
El modelo Rainiero funcion¨®. Este reseco pe?asco ba?ado por el Mediterr¨¢neo floreci¨®: 360.000 cuentas numeradas, 200 oficinas bancarias, un PIB de 1.000 millones, 500 Rolls. Centenares de empresas, sobre todo cosm¨¦ticas y farmac¨¦uticas, registradas en el Principado. Viento en popa. Hasta que se desataron los esc¨¢ndalos financieros de los noventa. Y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) se empe?¨® en situar el Principado en su lista negra de ¡°Estados que no cooperan con transparencia sobre sus asuntos fiscales¡±, junto a Andorra y Liechtenstein. Esas sospechas sobre pr¨¢cticas financieras irregulares se iban a recrudecer tras los atentados del 11-S y la posterior investigaci¨®n sobre la financiaci¨®n del terrorismo internacional. Aun que la puntilla hab¨ªa llegado en marzo de 2000 de la mano de una comisi¨®n de investigaci¨®n del Parlamento franc¨¦s que dejaba en evidencia las pr¨¢cticas de blanqueo de dinero que se llevaban a cabo en M¨®naco; la inacci¨®n de su Administraci¨®n frente a las pr¨¢cticas financieras irregulares, y la interferencia de la Corona en los asuntos de la justicia. Al final de su reinado, el modelo Rainiero se tambaleaba. M¨®naco vive de su buena imagen. Como los Grimaldi. Un im¨¢n para los ricos del mundo. Si su imagen se tambalea, M¨® naco se hunde. Y los Grimaldi detr¨¢s. O viceversa.
Alberto Alejandro Luis Pedro de M¨®naco est¨¢ obligado a relanzar la empresa. Dibujarse como un soberano comprometido con el medio ambiente. Mejorar la imagen del pa¨ªs y que sea tomado por fin en serio. Apostar por la transparencia financiera evitando que huyan los inversores opacos. Conservar el feudo de los Grimaldi, al tiempo que hace ciertas concesiones a la democracia. Apostar por la modernidad sin perder una brizna de glamour. Y ser feliz ante la atenta mirada de los consumidores de prensa rosa que se preguntan: ¡°?Para cu¨¢ndo un heredero?¡±. Debe mantener todos los platos chinos dando vueltas sin que se le caiga ninguno.
En su primer mensaje a la naci¨®n, el 12 de julio de 2005, hizo una declaraci¨®n de principios que supon¨ªa una cr¨ªtica soterrada a la era Rainiero: ¡°Que la ¨¦tica sea el tel¨®n de fondo del comportamiento de la autoridad monegasca. La ¨¦tica no se divide. Dinero y virtud se deben conjugar permanentemente¡±. Su ¨²ltima frase fue la m¨¢s bella que se recuerda en el Principado: ¡°No hace falta ser un gran pa¨ªs para tener grandes sue?os¡±.
Su Principado no es muy conocido en Espa?a¡ ?C¨®mo que no?
Lo conocemos a trav¨¦s de la prensa rosa. Es nuestra ¨²nica v¨ªa de informaci¨®n. Pero no conocemos M¨®naco. Ver¨¢, M¨®naco es un Estado independiente, soberano, miembro de la comunidad internacional y de Naciones Unidas desde 1993. Es un pa¨ªs que mantiene unos lazos privilegiados, hist¨®ricos y amistosos, y relaciones administrativas y econ¨®micas con Francia, pero es independiente. Tambi¨¦n mantenemos unos lazos hist¨®ricos con Italia. ?sa es la raz¨®n por la que hay muchos franceses e italianos que vienen a M¨®naco a trabajar todos los d¨ªas. Somos una cuenca de empleo para la regi¨®n: hay cerca de 47.000 personas que vienen a M¨®naco a trabajar todos los d¨ªas. Tambi¨¦n somos miembros del Consejo de Europa, de la mayor¨ªa de las organizaciones internacionales. Y nos esforzamos, dentro de lo posible, porque, como sabe, la dimensi¨®n de M¨®naco es de dos kil¨®metros cuadrados¡
La mitad de Central Park¡ Correcto. Pero, a pesar de ese tama?o, el Principado tiene mucha imaginaci¨®n, mucho coraje, mucha determinaci¨®n para mantenerse activo. Est¨¢ orgulloso de su pasado, se apoya en la riqueza de su pasado. Y es un pa¨ªs que est¨¢ abierto al mundo, que mira hacia el presente y mira hacia el futuro y que intenta adaptarse lo mejor posible al mundo que le rodea. Quiz¨¢ muchos pa¨ªses puedan decir lo mismo, pero siendo un micro-Estado es importante tener capacidad creativa. La industria que nos ha hecho crecer es el turismo, aunque el sector servicios y la industria nos han ayudado. Y es esa multiplicaci¨®n de actividades, aunque sea a peque?a escala, esa diversidad en nuestra econom¨ªa, lo que constituye nuestra fuerza.
Sin embargo, hay a¨²n una imagen negativa de M¨®naco en torno a sus turbios negocios bancarios, blanqueo de dinero, corrupci¨®n¡ Mire, por desgracia, a menudo se nos menciona¡ en ese sentido. Cuando se habla de blanqueo o de fraude fiscal sale, por desgracia, el nombre de M¨®naco junto al de otros pa¨ªses como Luxemburgo o Suiza. Y es una pena, porque se mezclan fraude fiscal y blanqueo de dinero cuando son cosas distintas. Yo creo que hay grandes organizaciones e instancias internacionales especializadas en este problema, como el Grupo de Acci¨®n Financiera Internacional (GAFI), un organismo creado por el G-7 para combatir el blanqueo de capitales, o como el grupo Moneyval del Consejo de Europa (que lucha contra el lavado de dinero y la financiaci¨®n del terrorismo), que han declarado que el Principado cuenta con los instrumentos jur¨ªdicos y administrativos necesarios para luchar de forma eficaz contra el blanqueo de dinero, para descubrirlo y sancionarlo.
?No tienen controles propios? Est¨¢ claro que tenemos s¨®lo una peque?a unidad administrativa que se ocupa de esto, pero es que antes no ten¨ªamos los funcionarios con la competencia y la capacidad necesarias para abordar este problema. Poco a poco hemos ido ampliando este servicio de vigilancia, que se llama Siccfin (Service d¡¯Information et de Contr?le sur les Circuits Financiers) y que opera con normalidad, y no tenga la menor duda de que vamos a seguir fortaleci¨¦ndolo. Pero tambi¨¦n le se?alo que el presidente del GAFI, que es un brasile?o, que se apellida Rodr¨ªguez como usted¡
Puede que seamos parientes [risas]. Bueno, pues su primo [risas] ha declarado que ning¨²n pa¨ªs del mundo est¨¢ al abrigo del blanqueo de dinero. Y que el hecho de que haya algunos pa¨ªses (como M¨®naco) a los que se se?ala con el dedo se debe a que en esos pa¨ªses quiz¨¢ hayan tenido lugar asuntos m¨¢s visibles que en otros y han salido m¨¢s en los medios de comunicaci¨®n. Pero ning¨²n pa¨ªs est¨¢ al abrigo del blanqueo.
?Y en cuanto al fraude fiscal? Eso es otra cosa. Y en este campo muy pocos pa¨ªses est¨¢n exentos. Hay pa¨ªses que tienen disposiciones fiscales m¨¢s flexibles. Incluso el Reino Unido tiene disposiciones fiscales que suponen una fiscalidad reducida para ciertos inversores. No estoy hablando de para¨ªsos fiscales, ?eh?, t¨¦ngalo claro, porque eso es otra cosa, y nosotros no estamos incluidos en la definici¨®n estricta de para¨ªso fiscal.
Expl¨ªquese mejor¡ Aunque tenemos una fiscalidad reducida, esto no implica que haya fraude fiscal generalizado en la estructura financiera de M¨®naco. Mantenemos una vigilancia constante. Cuando se nos exige que levantemos el secreto bancario por ciertos casos de fraude o ciertos casos oscuros, colaboramos de inmediato. Tambi¨¦n se ha acusado a M¨®naco de no colaborar en materia judicial, pero hemos demostrado lo contrario, y lo que nos han pedido a nivel de comisiones rogatorias lo hemos llevado a cabo en plazos m¨¢s que razonables. No son m¨¢s que acusaciones infundadas.
En su primer discurso como soberano puso un ¨¦nfasis especial en que su reinado y las finanzas del Principado iban a estar marcados por la ¨¦tica. ?C¨®mo han sido estos tres a?os de gobierno despu¨¦s de haber trabajado a la sombra del pr¨ªncipe Rainiero? Desde que llegu¨¦ al poder me he esforzado por continuar la labor de mis antepasados, por alentar las actividades que conforman nuestro car¨¢cter espec¨ªfico y tambi¨¦n para que tuvi¨¦ramos una visi¨®n y unos medios a largo plazo, e intentar acompa?ar lo mejor posible los cambios que tendremos que realizar para hacer frente a nuestros retos y seguir siendo competitivos. Pero, antes que nada, dir¨ªa que he intentado velar por el bienestar de los monegascos y de los habitantes del Principado. El inter¨¦s general tiene que primar sobre mi inter¨¦s particular. Sin olvidar que, con nuestra dimensi¨®n territorial, est¨¢ claro que no podemos desarrollarnos de cualquier forma, hay que tener en cuenta ciertas reglas de desarrollo sostenible y de protecci¨®n del medio ambiente. Y creo que no vamos a poder escaparnos a esa dimensi¨®n medioambiental.
Los primeros a?os, los del jard¨ªn de infancia, los pas¨¦ aqu¨ª, en palacio, pero luego fui al colegio p¨²blico
?C¨®mo es su estilo de gobernar? ?Es m¨¢s dialogante que el pr¨ªncipe Rainiero, al que se le adjudicaba un temperamento m¨¢s tradicional? Eso lo tiene que apreciar usted. Yo lo que intento es favorecer algunas concertaciones directas y hacer avanzar las cuestiones administrativas. Hemos realizado una reforma de la Administraci¨®n y hemos cambiado textos legales, porque tenemos un compromiso con el Consejo de Europa de avanzar a un ritmo muy r¨¢pido, para revisar algunos de nuestros textos legales.
Y la ¨¦tica ?en qu¨¦ ha quedado? Como seguro recuerda, en mi primer discurso habl¨¦ de que era necesario imaginarse las cosas de otra forma: la manera que tenemos de gestionar los asuntos financieros. Y que la ¨¦tica y las actividades econ¨®micas y financieras se pueden compaginar; que tenemos que llegar a un enfoque ¨¦tico en nuestro comportamiento; no pensar s¨®lo en los negocios, sino que sea un enfoque distinto de c¨®mo comportarnos. Eso es lo que intento llevar a cabo con mis acciones gubernamentales y con los actores econ¨®micos.
?En qu¨¦ se concreta ese componente ¨¦tico? Debe estar en la forma en que concebimos la relaci¨®n que tenemos con los dem¨¢s, la relaci¨®n que tenemos con el dinero, la relaci¨®n que tenemos con el poder. La veo en esos tres sentidos en M¨®naco.
Pero usted, junto con el Papa, es el ¨²nico monarca europeo que a¨²n reina y gobierna. Cuenta con poderes ejecutivos en el Consejo de Gobierno y en el Consejo Nacional; nombra al ministro de Estado, a los consejeros y a los jueces, ostenta la representaci¨®n exterior. ?No es demasiado poder para un monarca democr¨¢tico? Cada pa¨ªs es fruto de su historia y de ah¨ª surge un sistema pol¨ªtico que, a lo largo de la historia, se va adaptando al territorio, tama?o y cultura de ese pa¨ªs. Y estoy orgulloso de eso. Y cuando existen unos s¨®lidos principios de administraci¨®n y buen gobierno, como hay en M¨®naco, si uno quiere asegurar un cierto proceso democr¨¢tico, esto tiene lugar sin problemas porque las instituciones y sus atribuciones y poderes est¨¢n equilibrados. Eso est¨¢ muy equilibrado en M¨®naco y aqu¨ª nadie exige que se cambien las instituciones ni el equilibrio entre ellas.
Durante d¨¦cadas, M¨®naco ha funcionado como una especie de protectorado de Francia. El ministro de Estado (jefe del Ejecutivo) deb¨ªa ser franc¨¦s, aunque el pr¨ªncipe lo eleg¨ªa entre una terna que le presentaba la Rep¨²blica Francesa. Usted est¨¢ intentando distanciarse de esa dependencia. Bajo su reinado, ?el pr¨®ximo ministro de Estado ser¨¢ un monegasco? Todav¨ªa es muy pronto para poder decirlo. Lo que es importante, lo que dejan claro los acuerdos entre Francia y el Principado, es que tengo la posibilidad¡ bueno¡, es decir, el Principado tiene la posibilidad de elegir a la persona m¨¢s competente, independientemente de su nacionalidad. Ya no es obligatorio que esta persona sea de nacionalidad francesa. Y yo creo que tener esta posibilidad es muy importante. Est¨¢ claro que M¨®naco no cuenta con unos recursos humanos inmensos y que hay que poder elegir a la persona que, en mi opini¨®n -porque soy yo el que la elige-, sea la m¨¢s competente, tenga la mejor visi¨®n y la mejor capacidad para dirigir bien un Gobierno. Y que esta persona sea francesa, monegasca o de otra nacionalidad no tiene importancia.
?Buscar¨¢ para el puesto a un hombre de su generaci¨®n? Puede ser una mujer¡
Puede ser una mujer¡ ?Pero ha pensado ya en el recambio? Porque Jean-Paul Proust, el ministro de Estado, es un hombre nombrado por su padre unas semanas antes de morir¡ Proust fue elegido por mi padre antes de fallecer y mantuve su elecci¨®n porque me parec¨ªa lo m¨¢s adecuado en ese momento.
?C¨®mo era su padre? Sus bi¨®grafos dicen que ten¨ªa un car¨¢cter temible. Era un hombre extraordinario que, obviamente, ten¨ªa una autoridad natural que ejerc¨ªa cuando era necesario, pero era tambi¨¦n alguien con mucho pudor y que proteg¨ªa ferozmente su vida privada. Era muy t¨ªmido.
?Rainiero el poderoso era t¨ªmido? S¨ª, y su desgracia es que nadie se lo cre¨ªa porque ten¨ªa una autoridad natural que ejerc¨ªa sin dudar, lo que sembraba dudas en algunas personas, porque no sab¨ªan c¨®mo comportarse en su presencia. No sab¨ªan c¨®mo estar delante de ¨¦l. C¨®mo hablarle. Sin embargo, era tambi¨¦n una persona muy sensible y muy humana. Yo creo que mi madre y ¨¦l nos han transmitido esta noci¨®n de humanismo a los tres hermanos, que ha contribuido a moldear nuestra personalidad, la de mis hermanas Carolina y Estefan¨ªa y la m¨ªa.
Su padre rein¨® 56 a?os y no le cedi¨® las riendas hasta que estaba a punto de expirar. H¨¢bleme de sus largos a?os de espera como pr¨ªncipe heredero. No viv¨ª esa ¨¦poca como una ¨¦poca larga o dura. Una de mis cualidades es la paciencia, as¨ª que fue un periodo interesante y rico en el que aprend¨ª mucho. Estaba en contacto directo con mi padre y pronto empec¨¦ a participar en el proceso de toma de decisiones y me ped¨ªa consejos para guiar a M¨®naco, lo que constituy¨® una experiencia ¨²nica y extraordinaria.
Ese interminable aprendizaje del heredero al trono puede estar muy bien, pero ?qu¨¦ me dice del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra, que ya ha cumplido 60 a?os? Charles es una persona que tambi¨¦n tiene mucha paciencia y mucho humor, como yo, as¨ª que soporta esa espera lo mejor que puede. Adem¨¢s, Su Majestad goza de muy buena salud.
Unos d¨ªas antes de ser coronado, el nuevo soberano reconoc¨ªa la existencia de dos hijos ileg¨ªtimos, Alexandre, que tiene 5 a?os, y Jazm¨ªn, de 16
Es cierto, la reina tiene una salud fant¨¢stica. ?Habla usted con sus ¡®primos¡¯ europeos de sus problemas? ?Hay alg¨²n club de monarcas¡? No hay un club como tal, pero nos reunimos. Suele ser¡ Bueno¡ Fue Charles el que me dijo una vez: ¡°Es una pena que s¨®lo nos veamos en bodas y entierros¡±. Est¨¢ claro que nos vemos por otros motivos, pero, por desgracia, casi siempre en esas ocasiones; bueno, por desgracia y por suerte en las bodas. Pero, bueno, tengo una relaci¨®n muy buena con todas las familias reales.
Ha dicho que los l¨ªderes que han marcado su pensamiento son Martin Luther King y Nelson Mandela. ?Ve en el presidente Obama la personificaci¨®n del ¡®sue?o¡¯ de Luther King? No se puede decir que sea la reencarnaci¨®n de Luther King, pero est¨¢ claro que es un pol¨ªtico que, por su personalidad, presenta las caracter¨ªsticas de un gran hombre de Estado y gran l¨ªder. Hay que apoyarle y confiar en ¨¦l. Suscita un inter¨¦s extraordinario no s¨®lo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Hay muchas esperanzas puestas en ¨¦l y creo que tiene las aptitudes necesarias para estar a la altura de estas esperanzas.
Su madre, Grace Kelly, era americana. ?Cu¨¢les son sus sentimientos hacia Estados Unidos? ?Su estilo de vida, m¨¢s desenfadado que el de Rainiero, y su afici¨®n por el deporte son m¨¢s estadounidenses que monegascos? Tengo un estilo bastante directo y franco. Me gusta el di¨¢logo y la concertaci¨®n. Creo que del di¨¢logo y la concertaci¨®n nacen las mejores ideas. As¨ª que si esto parece un estilo estadounidense o un enfoque m¨¢s abierto y m¨¢s¡ yo dir¨ªa informal¡ pues no del todo. Porque tampoco estoy de acuerdo en dejarme llevar por la informalidad¡ Apuesto por un enfoque directo y basado en relaciones simples y directas.
?C¨®mo era de ni?o? ?Le educaron con una educaci¨®n estricta o le pusieron los pies en el suelo? Tuve la suerte de tener unos padres que, a pesar de sus cargos y de sus funciones, estaban muy cerca de nosotros y hac¨ªamos muchas actividades en familia. Adem¨¢s, en muchas ocasiones sal¨ªamos del palacio y de M¨®naco y pod¨ªamos estar en contacto con una cierta realidad. De lo ¨²nico que me arrepiento es de no haber ido antes al colegio, porque los primeros a?os, los del jard¨ªn de infancia, los pas¨¦ aqu¨ª, en palacio, pero luego fui al colegio p¨²blico que me tocaba.
?A cu¨¢l? Al Liceo Alberto I, est¨¢ ah¨ª al lado, junto a la catedral. Iba andando. Hasta terminar el bachillerato. Y luego fui a Reino Unido, y luego, a la Universidad en Estados Unidos. Mis padres siempre nos dieron la posibilidad de elegir. Nos propon¨ªan varias opciones y luego nos ayudaban a hacer lo que quer¨ªamos. Ten¨ªamos la sensaci¨®n de tener una cierta libertad y de no estar demasiado encerrados en palacio. Est¨¢ claro que desde una edad muy temprana est¨¢bamos acostumbrados al protocolo y a la vida p¨²blica y los discursos, pero tambi¨¦n hab¨ªa un lado completamente ¨ªntimo y caluroso¡
Imagino que su educaci¨®n fue distinta de la de sus hermanas. Usted iba a ser el monarca¡ Carolina tambi¨¦n estudi¨® Derecho. Fue a la Universidad en Reino Unido¡
Me refiero a que usted ocupar¨ªa un d¨ªa el trono y hab¨ªa que educarle en la responsabilidad¡ Est¨¢ claro. Yo he hecho pr¨¢cticas en un banco de Estados Unidos, en un gabinete de abogados, en un gabinete de marketing, he estado en la Marina francesa. Y cuando volv¨ªa a M¨®naco, incluso cuando estaba de vacaciones de esas pr¨¢cticas, iba a los distintos servicios del Gobierno para impregnarme de lo que pasaba en ellos.
?Tiene mucha relaci¨®n con sus hermanas? Nos vemos a menudo. Estefan¨ªa vive m¨¢s en M¨®naco que Carolina, que est¨¢ m¨¢s fuera, pero nos vemos todos los meses o cada dos meses como m¨ªnimo; y, por supuesto, nos vemos en los periodos de fiestas, como la Fiesta Nacional y Fin de A?o, y a veces, en Semana Santa, adem¨¢s de en verano.
?Tienen un papel oficial en el Principado? Para nada. Mis dos hermanas tienen atribuciones en organizaciones caritativas. Por ejemplo, mi hermana Estefan¨ªa est¨¢ muy comprometida con la lucha contra el sida.
Qu¨¦ interesante. Ya lo creo. El otro d¨ªa tuvimos una velada en la que subastamos una gran fotograf¨ªa de un fot¨®grafo muy famoso dentro del marco del D¨ªa Mundial contra el Sida. Estefan¨ªa tambi¨¦n est¨¢ muy comprometida con otras organizaciones caritativas como Special Olympics y en la organizaci¨®n del Festival del Circo. Y Carolina est¨¢ en organizaciones caritativas como Jeune J¡¯?coute (Joven Te Escucho, para atender los problemas de los j¨®venes a trav¨¦s del tel¨¦fono) y AMADE (Asociaci¨®n Mundial de Amigos de la Infancia). Pero, sobre todo, est¨¢ comprometida con la cultura. Se ocupa de la compa?¨ªa de ballet de Monte Carlo, de la Primavera de las Artes, supervisa las actividades de la Orquesta Filarm¨®nica; vamos, todo lo que se hace aqu¨ª. Tambi¨¦n se ocupa del presupuesto nacional, de todo lo que engloba el arte y la cultura en el Principado.
?Qu¨¦ hace un pr¨ªncipe un d¨ªa normal? ?Vive usted aqu¨ª, en este palacio? En principio vivo en el palacio, pero tambi¨¦n tenemos una propiedad familiar en el campo, a las afueras, en la loma de una monta?a, un lugar muy, muy agradable, donde mont¨¢bamos a caballo de ni?os. Y tambi¨¦n tengo otras residencias en Par¨ªs y un castillo en el norte de Francia, una propiedad de la familia.
?Est¨¢ rodeado de cortesanos? ?Los ve a mi alrededor?
Bueno¡ a su jefa de prensa no se le escapa una¡ Pues eso¡ Yo creo que tengo una organizaci¨®n conforme a otros palacios europeos. En cuanto a la jornada laboral, me cuesta describirle una normal. Hay una actividad muy intensa de reuni¨®n y de trabajo administrativo y de grandes acontecimientos que tengo que presidir. Y tengo muy poco tiempo entre semana para consagrarlo al ocio. Por suerte, algunos fines de semana puedo hacer deporte. Para m¨ª es fundamental el ejercicio f¨ªsico.
Usted ha participado en cinco Juegos Ol¨ªmpicos en la modalidad de bobsleigh¡ ?Tiene el r¨¦cord de participaci¨®n? Hay otros deportistas que tambi¨¦n han estado en cinco ediciones, y el r¨¦cord para los Juegos Ol¨ªmpicos de verano es de ocho participaciones, y en los de invierno, de siete. Por desgracia, no he llegado a tantas y ya va a ser dif¨ªcil, pero creo que he tenido mucha suerte de poder hacer un deporte que me apasionaba y me ha permitido tener una trayectoria deportiva que ha durado 16 a?os. Poder participar en los Juegos Ol¨ªmpicos y poder representar a tu pa¨ªs es uno de los mayores honores.
?Es usted muy competitivo? ?Le gusta ganar? Un poco. Cuando a uno le gusta hacer deporte, es joven y participa en competiciones, desarrolla un esp¨ªritu competitivo e intenta ser el primero en todo.
?Y en la labor de Gobierno? Sirve para formar tu car¨¢cter y tener ambici¨®n. Fijarte objetivos y poner los medios para lograrlos.
Las se?as de identidad que usted pretende dar a su reinado tienen que ver con la transparencia financiera, la educaci¨®n a trav¨¦s del deporte y el apoyo al medioambiente. Le gusta mostrarse como un ¡®pr¨ªncipe comprometido¡¯¡ Estoy sensibilizado con el tema medioambiental desde que era ni?o. Acompa?¨¦ a mi padre a la Cumbre de la Tierra de R¨ªo en 1992 y represent¨¦ a M¨®naco en la Cumbre Mundial de Johannesburgo de 1999. Desde el primer momento sent¨ª que M¨®naco ten¨ªa que comprometerse m¨¢s, y eso es lo que estamos haciendo.
Hace un par de a?os particip¨® en una expedici¨®n al Polo Norte, como hab¨ªa hecho en el siglo XIX uno de sus antepasados, Alberto I, y ya est¨¢ preparando la siguiente a la Ant¨¢rtida¡ Con la expedici¨®n al Polo Norte decid¨ª implicarme m¨¢s, hacer algo m¨¢s personal, porque vi que era urgente actuar; que no pod¨ªamos perder m¨¢s tiempo; que el problema del calentamiento global iba a volverse cada vez m¨¢s preocupante e iba a afectar nuestras vidas con mayor intensidad. Y como no hab¨ªa tiempo que perder, cre¨¦ la fundaci¨®n que lleva mi nombre y act¨²a en tres ¨¢mbitos: la protecci¨®n de la biodiversidad, la investigaci¨®n de nuevas formas de energ¨ªa (dentro de un marco de estudios sobre el calentamiento global) y el agua. Nos han enviado 630 proyectos. Hemos dado el visto bueno, junto con el Comit¨¦ Cient¨ªfico y T¨¦cnico y el Consejo de Administraci¨®n, a 75 en 25 pa¨ªses y en los cinco continentes. Y la mayor¨ªa de estos proyectos se realiza en colaboraci¨®n con grandes organizaciones internacionales.
?C¨®mo se financia? ?Pone usted su dinero? He puesto fondos personales. Y el Gobierno de M¨®naco ha hecho tambi¨¦n una contribuci¨®n b¨¢sica de 10 millones de euros que sirve para resolver todos los problemas administrativos. Por el momento tenemos un presupuesto de 35 millones de euros, de los que hemos gastado un tercio en proyectos. Nos hemos puesto un margen de cinco a?os para superar los 80 millones de euros de fondos propios.
?Es su gran proyecto para mejorar la imagen de M¨®naco? Es un proyecto que se corresponde con mis convicciones m¨¢s ¨ªntimas y que no es un capricho. Es una realidad; una estructura que ha logrado reunir a muchas personalidades: en el Consejo tenemos dos galardonados con el Nobel de la Paz, Wangari Maathai y Muhammad Yunus.
Unos d¨ªas antes de ser coronado, el nuevo soberano reconoc¨ªa la existencia de dos hijos ileg¨ªtimos, Alexandre, que tiene 5 a?os, y Jazm¨ªn, de 16. Era una entrega m¨¢s de su vida al alcance de todos los lectores. Como cada pasaje de su existencia plasmado en papel cuch¨¦. Ni Alexandre ni Jazm¨ªn tienen ning¨²n derecho sucesorio, al haber nacido fuera de un matrimonio cat¨®lico. Mientras Alberto Grimaldi siga soltero, la sucesi¨®n al trono (y la supervivencia del Principado) pasa por su hermana Carolina y los hijos de ¨¦sta. Cuando se le mencionan los asuntos ¨ªntimos, Alberto de M¨®naco no recula. Se sumerge en su asiento, baja la cabeza, cruza los dedos y responde con cierta acidez. Mientras, su cancerbera, madame Stahl, intenta apagar el fuego.
Hoy, en el aeropuerto de Niza, he hojeado una docena de revistas que mostraban la Fiesta Nacional de M¨®naco como un evento de cr¨®nica rosa. Ninguna mencionaba los ¨¦xitos de su reinado ni su apuesta medioambiental, sino su vertiente de estrella del ¡®show business¡¯. Ese fen¨®meno se debe a la orientaci¨®n actual de los medios de comunicaci¨®n, que lo ¨²nico que quieren es adentrarse lo m¨¢ximo posible en mi vida privada. Hay que distinguir lo que es la vida p¨²blica y lo que es la vida privada. Yo intento hacer todo lo que est¨¢ en mi mano para preservar mi vida privada y me aflige ver que muy a menudo haya incursiones¡ no dir¨ªa constantes, porque no sucede tan a menudo como antes, en las que siempre est¨¢ presente ese deseo de saber m¨¢s; hay una obsesi¨®n me atrever¨ªa a decir ¡°malsana¡±; quiz¨¢ sea una palabra demasiado fuerte, pero en todo caso es una intromisi¨®n grave en la vida privada de las personas y especialmente en la vida privada de mi familia. Siempre he intentado preservar mi vida.
Una labor dif¨ªcil. Pero no imposible.
?Siente que el futuro de M¨®naco est¨¢ en sus manos? Porque el Principado est¨¢ tan unido a su familia que si no hay un heredero, no hay futuro para el reino¡ No somos un reino.
Disculpe, el reino era Francia y ustedes se quedaron en Principado. ?Conoce reinos tan peque?os como ¨¦ste? ?Yo no! ?No hay ninguno! En cuanto a mi sucesi¨®n, tomamos disposiciones, bueno, m¨¢s que tomar¡ Revisamos y modificamos los estatutos para que la l¨ªnea sucesoria no tuviera que pasar obligatoriamente por mi descendencia directa. Hoy la sucesi¨®n puede realizarse a trav¨¦s de la hermana o del hermano del pr¨ªncipe soberano, independien temente de la situaci¨®n matrimonial de ¨¦ste.
Es decir, de la situaci¨®n matrimonial de usted. Exactamente.
En Espa?a se desat¨® en torno al pr¨ªncipe Felipe un debate p¨²blico en algunos medios amarillistas en relaci¨®n con su matrimonio y la idoneidad de su prometida. Usted debe sentir esa presi¨®n medi¨¢tica a diario. ?Es desagradable que todo el planeta tenga los ojos puestos en sus novias? Nunca es agradable que haya un debate as¨ª. Y siento que se creara en el caso de Felipe y Letizia porque hacen muy buena pareja¡
S¨ª, es una princesa estupenda. Siempre que aparece en la prensa y en los medios de comunicaci¨®n este tema se insiste en exceso y se centran demasiado en las actitudes, las actividades, los comportamientos. Y eso pasa siempre que uno es un personaje p¨²blico, ya se sea miembro de una familia real o de la familia de un dirigente.
?Le resulta duro ser el protagonista de todo ese circo? Hay que saber aceptarlo. Hay que ser m¨¢s¡ duro, que no te afecte. Nunca hay que dejar que esta atenci¨®n constante te afecte porque, si no, no vives. Hay que desligarse un poco para seguir adelante.
?Piensa usted casarse o no entra en su idea de futuro? Est¨¢ claro que hay gente que no se casa y es muy feliz¡
?Entonces? Nunca he dicho que no me fuera a casar, pero por el momento no hay nada definitivo.
Usted tiene dos hijos fuera del matrimonio a los que reconoci¨® antes de ocupar el trono. ?Sigue de cerca su educaci¨®n? Mire, esto no formaba parte de las preguntas, pero veo a menudo a mi hijo Alexandre, que vive cerca. Lo veo siempre que puedo, pero es una situaci¨®n de la que, como comprender¨¢, no es f¨¢cil hablar.
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