Maripol, la madrina del ¡®underground¡¯
Figura clave en la Nueva York del New Wave, la directora y estilista que cre¨® el 'look' que lanz¨® a Madonna al estrellato protagoniza una retrospectiva
Solo hay que pasarse por Instagram, echar un vistazo a la portada del ¨²ltimo disco de Taylor Swift o a las campa?as de la marca Band of Outsiders para detectar trazos clar¨ªsimos de la influencia de Maripol, la fot¨®grafa, dise?adora, estilista y productora francesa que document¨® (y en muchos casos molde¨®) la escena New Wave en la Nueva York de los ¨²ltimos setenta y los primeros ochenta, la que se mov¨ªa entre el Max Kansas City, una Factory que ya no era lo que hab¨ªa sido y un pu?ado de lofts mugrientos d¨®nde se pod¨ªa conocer a la gente adecuada.
Maripol protagoniza ahora una retrospectiva en Escocia, en el Dundee Arts Centre, que recoge parte de su trabajo como dise?adora ¨Cfue directora creativa de la influyente Fiorucci¨C y sus fotos, en las que est¨¢ el qui¨¦n es qui¨¦n de la era: Madonna, Debbie Harry, Keith Haring, Grace Jones¡Todas tienen un aire de inmediatez y un estilo como inacabado. ¡°Eso es porque soy miope¡±, medio bromea ella en una conversaci¨®n por Skype en la que se revela como alguien nada inclinado a la nostalgia.
Maripol celebra tambi¨¦n la remasterizaci¨®n de Dowtown 81, h¨ªbrido de documental y ficci¨®n experimental que ella produjo y dirigi¨® su entonces pareja, el fot¨®grafo italiano Edo Bertoglio, en el que se dedicaron a reflejar un d¨ªa en la vida de Jean Michel Basquiat, que entonces ten¨ªa 19 a?os y aparece retratado como un vulnerable y carism¨¢tico ¨¢ngel de la bohemia, deambulando por las entonces peligrosas calles del Soho y el Lower East Side con un cuadro que debe vender para evitar que le desahucien. ¡°?l fue muy listo. Pens¨¢bamos rodarlo con otro artista que no mencionar¨¦, pero surgieron problemas y Jean Michel se ofreci¨®; vio que pod¨ªa irle bien¡±, rememora Maripol. El filme, sin duda, ayud¨® a convertir al grafitero en el ni?o mimado del mundo del arte. Su relaci¨®n con Basquiat era ¡°como la de una hermana mayor¡±, dice. ¡°?l estaba asustado. No era f¨¢cil ser un chico negro en la ciudad en aquellos a?os de brutalidad policial¡±.
Antes de que los estilistas de las estrellas se convirtieran en poderosas figuras de la industria del entretenimiento y famosos por derecho propio, la fot¨®grafa hac¨ªa algo similar con gente como Grace Jones ¨C¡°no hab¨ªa que esforzarse mucho con ella; ya era una artista en s¨ª misma¡±-; Cher, a la que dio un giro de imagen que relanz¨® su carrera en 1984, o Debbie Harry. Suyo fue el concepto para la ic¨®nica portada del Parallel Lines de Blondie, una especie de c¨®digo de barras en el que destaca una Harry vestida como una Marilyn ochentera. Pero para siempre el nombre de Maripol estar¨¢ ligado al de Madonna. Ella fue la responsable de la explosiva imagen con la que Louise Ciccone se instal¨® en la cultura popular, mitad ni?a, mitad fulana ¨C¡°nada de fulana¡±, corrige ella¨C y adornada con tut¨²s, lazos, pulseras de pl¨¢stico y crucifijos.
Todo empez¨® en el Roxy, cuando la estilista, que buscaba ¡°chicas monas¡± para bailar en el p¨®dium a petici¨®n del promotor del club, el rapero Fab Five Freddy, se top¨® con la jovenc¨ªsima Madonna y le sugiri¨® que se quitase la camiseta y bailase en sujetador. Nac¨ªa as¨ª el look que m¨¢s ha marcado a la artista y, de rebote, a varias generaciones de sus fans e imitadoras. Maripol lo explica as¨ª: ¡°Soy francesa ?Yo era la menos puritana de todos y me iba quitando la ropa!¡±.
D¨ªas despu¨¦s de aquel encuentro, Ciccone, acudi¨® a su casa a pedirle ayuda con su imagen. ¡°Claro que se la ve¨ªa hambrienta de ¨¦xito en aquella ¨¦poca pero eso no es una cosa mala. ?C¨®mo no iba a ser as¨ª? Tambi¨¦n era una pobre chica de Detroit que perdi¨® a su madre con cinco a?os¡±, dice. Pronto, la dise?adora empez¨® a ver replicantes de su creaci¨®n en todas partes, ni?as y j¨®venes vestidas con cruces, cors¨¦s y vestidos de novia de segunda mano, como el que ella le puso a Madonna en su pol¨¦mica actuaci¨®n en los MTV Video Music Awards. ¡°Me lo tomaba como un homenaje. Incluso hice de jurado en un concurso que organiz¨® Macy¡¯s de imitadoras de Madonna¡±, rememora. Su ¨¦xito supuso tambi¨¦n el hundimiento de su propia marca de moda, que no pod¨ªa competir con las imitaciones que surg¨ªan por todas partes.
?Har¨ªa ahora por Beyonc¨¦ o Rihanna lo que hizo entonces por Madonna? ¡°Ellas no me necesitan. Ahora tienes a Chanel y todas las grandes casas de moda pele¨¢ndose por vestir a las cantantes; entonces no era as¨ª. Aquello era para las se?oras de Park Avenue y nosotros ten¨ªamos que buscarnos la vida¡±, contesta. Por otro lado, el mainstream le aburre: ¡°Yo todav¨ªa soy underground¡±.
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